domingo, 27 de noviembre de 2011

El neandertal tenía una especie hermana en Atapuerca


Vivió en la Sima de los Huesos, en Atapuerca, hace medio millón de años y se parecía a un hombre de Neandertal. Pero no lo era porque la especie aún no había surgido como tal en esa época, pero tampoco se corresponde con un Homo heidelbergensis, el, teóricamente, antepasado del neandertal y del que derivaba la especie.

Dientes fósiles. María Martinón-Torres analizó más de 500 muestras de la Sima de los Huesos para llegar a su conclusión.

Es, en todo caso, una nueva pieza del incompleto puzle evolutivo que acaba de presentar en sociedad el equipo de investigadores de Atapuerca liderado por los gallegos María Martinón-Torres y José María Bermúdez de Castro. Lo han hecho en la revista científica Journal of Human Evolution después del análisis de más de 500 dientes fósiles localizados en el yacimiento burgalés.

Pero, entonces, ¿qué es? «Es un linaje nuevo, una rama que evolucionó en paralelo, pero diferente. Sería, en todo caso, un pariente, como un hermano», responde la ourensana María Martinón-Torres, responsable del grupo de Antropología dental del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana.

Algunos de sus rasgos, sobre todo en su mandíbula, indican que «es más neandertal que el neandertal clásico», pero se sabe que no pertenece a esta especie porque otras partes de su esqueleto son diferentes.

Pero lo más paradójico aún es el hecho de que posea rasgos propios del Homo neanderthalensis en una época aún muy temprana -hace 500.000 años-, cuando estas características se fueron incorporando en una época más tardía a partir de la evolución del heidelbergensis. El hallazgo plantea, entonces, un nuevo escenario evolutivo a la comunidad científica internacional: reconsiderar la propia definición del Homo heidelbergensis. O, lo que es lo mismo, se aportan pruebas contundentes que atacan a la línea de fondo de la teoría tradicional, cada vez más cuestionada, que defiende una única especie de heidelbergensis a partir de la cual surgió el neandertal.

«Ahora podemos pensar -señala María Martinón-Torres- que había grupos que darían origen a los neandertales y otros que no, que evolucionaron como una rama hermana, pero distinta, y apuntar la posibilidad de que hubiera más de un linaje de heidelbergensis en Europa».

Dicho de otra forma, la comunidad científica deberá plantear a partir de ahora que en el Pleistoceno medio coexistieron en Europa varios linajes de homínidos diferentes.

Fuente: lavozdegalicia.es

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Cantabria presentará esta semana hallazgos recientes de arte paleolítico en un coloquio internacional en París

La consejería de Cultura participará en el MADAPCA (Micro Análisis y Dataciones del Arte Prehistórico en su Contexto Arqueológico)

Cantabria presentará esta semana en París los más recientes descubrimientos en las cuevas con arte paleolítico de la región. Lo hará en el coloquio internacional MADAPCA (Micro Análisis y Dataciones del Arte Prehistórico en su Contexto Arqueológico), que reunirá en la capital francesa, entre los días 16 y 18 de noviembre, a numerosos expertos en prehistoria y el arte paleolítico.

Organizado por el Museo Nacional de Historia Natural y por el Centro Nacional de Investigación Científica (el CNRS, equivalente al CSIC español), el coloquio se dedicará a la discusión científica de los métodos y técnicas de análisis del arte prehistórico.

La Consejería de Educación, Cultura y Deporte ha sido invitada a participar en este encuentro. Lo hará a través de Roberto Ontañón, director de las Cuevas Prehistóricas de Cantabria y jefe de la sección de Arqueología, que participará como presidente de la sesión de trabajo dedicada a "Los contextos del arte prehistórico".

En su intervención, destacará la importancia de revisar de nuevo sitios conocidos "con mirada y técnicas actuales" (como la cueva de El Castillo), y la relevante aportación que supone el conocimiento de nuevos yacimientos arqueológicos intactos con información inédita y abundante que ayuda a contextualizar el arte rupestre paleolítico (como La Garma).

