El estudio de un grupo de investigadores del Instituto Catalán de Paleontología (ICP-UAB) sobre los restos fósiles de un gran simio, de hace 11,9 millones de años y hallados en 2004 en la provincia de Barcelona, apuntan a que el origen de la familia actual de los homínidos estaría en el Área Mediterránea.
Los restos en los que se basa la hipótesis corresponden a los de un macho de un nuevo genero de primate ('Anoiapithecus brevirostris' y al que se ha dado el nombre coloquial de Lluc), del que se halló la cara y su mandíbula en un yacimiento de L'Abocador de Can Mata (Hostalets de Pierola), origen del 'Pierolapithecus catalaunics'.
Se trata, según ha explicado a Efe el coordinador del estudio y director del ICP, Salvador Moyà-Solà, de un cráneo con unas particularidades muy interesantes: una cara extraordinariamente plana, que combina rasgos primitivos con otros característicos de los grandes simios antropomorfos, hallazgo que supone, afirma el investigador, un paso adelante en la comprensión del origen de los Hominidae.
"Es un género de primate con una morfología craneal única y especial que ofrece información valiosa sobre el grupo del cual derivan los grandes simios actuales, los keniapitecinos", indica Moyà-Solà sobre este homínido de transición.
La otra gran aportación del estudio de estos fósiles es que los keniapitecinos, los únicos simios que salieron de África, hace 15 millones de años, para colonizar Eurasia, comenzando por la zona mediterránea, son los que dieron origen al actual grupo de homínidos.
El paleontólogo explica que la cara de este primate del Mioceno Medio "es muy moderna", con prognatismo facial muy reducido (que dentro de los Hominidae sólo presenta el género Homo), con una cara plana que le otorga "un ángulo facial similar al del hombre", con el que mantiene una convergencia evolutiva, sin que ello quiera decir que esté emparentado directamente sólo con el hombre actual.
El estudio sobre este nuevo primate desconocido hasta ahora, y que ayudará a determinar el origen filogenético y geográfico de todos los homínidos -orangutanes, chimpancés, bonobos, gorilas y humanos- se publica hoy en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Junto a Moyà-Solà han participado en esta investigación David M.Alba, Sergio Almécija, Isaac Casanovas, Meike Köhler, Soledad De Esteban, Josep M. Robles, Jordi Galindo y Josep Fortuny, todos representantes del ICP.
El cráneo de Lluc -que en latín significa 'el que ilumina'- permite resolver algunas incógnitas clave sobre el origen de la familia Hominidae que el Pierolapithecus había dejado abiertas.
El fósil se recuperó durante las obras de control en L'Abocador de Can Mata, y los trabajos fueron complicados por la fragilidad de las piezas halladas, aunque merecieron la pena por las sorpresas que deparaban.
Además de la morfología facial que le acerca al hombre, el análisis de Lluc resuelve dos cuestiones del origen de la actual familia Hominidae.
Hasta ahora, se tenía la sospecha de que unos hominoides primitivos denominados keniapitecinos era el grupo ancestral del que derivaban los homínidos, hipótesis que no podía confirmarse por no contar con el material paleontológico necesario.
Los restos de Lluc, además de sus características modernas (una obertura nasal amplia en la base o un paladar profundo) presenta también caracteres primitivos: esmalte dental grueso o una mandíbula muy robusta, propios de los hominoides primitivos del Mioceno Medio de África (afropitécidos).
Junto a esta mezcla de rasgos, Lluc comparte algunas características con los únicos keniapitecinos que salieron de África y colonizaron el Mediterráneo: 'Kenyapitecus' y 'Griphopithecus'.
Como ninguno de estos dos géneros forman parte de los Hominidae, todo apunta a que el origen del grupo actual de homínidos tuvo lugar en el Área Mediterránea en el intervalo entre su llegada desde África, hace 15 millones de años, y los 12 millones en los que se data la presencia, en Hostalets, de los primeros individuos.
Más adelante, los antepasados de los grandes antropomorfos africanos y seres humanos se habrían dispersado de nuevo hacia África.
