Nuevas y deslumbrantes técnicas científicas están permitiendo que los paleontólogos puedan estudiar los movimientos y el menú de homínidos extintos, a través de estaciones y años, a medida que las poblaciones iban comiendo a su paso por territorios africanos, ayudando ello a esclarecer la evolución de las dietas humanas.
Poder ensamblar, como piezas de un rompecabezas, las relaciones existentes entre las dietas de los homínidos que vivieron hace varios millones de años, la de los primeros seres humanos, y la de las personas modernas, está permitiendo que los científicos vean cómo se relaciona la dieta con la evolución de las habilidades cognitivas, las estructuras sociales, la locomoción e incluso la enfermedad.
Matt Sponheimer, profesor de antropología en la Universidad de Colorado en Boulder, es especialista en análisis de isótopos estables, una forma de comparar formas particulares del mismo elemento químico, como por ejemplo el carbono, presente en los restos fósiles, para ayudar a reconstruir las vidas de esos homínidos. Proyectando rayos láser sobre los dientes de los homínidos, logra, por ejemplo, liberar reveladoras trazas gaseosas de carbono evaporado desde el esmalte dental, las cuales permiten a los científicos identificar los tipos de vegetales consumidos por ellos, y los entornos en que vivieron.
Para averiguar cosas sobre la alimentación de esos antiguos homínidos, Sponheimer también recurre a los rasgos microscópicos vinculados al desgaste sufrido por esos antiguos dientes como consecuencia de su uso.
Un género de homínido bajo estudio por Sponheimer es el Paranthropus, de dos millones de años de antigüedad, estatura corta y postura erguida, miembro de la familia de los australopitecinos, la cual incluye a Lucy, el más famoso fósil etíope. Se cree que Lucy, descubierta en 1974, tiene alrededor de tres millones de años, y muchos antropólogos la reconocen como la "madre" de los seres humanos modernos.
Un estudio realizado en el 2006, por Sponheimer, sobre el Paranthropus robustus, documentó su variada dieta, restándole credibilidad a la idea de que sus hábitos alimenticios demasiado selectivos lo condujeron a la extinción. Y un estudio dirigido en 1999 por Sponheimer, indicó que los australopitecinos de hace tres millones de años podían incluso haber cazado y comido animales pequeños.
La literatura con frecuencia apoda al Paranthropus como un cascanueces, porque sus dientes planos y los poderosos músculos de sus mandíbulas parecen haber sido diseñados para masticar alimentos duros. Pero una parte de las investigaciones realizadas sugiere que los alimentos que más demandas mecánicas exigen, como las nueces y otros frutos secos, sólo eran consumidos en épocas específicas del año. Además, otros alimentos de los que se creía que el Paranthropus no comía en cantidades relevantes, como por ejemplo juncias, hierbas, semillas y quizá incluso alimentos de origen animal, sí constituyeron una parte representativa en la dieta del Paranthropus.
Se cree que hace alrededor de dos millones y medio de años los australopitecinos se dividieron en el género Homo y el ya extinto género Paranthropus, incluyendo entre estos últimos al Paranthropus robustus de Sudáfrica y al Paranthropus boisei de África Oriental. La investigación actualmente en curso en la Universidad de Colorado en Boulder indica que aunque el Paranthropus robustus y el Paranthropus boisei eran anatómicamente casi indiferenciables, sus dietas sí pudieron haber sido muy distintas.
Poder ensamblar, como piezas de un rompecabezas, las relaciones existentes entre las dietas de los homínidos que vivieron hace varios millones de años, la de los primeros seres humanos, y la de las personas modernas, está permitiendo que los científicos vean cómo se relaciona la dieta con la evolución de las habilidades cognitivas, las estructuras sociales, la locomoción e incluso la enfermedad.
Matt Sponheimer, profesor de antropología en la Universidad de Colorado en Boulder, es especialista en análisis de isótopos estables, una forma de comparar formas particulares del mismo elemento químico, como por ejemplo el carbono, presente en los restos fósiles, para ayudar a reconstruir las vidas de esos homínidos. Proyectando rayos láser sobre los dientes de los homínidos, logra, por ejemplo, liberar reveladoras trazas gaseosas de carbono evaporado desde el esmalte dental, las cuales permiten a los científicos identificar los tipos de vegetales consumidos por ellos, y los entornos en que vivieron.
Para averiguar cosas sobre la alimentación de esos antiguos homínidos, Sponheimer también recurre a los rasgos microscópicos vinculados al desgaste sufrido por esos antiguos dientes como consecuencia de su uso.
Un género de homínido bajo estudio por Sponheimer es el Paranthropus, de dos millones de años de antigüedad, estatura corta y postura erguida, miembro de la familia de los australopitecinos, la cual incluye a Lucy, el más famoso fósil etíope. Se cree que Lucy, descubierta en 1974, tiene alrededor de tres millones de años, y muchos antropólogos la reconocen como la "madre" de los seres humanos modernos.
Un estudio realizado en el 2006, por Sponheimer, sobre el Paranthropus robustus, documentó su variada dieta, restándole credibilidad a la idea de que sus hábitos alimenticios demasiado selectivos lo condujeron a la extinción. Y un estudio dirigido en 1999 por Sponheimer, indicó que los australopitecinos de hace tres millones de años podían incluso haber cazado y comido animales pequeños.
La literatura con frecuencia apoda al Paranthropus como un cascanueces, porque sus dientes planos y los poderosos músculos de sus mandíbulas parecen haber sido diseñados para masticar alimentos duros. Pero una parte de las investigaciones realizadas sugiere que los alimentos que más demandas mecánicas exigen, como las nueces y otros frutos secos, sólo eran consumidos en épocas específicas del año. Además, otros alimentos de los que se creía que el Paranthropus no comía en cantidades relevantes, como por ejemplo juncias, hierbas, semillas y quizá incluso alimentos de origen animal, sí constituyeron una parte representativa en la dieta del Paranthropus.
Se cree que hace alrededor de dos millones y medio de años los australopitecinos se dividieron en el género Homo y el ya extinto género Paranthropus, incluyendo entre estos últimos al Paranthropus robustus de Sudáfrica y al Paranthropus boisei de África Oriental. La investigación actualmente en curso en la Universidad de Colorado en Boulder indica que aunque el Paranthropus robustus y el Paranthropus boisei eran anatómicamente casi indiferenciables, sus dietas sí pudieron haber sido muy distintas.
Fuente: Scitech News, amazings.com
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