Las poblaciones neandertales muestran unas capacidades adaptativas muy amplias, adecuando sus comportamientos técnicos, de subsistencia y movilidad territorial a cualquier tipo de medio ambiente, recursos y fluctuaciones climáticas producidas durante el periodo cronocultural del Paleolítico Medio, entre los 300.000 y los 25.000 años. La coexistencia de diferentes sistemas operativos líticos parece ser el resultado de un sistema complejo de opciones tecnológicas.
Estas son algunas de las principales conclusiones de una tesis doctoral con mención europea defendida recientemente en la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona por M. Gema Chacón, investigadora del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social).
El estudio lleva por título El Paleolítico Medio en el suroeste europeo: Abric Romaní (Capellades, Barcelona, España) Payre (Rompón, Ardèche, Francia) y Tournal (Bize, Aude, Francia): Análisis comparativo de los conjuntos líticos y los comportamientos humanos; se ha realizado en codirección entre Eudald Carbonell y Manuel Vaquero (director e investigador del IPHES respectivamente) y Marie-Hélène Moncel (Département de Préhistoire, Muséum National d’Historie Naturell, París, Francia)
El Paleolítico medio, periodo crono-cultural en el que se incluyen los conjuntos líticos estudiados en esta tesis de doctorado, abarca unos 300.000 años (entre los 330.000 y los
25.000 años) Durante este tiempo los comportamientos humanos se han visto afectados por diferentes factores, como variaciones climáticas, disponibilidad de recursos y accesibilidad de los mismos, que han producido un mosaico de respuestas que han marcado la diversidad cultural de las poblaciones neandertales.
Cadenas operativas
“Las exigencias técnicas de las diferentes cadenas operativas realizadas podrían motivar la selección de uno u otro método de talla y de materia prima, pero siempre dentro de los sistemas técnicos que el grupo utiliza”, afirma M. Gema Chacón. Todo ello dependiendo de intereses individuales o causas subsistenciales, dentro de la constelación de conocimientos que forman su campo operativo de cara a afrontar sus actividades de subsistencia, pues “sea cual sea el medioambiente, el clima y los recursos disponibles (líticos, vegetales y faunísticos) las poblaciones neandertales han sabido adaptar sus comportamientos de subsistencia a los cambios producidos durante más de 200.000 años. Si no disponen de un tipo de materia prima (ej: silex, cuarzo…) utilizan otras para realizar sus herramientas, y lo mismo ocurre con los animales, si no tienen caballos, se alimentan de ciervos, o de cualquier otra especie”.
“La variabilidad dentro de sus actividades –añade Chacón- sería una respuesta normal, ya que se mueven dentro de un mismo sistema operativo con diferentes opciones, que utilizan según sus necesidades, sus intereses o sus aptitudes personales. Esto lleva a plantear que el contacto entre grupos debía ser muy importante, especialmente en lo que concierne a la transmisión y difusión de conocimientos que permite la generalización y socialización de la constelación de conocimientos bajo la que actúan los grupos”, manifiesta la autora de la investigación.
Para llegar a este conocimiento, M. Gema Chacón ha estudiado unas 12.000 piezas líticas. De cada una de ellas ha efectuado un análisis morfotécnico con el fin de poder reconstruir las cadenas operativas llevadas a cabo por los neandertales para poder producir sus herramientas líticas. Se trata sobre todo de núcleos, lascas y objetos retocados, esencialmente raederas, denticulados y objetos convergentes. Los usos son muy variados, ya que las herramientas de este periodo son muy flexibles (multifuncionales) y pueden ser utilizadas en el desarrollo de todas las actividades llevadas a cabo por los grupos de neandertales (procesamiento de las carcasas animales, de los recursos vegetales…).
Los yacimientos
Las piezas examinadas pertenecen a los conjuntos líticos de los yacimientos de Payre (Ardèche, Francia en torno a los 125.000 años), el Abric Romaní (Barcelona, España; entre los 55.000 y 50.000 años) y de la Grotte Tournal (Aude, Francia; en torno a los 38.000 años), ya que cubren una gran parte del Paleolítico Medio. Son, además, yacimientos con largas secuencias estratigráficas bien estudiadas, y hay una gran cantidad de trabajos interdisciplinares realizados sobre todas las evidencias arqueológicas encontradas en cada uno de ellos.