No obstante, los autores del estudio no excluyen que los ponginos (orangutanes) y homininos (el hombre y los antropomorfos africanos) evolucionasen por separado en Eurasia y África, de antepasados kenyapitecinos diferentes.
Fuente:adn.es
Los restos en los que se basa la hipótesis corresponden a los de un macho de un nuevo genero de primate ('Anoiapithecus brevirostris' y al que se ha dado el nombre coloquial de Lluc), del que se halló la cara y su mandíbula en un yacimiento de L'Abocador de Can Mata (Hostalets de Pierola), origen del 'Pierolapithecus catalaunics'.
Se trata, según ha explicado a Efe el coordinador del estudio y director del ICP, Salvador Moyà-Solà, de un cráneo con unas particularidades muy interesantes: una cara extraordinariamente plana, que combina rasgos primitivos con otros característicos de los grandes simios antropomorfos, hallazgo que supone, afirma el investigador, un paso adelante en la comprensión del origen de los Hominidae.
"Es un género de primate con una morfología craneal única y especial que ofrece información valiosa sobre el grupo del cual derivan los grandes simios actuales, los keniapitecinos", indica Moyà-Solà sobre este homínido de transición.
La otra gran aportación del estudio de estos fósiles es que los keniapitecinos, los únicos simios que salieron de África, hace 15 millones de años, para colonizar Eurasia, comenzando por la zona mediterránea, son los que dieron origen al actual grupo de homínidos.
El paleontólogo explica que la cara de este primate del Mioceno Medio "es muy moderna", con prognatismo facial muy reducido (que dentro de los Hominidae sólo presenta el género Homo), con una cara plana que le otorga "un ángulo facial similar al del hombre", con el que mantiene una convergencia evolutiva, sin que ello quiera decir que esté emparentado directamente sólo con el hombre actual.
El estudio sobre este nuevo primate desconocido hasta ahora, y que ayudará a determinar el origen filogenético y geográfico de todos los homínidos -orangutanes, chimpancés, bonobos, gorilas y humanos- se publica hoy en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences.
Junto a Moyà-Solà han participado en esta investigación David M.Alba, Sergio Almécija, Isaac Casanovas, Meike Köhler, Soledad De Esteban, Josep M. Robles, Jordi Galindo y Josep Fortuny, todos representantes del ICP.
El cráneo de Lluc -que en latín significa 'el que ilumina'- permite resolver algunas incógnitas clave sobre el origen de la familia Hominidae que el Pierolapithecus había dejado abiertas.
El fósil se recuperó durante las obras de control en L'Abocador de Can Mata, y los trabajos fueron complicados por la fragilidad de las piezas halladas, aunque merecieron la pena por las sorpresas que deparaban.
Además de la morfología facial que le acerca al hombre, el análisis de Lluc resuelve dos cuestiones del origen de la actual familia Hominidae.
Hasta ahora, se tenía la sospecha de que unos hominoides primitivos denominados keniapitecinos era el grupo ancestral del que derivaban los homínidos, hipótesis que no podía confirmarse por no contar con el material paleontológico necesario.
Los restos de Lluc, además de sus características modernas (una obertura nasal amplia en la base o un paladar profundo) presenta también caracteres primitivos: esmalte dental grueso o una mandíbula muy robusta, propios de los hominoides primitivos del Mioceno Medio de África (afropitécidos).
Junto a esta mezcla de rasgos, Lluc comparte algunas características con los únicos keniapitecinos que salieron de África y colonizaron el Mediterráneo: 'Kenyapitecus' y 'Griphopithecus'.
Como ninguno de estos dos géneros forman parte de los Hominidae, todo apunta a que el origen del grupo actual de homínidos tuvo lugar en el Área Mediterránea en el intervalo entre su llegada desde África, hace 15 millones de años, y los 12 millones en los que se data la presencia, en Hostalets, de los primeros individuos.
Más adelante, los antepasados de los grandes antropomorfos africanos y seres humanos se habrían dispersado de nuevo hacia África.
No obstante, los autores del estudio no excluyen que los ponginos (orangutanes) y homininos (el hombre y los antropomorfos africanos) evolucionasen por separado en Eurasia y África, de antepasados kenyapitecinos diferentes.
Fuente:adn.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario