domingo, 31 de octubre de 2010

Los humanos modernos emergieron en Asia 60.000 años antes


Un equipo internacional de investigadores ha descubierto fósiles humanos bien datados en el sur de China, que notoriamente cambian la percepción de los antropólogos acerca de la aparición de los humanos modernos en el este del Viejo Mundo. La investigación, basada en el Instituto de Paleontología de Vertebrados y Paleoantropología de Pekín, ha sido publicada online en 'Proceedings'.

El descubrimiento de los primeros fósiles de humanos modernos en Zhirendong (la cueva Zhiren), al sur de China, data de al menos 100.000 años, y proporciona la evidencia más temprana de la aparición de los humanos modernos en Asia Oriental, por lo menos 60.000 años más que los humanos modernos anteriormente conocida en la región.

"Estos fósiles están ayudando a redefinir nuestra percepción de la aparición del hombre moderno en el este de Eurasia, y en todo el Viejo Mundo en general", dice Eric Trinkaus, profesor de antropología física en la Universidad de Washington en Sant Louis.

Los fósiles de Zhirendong tienen una mezcla de características modernas y arcaicas, que contrastan con las de anteriores humanos modernos en el este de África y sudoeste de Asia, lo que indica un cierto grado de continuidad de la población humana en Asia con la aparición de los humanos modernos.

Los humanos Zhirendong indican que la propagación de la biología humana moderna precedió de forma prolongada a las innovaciones culturales y tecnológicas del Paleolítico Superior y que los primeros humanos modernos co-existieron desde hace muchas decenas de milenios con seres humanos arcaicos que residían más al norte y al oeste a lo largo de Eurasia.

Fuente: europapress.es

lunes, 11 de octubre de 2010

Paleontólogos españoles descubren en Atapuerca los restos fósiles de un anciano de más de medio millón de años


Un grupo de paleontólogos del equipo de investigaciones de Atapuerca ha estudiado los restos fósiles de una porción del tronco y la pelvis de un hombre senil que sufría cierto grado de minusvalía locomotriz. De acuerdo con los autores de este estudio, publicado hoy online en la revista científica PNAS, la presencia de un individuo anciano discapacitado en una población prehistórica de más de 500 mil años, podría ser un indicio del cuidado social dispensado en un pasado remoto a los “mayores” del grupo.

El equipo científico, formado principalmente por investigadores del Centro UCM-ISCIII de evolución y comportamiento humanos de Madrid, recuperó los restos fósiles de este individuo a lo largo de cinco intensas campañas de excavación en la Sima de los Huesos, una pequeña cavidad situada a más de 30 metros de profundidad en el interior de la Sierra de Atapuerca. Los restos de la pelvis fueron objeto de un estudio previo publicado en el año 1999. Desde entonces, el trabajo en el laboratorio ha permitido reconstruir y asociar a esta pelvis, su columna lumbar.

La investigación publicada hoy en la revista PNAS ha revelado que este esqueleto parcial, perteneciente a un varón de gran corpulencia física de una especie antepasada de los neandertales, padecía importantes enfermedades degenerativas desde mucho antes de morir, con más de 45 años de edad. Estas enfermedades tendrían manifestaciones posturales y dolorosas en las zonas lumbar y pélvica, que según los autores del estudio, obligarían al individuo a adoptar una posición encorvada y, quizás, a usar un báculo para mantenerse erguido. Por ello, este individuo probablemente estaría impedido para cazar, entre otras actividades. Su supervivencia durante largo tiempo con estas discapacidades, hace suponer a los autores que el grupo social nómada del que formaba parte este individuo, tendría una atención «especial» con sus «mayores».

Las conclusiones de este estudio no se restringen solo a este individuo patológico; el equipo ha encontrado también en la Sima de los Huesos los restos de otras personas que no tenían deformidades en la columna vertebral ni en la pelvis. Gracias a ellos, los científicos han descubierto que esta población, al igual que los neandertales, poseía una columna vertebral con curvaturas menos marcadas que las que recorren nuestras espaldas. Es más, la forma característica de sus vértebras y su pelvis demuestra que sus cuerpos estaban diseñados, como los nuestros, para minimizar el gasto de energía necesario para mantenerse perfectamente erguidos.

En nuestra especie, la pelvis presenta un diseño adaptado a una postura erguida y una locomoción bípeda. Estas adaptaciones «compiten» en las mujeres con la necesidad de dar a luz. Estas circunstancias, junto con el elevado tamaño encefálico de los recién nacidos, convierten el parto en un proceso complicado en nuestra especie.

En consecuencia, la forma del conducto pélvico de las mujeres presenta modificaciones que habilitan el paso del feto a término en el momento del alumbramiento. Retrocediendo en el tiempo, los científicos de este estudio han comparado también el conducto pélvico del anciano de la Sima de los Huesos, con el de otras pelvis humanas fósiles de sexo femenino encontradas en otros yacimientos del mundo. Los resultados publicados señalan que las diferencias entre los sexos de los individuos fósiles se asemejan a aquellas encontradas entre los hombres y las mujeres actuales. Este hallazgo ha permitido a los investigadores de Atapuerca sostener la hipótesis de que las mujeres de estos humanos extintos sufrirían presiones obstétricas, es decir, alumbramientos difíciles.

Fuente:elcorreodeburgos.com

domingo, 10 de octubre de 2010

Un estudio sugiere, que los volcanes mataron a los neandertales


Una investigación sugiere que el cambio climático después de una etapa de erupciones volcánicas masivas llevó a la extinción de los neandertales.

Una investigación reciente sugiere que el cambio climático después de una etapa de erupciones volcánicas masivas llevó a la extinción de los neandertales y despejó el camino a los seres humanos modernos para expandirse en Europa y Asia.

"Planteamos la hipótesis de que la desaparición de los neandertales se produjo abruptamente (en una escala de tiempo geológico) después de la actividad volcánica más poderosa registrada en el oeste de Eurasia durante el período de la historia evolutiva neandertal", escriben en la revista Current Anthropology los investigadores Liubov Vitaliena Golovanova y Vladimir Borisovich Doronichev, del Laboratorio de Prehistoria ANO en San Petersburgo (Rusia). "Esta catástrofe no sólo destruyó drásticamente los nichos ecológicos de las poblaciones neandertales, sino que también causó una despoblación masiva", añaden.

Las evidencias de la catástrofe procedende la cueva de Mezmaiskaya, en las montañas del Cáucaso del sur de Rusia, un sitio rico en huesos y herramientas de Neandertal. Las recientes excavaciones de la cueva revelan dos capas distintas de cenizas volcánicas que coinciden con eventos volcánicos a gran escala que se produjeron hace unos 40.000 años, dicen los investigadores.

Las capas geológicas que contienen las cenizas también muestran evidencias de un cambio climático abrupto y potencialmente devastador. Las muestras de sedimentos de las dos capas revelan una seria reducción en las concentraciones de polen en comparación con las capas que lo rodean, lo que indica un cambio dramático hacia un clima más fresco y seco. Además, la segunda de las dos erupciones parece marcar el final de la presencia de neandertales en Mezmaiskaya. Numerosos huesos de Neandertal, herramientas de piedra, huesos de animales de presa se han encontrado en las capas geológicas debajo del depósito de cenizas, pero ninguno de ellos se encuentran por encima de ella.

Las capas de cenizas corresponden cronológicamente a lo que se conoce como la supererupción Ignimbrita campaniana, que se produjo hace unos 40.000 años en la actual Italia, y se cree que una erupción menor tuvo lugar casi al mismo tiempo en las montañas del Cáucaso. Los investigadores sostienen que estas erupciones causaron un "invierno volcánico", en el que nubes de ceniza oscurecieron los rayos del sol, posiblemente durante años. El cambio climático "ocasionó la muerte masiva de los homínidos y animales de presa y la alteración severa de las zonas de alimentación."

En cuanto a los primeros humanos modernos, los investigadores sugieren que "inicialmente ocuparon la parte más meridional del oeste de Eurasia y África y por lo tanto evitaron la mayor parte de los efectos directos de las erupciones". Y mientras que los avances en las técnicas de caza y la estructura social claramente ayudaron a la supervivencia de los humanos modernos a medida que se trasladaron al norte, "pudieron haberse beneficiado del vacío dejado por la población neandertal en Europa, permitiendo una mayor colonización y el establecimiento de fuertes poblaciones de origen en el norte de Eurasia".

Titulo original:"Por culpa de los volcanes"

Fuente: diariodecuyo.com.ar