Antes de que fueran domesticados, los caballos presentaban un pelaje de colores sencillos: negro o marrón rojizo, con algunas trazas negras. Pero cuando los humanos se pusieron en su camino y comenzaron los cruces mediante reproducción selectiva, otros colores como el castaño, el crema, el plateado o los extraños punteados aparecieron. Así lo afirman antropólogos alemanes y españoles en el último número de la revista Science, en una investigación que utiliza el nacimiento de los nuevos colores como medida del momento y lugar del inicio de la domesticación: hace 5.000 años, en el año 3.000 a.C., inicio de la Edad de Bronce, en Eurasia.
La transformación de animales salvajes en domésticos como requisito para la formación de las sociedades humanas modernas es un hecho totalmente aceptado por la comunidad científica, una modificación más del entorno para satisfacer las necesidades. Pero el caso del caballo es único. Numerosas especies han sido domesticadas a lo largo de la historia, pero pocas han tenido un impacto tan importante para el transporte, la comunicación o la guerra como este animal. Y sin embargo, a pesar de que su historia está enlazada con la humana, la fecha y lugar del comienzo de la domesticación ha sido un dato bastante enigmático hasta que ahora, muchos siglos después, la genética le ha quitado el misterio: Eurasia, hace 5.000 años.
Algunos fósiles de caballo encontrados en las frías estepas siberianas, las zonas del centro y este de Europa y la esquinada península Ibérica, han servido 5.000 años después para que un equipo de antropólogos extraiga el material genético de su interior y analice las secuencias correspondientes al color del pelo de los equinos. Posteriormente, los científicos compararon estas secuencias con las de otros ejemplares que vivieron en las mismas zonas pero en distintos momentos de la historia, creando una especie de eje cronológico del color que ha mostrado un hecho único: el paso de animal salvaje a doméstico.
Durante la mayor parte de esta escala, en el periodo de tiempo comprendido entre el Holoceno (a finales del cuaternario), la totalidad de la Edad del Cobre y el principio de la Edad del Bronce, los investigadores comprobaron que el negro y el marrón fueron los únicos colores del pelo los caballos y así permanecieron durante miles de años. Pero más tarde, y simultáneamente en Siberia y la Europa del Este, ocurrió un rápido y sustancial aumento en el número de caballos con pelajes de diferentes colores que el equipo ha situado en los comienzos de la Edad de Bronce, hace más de 5.000 años.
Para los investigadores —procedentes del Instituto Leibniz, el Instituto Arqueológico alemán, la Universidad Humboldt de Berlín, el Instituto Max Planck de Antropología, la Universidad de California en Berkeley, la Universidad Autónoma de Madrid y Sociedad de Ciencias Aranzadi de San Sebastián—, estos hechos sugieren que la cría selectiva, uno de los claros distintivos de la domesticación, es la hipótesis que mejor explica esta evolución en el color del pelaje.
Fuente: soitu.es / por Eugenia Angulo, periodista especializada y trabaja en la empresa de divulgación científica DIVULGA.
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