Un equipo de arqueólogos ha descubierto fibras de lino de 34.000 años. Estas fibras, las más antiguas que se conocen, se encontraron en la cueva Dzudzuana, situada en la falda de una montaña del Cáucaso, en la República de Georgia. El hallazgo se publica en la revista Science.
Los investigadores aseguran que estas fibras de lino del Paleolítico Superior no procedían de un cultivo: "Sabemos que es lino silvestre que crecía en las inmediaciones de la cueva, y tras analizarlas con carbono 14 podemos asegurarlo", afirma Ofer Bar-Yosef, profesor de arqueología prehistórica de la Universidad de Harvard y uno de los directores de la excavación. "Lo más probable es que se usaran para hacer tela e hilo con los que fabricar después prendas de vestir, coser piezas de cuero, o atar los paquetes en sus desplazamientos", añade.
"Se trata de una invención muy importante para los primeros humanos", señala Bar-Yosef. Estos inventos aumentaban sus posibilidades de supervivencia y además, facilitaban su movilidad en esta región montañosa de duras condiciones climatológicas. Con ropa y zapatos de más calidad podían soportar mejor el frío, y con paquetes mejor atados podían moverse más cómodamente, una ventaja importante para una sociedad de cazadores-recolectores. Los arqueólogos también averiguaron que algunas fibras se utilizaron para hacer cuerdas o cadenas porque estaban torcidas. Otras eran de color negro, gris, turquesa o rosa porque estaban teñidas con pigmentos vegetales de plantas de la zona.
Hoy en día, estas fibras no son visibles para el ojo humano ya que los objetos de los que provienen hace mucho tiempo que se desintegraron. Eliso Kvavadze del Instituto de Paleoecología, del Museo Nacional de Georgia fue quien las encontró al examinar con el microscopio las muestras de arcilla de diferentes estratos de la cueva. Fue toda una sorpresa. El objetivo de los científicos era analizar el polen presente en las muestras, como parte de un estudio sobre el medio ambiente y las fluctuaciones de temperatura a lo largo de miles de años. Sin embargo, encontraron estas fibras de lino que superan el récord de antigüedad de las encontradas en Dolni Vestonice, República Checa, que tienen unos 28.000 años.
Este equipo comenzó las excavaciones de esta cueva en 1996, y han vuelto cada año para completar el trabajo. "Queríamos saber cuándo se ocupó la cueva, dónde iban de caza y dónde recolectaban alimentos, qué tipo de herramientas de piedra, hueso y asta usaban, y cómo las usaban, si se ponían colgantes para la decoración del cuerpo... Y al final, encontramos las fibras de lino. Ha sido una sorpresa maravillosa", admite el profesor de Harvard.
Los investigadores aseguran que estas fibras de lino del Paleolítico Superior no procedían de un cultivo: "Sabemos que es lino silvestre que crecía en las inmediaciones de la cueva, y tras analizarlas con carbono 14 podemos asegurarlo", afirma Ofer Bar-Yosef, profesor de arqueología prehistórica de la Universidad de Harvard y uno de los directores de la excavación. "Lo más probable es que se usaran para hacer tela e hilo con los que fabricar después prendas de vestir, coser piezas de cuero, o atar los paquetes en sus desplazamientos", añade.
"Se trata de una invención muy importante para los primeros humanos", señala Bar-Yosef. Estos inventos aumentaban sus posibilidades de supervivencia y además, facilitaban su movilidad en esta región montañosa de duras condiciones climatológicas. Con ropa y zapatos de más calidad podían soportar mejor el frío, y con paquetes mejor atados podían moverse más cómodamente, una ventaja importante para una sociedad de cazadores-recolectores. Los arqueólogos también averiguaron que algunas fibras se utilizaron para hacer cuerdas o cadenas porque estaban torcidas. Otras eran de color negro, gris, turquesa o rosa porque estaban teñidas con pigmentos vegetales de plantas de la zona.
Hoy en día, estas fibras no son visibles para el ojo humano ya que los objetos de los que provienen hace mucho tiempo que se desintegraron. Eliso Kvavadze del Instituto de Paleoecología, del Museo Nacional de Georgia fue quien las encontró al examinar con el microscopio las muestras de arcilla de diferentes estratos de la cueva. Fue toda una sorpresa. El objetivo de los científicos era analizar el polen presente en las muestras, como parte de un estudio sobre el medio ambiente y las fluctuaciones de temperatura a lo largo de miles de años. Sin embargo, encontraron estas fibras de lino que superan el récord de antigüedad de las encontradas en Dolni Vestonice, República Checa, que tienen unos 28.000 años.
Este equipo comenzó las excavaciones de esta cueva en 1996, y han vuelto cada año para completar el trabajo. "Queríamos saber cuándo se ocupó la cueva, dónde iban de caza y dónde recolectaban alimentos, qué tipo de herramientas de piedra, hueso y asta usaban, y cómo las usaban, si se ponían colgantes para la decoración del cuerpo... Y al final, encontramos las fibras de lino. Ha sido una sorpresa maravillosa", admite el profesor de Harvard.
Fuente: elmundo.es
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