La campaña de excavaciones de los Yacimientos de Atapuerca dio comienzo ayer lunes y se prolongará previsiblemente hasta el próximo 25 de julio. En total, casi 150 personas se encargarán de los diferentes trabajos programados para este 2009.
Entre uno de sus objetivos está realizar al aire libre una secuencia estadística que permita definir la secuencia serigráfica y las secuencias exteriores, de manera que se pueda llegar a demostrar la ocupación de Atapuerca no sólo en las cuevas, sino también en un conjunto, es decir, en la pequeña colina, río y lago. Y es que en total, la Sierra cuenta con 550 yacimientos arqueológicos entre el interior y el exterior.
Como novedad en esta campaña, tal y como apuntó José María Bermúdez de Castro, codirector de las excavaciones, se realizará una reestructuración de la excavación en la Cueva del Mirador, “ya que el rastreo que se realizó fue muy positivo al principio en los niveles altos de calcolítico, pero muy negativo en los últimos años al encontrar una caída de bloques, que no hemos sido capaces de superar”.
En este sentido, Eudald Carbonell, también codirector, recordó que en Mirador se han alcanzado hasta el momento los 21 metros de profundidad. “Se ha parado porque el riesgo de trabajar en seis metros cuadrados a 21 metros de profundidad es muy grande, aunque se volverá a sondear con una máquina hasta los 40 o 50 metros para conocer toda la secuencia del Mirador y la potencia de este yacimiento”, subrayó.
Además, Carbonell anunció que se realizará una galería desde la parte superior, en la que se utilizarán técnicas de minería para entrar en este nuevo complejo. De esta manera, en un periodo superior a los tres años, “se entrará en el conjunto del Mirador Cueva Chiquita”, del que piensan que puede llegar a tener las mismas dimensiones del de Cueva Mayor.
Tal y como indicó este codirector, “este proceso implicará un gran operativo logístico destinado a intentar descubrir qué pasa con este sistema que se resiste”. Así, explicó que “debajo de la caída de bloques no se está más allá de los 30.000 años”. “Es una cueva con muchas dificultades y queremos seguir siendo capaces de conocerla”, anunció, “ya que el mirador continúa siendo un objetivo estratégico en busca del Pleistoceno Superior de la cueva, que sólo existe en Cueva Mayor”.
Por otra parte, Carbonell remarcó que en la Gran Dolina quedan por escalar el Torreón y la parte Central del Homo antecesor. “Este año encontraremos más restos de homínidos en TD6 y llegaremos a TD10”, puntualizó. Se trata de un lugar que parece haber sido utilizado de manera esporádica por algunos carnívoros como refugio o cubil, según explicaron tras la pasada campaña estos investigadores.
Además, en la Sima del Elefante, donde en el 2008 se recuperó una primera falange del dedo V de la mano izquierda de un homínido fechado en 1,3 millones de años, se espera poder abrir por debajo del camino de la propia trinchera, aunque “no se ha podido construir el pequeño puente que da acceso a la parte inferior de la misma”, recordó Carbonell.
Evaluación
Según explicó Bermúdez de Castro, los últimos 30 años han sido “muy positivos”, aunque reconoció la existencia “de luces y sombras al igual que ocurre en este tipo de proyectos”. “Empezaron a finales de los años 70 cuando la ciencia española estaba aún saliendo de la oscuridad, no había ni medios económicos ni investigadores formados por lo que la situación era bastante precaria”, indicó. Asimismo, el codirector consideró que la ciencia española ha avanzado “una barbaridad”, lo que la sitúa “a años luz” de aquellos tiempos. Hasta tal punto que “Atapuerca es la envidia de los yacimientos europeos”, concluyó.
Como novedad en esta campaña, tal y como apuntó José María Bermúdez de Castro, codirector de las excavaciones, se realizará una reestructuración de la excavación en la Cueva del Mirador, “ya que el rastreo que se realizó fue muy positivo al principio en los niveles altos de calcolítico, pero muy negativo en los últimos años al encontrar una caída de bloques, que no hemos sido capaces de superar”.
En este sentido, Eudald Carbonell, también codirector, recordó que en Mirador se han alcanzado hasta el momento los 21 metros de profundidad. “Se ha parado porque el riesgo de trabajar en seis metros cuadrados a 21 metros de profundidad es muy grande, aunque se volverá a sondear con una máquina hasta los 40 o 50 metros para conocer toda la secuencia del Mirador y la potencia de este yacimiento”, subrayó.
Además, Carbonell anunció que se realizará una galería desde la parte superior, en la que se utilizarán técnicas de minería para entrar en este nuevo complejo. De esta manera, en un periodo superior a los tres años, “se entrará en el conjunto del Mirador Cueva Chiquita”, del que piensan que puede llegar a tener las mismas dimensiones del de Cueva Mayor.
Tal y como indicó este codirector, “este proceso implicará un gran operativo logístico destinado a intentar descubrir qué pasa con este sistema que se resiste”. Así, explicó que “debajo de la caída de bloques no se está más allá de los 30.000 años”. “Es una cueva con muchas dificultades y queremos seguir siendo capaces de conocerla”, anunció, “ya que el mirador continúa siendo un objetivo estratégico en busca del Pleistoceno Superior de la cueva, que sólo existe en Cueva Mayor”.
Por otra parte, Carbonell remarcó que en la Gran Dolina quedan por escalar el Torreón y la parte Central del Homo antecesor. “Este año encontraremos más restos de homínidos en TD6 y llegaremos a TD10”, puntualizó. Se trata de un lugar que parece haber sido utilizado de manera esporádica por algunos carnívoros como refugio o cubil, según explicaron tras la pasada campaña estos investigadores.
Además, en la Sima del Elefante, donde en el 2008 se recuperó una primera falange del dedo V de la mano izquierda de un homínido fechado en 1,3 millones de años, se espera poder abrir por debajo del camino de la propia trinchera, aunque “no se ha podido construir el pequeño puente que da acceso a la parte inferior de la misma”, recordó Carbonell.
Evaluación
Según explicó Bermúdez de Castro, los últimos 30 años han sido “muy positivos”, aunque reconoció la existencia “de luces y sombras al igual que ocurre en este tipo de proyectos”. “Empezaron a finales de los años 70 cuando la ciencia española estaba aún saliendo de la oscuridad, no había ni medios económicos ni investigadores formados por lo que la situación era bastante precaria”, indicó. Asimismo, el codirector consideró que la ciencia española ha avanzado “una barbaridad”, lo que la sitúa “a años luz” de aquellos tiempos. Hasta tal punto que “Atapuerca es la envidia de los yacimientos europeos”, concluyó.
Fuente: heraldodesoria.es
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