“Esto permite disponer de toda la información necesaria para poder comparar los comportamientos técnicos con las actividades de subsistencia de las poblaciones de neandertales que habitaron en estos tres yacimientos del sudeste europeo”, cuenta M. Gema Chacón.
Estas son algunas de las principales conclusiones de una tesis doctoral con mención europea defendida recientemente en la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona por M. Gema Chacón, investigadora del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social).
El estudio lleva por título El Paleolítico Medio en el suroeste europeo: Abric Romaní (Capellades, Barcelona, España) Payre (Rompón, Ardèche, Francia) y Tournal (Bize, Aude, Francia): Análisis comparativo de los conjuntos líticos y los comportamientos humanos; se ha realizado en codirección entre Eudald Carbonell y Manuel Vaquero (director e investigador del IPHES respectivamente) y Marie-Hélène Moncel (Département de Préhistoire, Muséum National d’Historie Naturell, París, Francia)
El Paleolítico medio, periodo crono-cultural en el que se incluyen los conjuntos líticos estudiados en esta tesis de doctorado, abarca unos 300.000 años (entre los 330.000 y los
25.000 años) Durante este tiempo los comportamientos humanos se han visto afectados por diferentes factores, como variaciones climáticas, disponibilidad de recursos y accesibilidad de los mismos, que han producido un mosaico de respuestas que han marcado la diversidad cultural de las poblaciones neandertales.
Cadenas operativas
“Las exigencias técnicas de las diferentes cadenas operativas realizadas podrían motivar la selección de uno u otro método de talla y de materia prima, pero siempre dentro de los sistemas técnicos que el grupo utiliza”, afirma M. Gema Chacón. Todo ello dependiendo de intereses individuales o causas subsistenciales, dentro de la constelación de conocimientos que forman su campo operativo de cara a afrontar sus actividades de subsistencia, pues “sea cual sea el medioambiente, el clima y los recursos disponibles (líticos, vegetales y faunísticos) las poblaciones neandertales han sabido adaptar sus comportamientos de subsistencia a los cambios producidos durante más de 200.000 años. Si no disponen de un tipo de materia prima (ej: silex, cuarzo…) utilizan otras para realizar sus herramientas, y lo mismo ocurre con los animales, si no tienen caballos, se alimentan de ciervos, o de cualquier otra especie”.
“La variabilidad dentro de sus actividades –añade Chacón- sería una respuesta normal, ya que se mueven dentro de un mismo sistema operativo con diferentes opciones, que utilizan según sus necesidades, sus intereses o sus aptitudes personales. Esto lleva a plantear que el contacto entre grupos debía ser muy importante, especialmente en lo que concierne a la transmisión y difusión de conocimientos que permite la generalización y socialización de la constelación de conocimientos bajo la que actúan los grupos”, manifiesta la autora de la investigación.
Para llegar a este conocimiento, M. Gema Chacón ha estudiado unas 12.000 piezas líticas. De cada una de ellas ha efectuado un análisis morfotécnico con el fin de poder reconstruir las cadenas operativas llevadas a cabo por los neandertales para poder producir sus herramientas líticas. Se trata sobre todo de núcleos, lascas y objetos retocados, esencialmente raederas, denticulados y objetos convergentes. Los usos son muy variados, ya que las herramientas de este periodo son muy flexibles (multifuncionales) y pueden ser utilizadas en el desarrollo de todas las actividades llevadas a cabo por los grupos de neandertales (procesamiento de las carcasas animales, de los recursos vegetales…).
Los yacimientos
Las piezas examinadas pertenecen a los conjuntos líticos de los yacimientos de Payre (Ardèche, Francia en torno a los 125.000 años), el Abric Romaní (Barcelona, España; entre los 55.000 y 50.000 años) y de la Grotte Tournal (Aude, Francia; en torno a los 38.000 años), ya que cubren una gran parte del Paleolítico Medio. Son, además, yacimientos con largas secuencias estratigráficas bien estudiadas, y hay una gran cantidad de trabajos interdisciplinares realizados sobre todas las evidencias arqueológicas encontradas en cada uno de ellos.
“Esto permite disponer de toda la información necesaria para poder comparar los comportamientos técnicos con las actividades de subsistencia de las poblaciones de neandertales que habitaron en estos tres yacimientos del sudeste europeo”, cuenta M. Gema Chacón.
Fuente: universia.es
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