Hace 30.000 años desaparecían los últimos Neandertales de la faz de la Tierra. Durante décadas, los antropólogos buscaron la causa de este suceso en los cambios climáticos, falta de adaptación o, incluso, en alguna clase de epidemia que los diezmó, sin encontrar una explicación convincente. Sin embargo, hay un experto que asegura que sabe que ocurrió: simplemente nos los comimos a todos.
Los antropólogos han vagado por el mundo – a menudo desconcertados- buscando pruebas que certifiquen el motivo de la desaparición total de los Neandertales. Buscan una explicación casi desde que se inventó la antropología. Se sabe que estos primos cercanos de los Homo Sapiens -que hoy atestan la Tierra- se extinguieron hace unos 30 mil años. Fue un suceso extraño ya que no eran radicalmente diferentes al hombre actual pero, por algún motivo, no lograron sobrevivir hasta nuestros días. Se han ensayado varias hipótesis para explicar este hecho, algunas de las cuales cuentan con el beneplácito de muchos expertos, pero ninguna de ellas termina de conformarlos a todos. Es por eso que se sigue trabajando para descubrir la verdad.
Sin embargo, Fernando Rozzi, un experto del Centre National de la Récherche Scientifique (París), cree que tiene la respuesta: no hay Neandertales entre nosotros porque nos los comimos a todos. El trabajo ha sido publicado en el Journal of Anthropological Sciences y –como era de esperar- ha levantado gran revuelo en la comunidad científica. Pero Rozzi parece tener pruebas irrefutables de que –hace 300 siglos- cenábamos Neandertales a la luz de la hoguera en nuestras confortables cavernas. Su conclusión se basa en las marcas se existen en una mandíbula de Neandertal encontrada en Les Rois, un sitio del suroeste de Francia. Los cortes que presenta este (¿apetitoso?) hueso coinciden al detalle con otros encontrados en osamentas de ciervos y demás animales que sirvieron de alimento a los seres humanos de esa época. “Ese Neandertal tuvo un final violento en manos de un antepasado nuestro, que luego se lo comió", dice Rozzi en su artículo.
El maxilar en cuestión, que ha obligado a modificar radicalmente el “libro de cocina” básico del Homo Sapiens, fue hallado durante excavaciones efectuadas hace bastante tiempo. Inicialmente se pensó que pertenecía a un humano, pero exámenes posteriores confirmaron que su dueño era Neandertal. “Durante años los expertos han tratado de ocultar las evidencias de canibalismo prehistórico, pero creo que tenemos que aceptar que tales practicas se llevaron a cabo”, dice Rozzi. Además, añadió que los dientes del maxilar podrían haber sido utilizados para hacer un collar: no solo nos los zampábamos, sino que además hacíamos artesanías con los restos.
La conclusión de Rozzi, a pesar de lo controvertida que resulta, tiene muchas probabilidades a su favor. Existen una gran cantidad de pruebas circunstanciales que abonan la idea de que los Neandertales fueron aniquilados por los seres humanos. Se sabe que las tribus de estos homínidos abundaban en la Europa de hace unos 300.000 años, y la gran mayoría se las ingenió para sobrevivir varias edades de hielo antes de desaparecer hace unos 30.000 años. Puede ser una coincidencia, pero esa es aproximadamente la fecha en que los seres humanos llegaron al continente, provenientes de África. Es posible (y solo posible) que el largo viaje nos haya abierto el apetito, y los Neandertales nos hayan servido de aperitivo.
Las teoría barajadas hasta hoy básicamente proponían que la razón por la que no existen Neandertales entre nosotros eran la escasez de alimento por la competencia que suponían los Homo Sapiens, o que murieron porque estaban peor adaptados que nosotros a los cambios climáticos. Y si bien todo eso probablemente sea cierto, ahora se le suma otra posible causa a su desaparición: sirvieron de alimento a nuestros antepasados.
Fuente: neoteo.com
Sin embargo, Fernando Rozzi, un experto del Centre National de la Récherche Scientifique (París), cree que tiene la respuesta: no hay Neandertales entre nosotros porque nos los comimos a todos. El trabajo ha sido publicado en el Journal of Anthropological Sciences y –como era de esperar- ha levantado gran revuelo en la comunidad científica. Pero Rozzi parece tener pruebas irrefutables de que –hace 300 siglos- cenábamos Neandertales a la luz de la hoguera en nuestras confortables cavernas. Su conclusión se basa en las marcas se existen en una mandíbula de Neandertal encontrada en Les Rois, un sitio del suroeste de Francia. Los cortes que presenta este (¿apetitoso?) hueso coinciden al detalle con otros encontrados en osamentas de ciervos y demás animales que sirvieron de alimento a los seres humanos de esa época. “Ese Neandertal tuvo un final violento en manos de un antepasado nuestro, que luego se lo comió", dice Rozzi en su artículo.
El maxilar en cuestión, que ha obligado a modificar radicalmente el “libro de cocina” básico del Homo Sapiens, fue hallado durante excavaciones efectuadas hace bastante tiempo. Inicialmente se pensó que pertenecía a un humano, pero exámenes posteriores confirmaron que su dueño era Neandertal. “Durante años los expertos han tratado de ocultar las evidencias de canibalismo prehistórico, pero creo que tenemos que aceptar que tales practicas se llevaron a cabo”, dice Rozzi. Además, añadió que los dientes del maxilar podrían haber sido utilizados para hacer un collar: no solo nos los zampábamos, sino que además hacíamos artesanías con los restos.
La conclusión de Rozzi, a pesar de lo controvertida que resulta, tiene muchas probabilidades a su favor. Existen una gran cantidad de pruebas circunstanciales que abonan la idea de que los Neandertales fueron aniquilados por los seres humanos. Se sabe que las tribus de estos homínidos abundaban en la Europa de hace unos 300.000 años, y la gran mayoría se las ingenió para sobrevivir varias edades de hielo antes de desaparecer hace unos 30.000 años. Puede ser una coincidencia, pero esa es aproximadamente la fecha en que los seres humanos llegaron al continente, provenientes de África. Es posible (y solo posible) que el largo viaje nos haya abierto el apetito, y los Neandertales nos hayan servido de aperitivo.
Las teoría barajadas hasta hoy básicamente proponían que la razón por la que no existen Neandertales entre nosotros eran la escasez de alimento por la competencia que suponían los Homo Sapiens, o que murieron porque estaban peor adaptados que nosotros a los cambios climáticos. Y si bien todo eso probablemente sea cierto, ahora se le suma otra posible causa a su desaparición: sirvieron de alimento a nuestros antepasados.
Fuente: neoteo.com
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