En este coloquio se presentarán a la comunidad científica internacional los más recientes avances en el estudio de objetos de piedra decorados de La Garma, de época Magdaleniense (hace unos 16.500 años) a cuyo análisis se están aplicando avanzadas técnicas de microtopografía.

Será en la comunicación presentada por Nicolas Mélard y Daniel Vigears "Microtopografía del arte mueble sobre soportes líticos: el ejemplo de las plaquetas grabadas de La Garenne y La Garma".

Se expondrán también por primera vez nuevos descubrimientos en la cueva de El Castillo, que a pesar de haber sufrido importantes transformaciones de cara a su apertura a los visitantes, conserva aún interesantes indicios de frecuentación humana subterránea en diferentes épocas de la Prehistoria que dan contexto a su magnífico conjunto de arte parietal (Marc Groenen: "Presencias humanas en la cueva decorada de El Castillo (Cantabria, España): depósitos, extracciones y trazas de paso".
COLOQUIO

Los objetivos principales del Coloquio internacional son los siguientes coordinar las grandes líneas de investigación aún dispersas en los estudios pluridisciplinares actualmente en marcha sobre las artes de la Prehistoria por parte de químicos, físicos, microbiólogos.

También se pretende elaborar un protocolo pluridisciplinar y normativo de estudio del arte parietal (en cuevas y abrigos decorados) y del arte mueble prehistóricos, y explotar los recientes desarrollos tecnológicos (análisis y microanálisis no invasivos)para renovar y mejorar las condiciones de observación, de análisis, de obtención de datos gráficos y de conservación de las obras de arte.

El encuentro se organiza en cinco sesiones temáticas dedicadas respectivamente a "Las materias del arte prehistórico", "las técnicas de registro gráfico", "la tafonomía de las paredes decoradas: de la alteración a la conservación", "las dataciones del arte prehistórico" y "los contextos del arte prehistórico".

Fuente:europapress.es

miércoles, 9 de noviembre de 2011

El cerebro neandertal era más asimétrico que el del 'Homo sapiens'

Los restos fósiles de Homo neanderthalensis encontrados en el yacimiento de El Sidrón (Asturias) están ayudando a conocer con más profundidad la población de esta especie que se asentó en la cornisa cantábrica hace aproximadamente 50.000 años.

El equipo dirigido por Antonio Rosas, paleobiólogo del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC, y en el que han participado investigadores de la Universidad Complutense de Madrid y de la Universidad de Oviedo, ha examinado los cráneos de tres ejemplares de este yacimiento.

A partir de estos estudios se ha podido saber que el cerebro de los neandertales era asimétrico, "más que el del ser humano actual" señala Rosas, que añade: "la compartimentación del cerebro en neandertales presenta unas características propias".

El patrón de drenaje venoso dural de los neandertales parece más asimétrico que en otras especies de homínidos. Los senos venosos durales son espacios que drenan la sangre del cerebro y discurren entre las capas interna y externa de la duramadre, que es la meninge adherida a los huesos del cráneo. Estos senos sirven como canales de baja presión para evacuar la sangre del cerebro a la circulación sistémica. El drenaje venoso dural está relacionado con las proporciones relativas y la configuración tridimensional del cerebro.

Más concretamente, la singularidad del sistema de drenaje en los neandertales se caracteriza por la variabilidad en cómo se unen estos senos: no se aprecia un patrón de confluencia de drenaje aunque existe un mayor porcentaje de dominancia derecha; y, en algunos casos, una mayor desviación de la línea media del seno sagital.

Entender la evolución del cerebro humano

Los huesos del cráneo tienen la función de proteger al cerebro, por lo que se ajustan exactamente al volumen y forma de este importante órgano. La estructura definitiva del cráneo va a depender en gran medida de la configuración morfológica del sistema nervioso central. Cuando la cara interna del cráneo se consolida, lo hace en contacto con la superficie externa del cerebro, es decir con las meninges o membranas que envuelven el encéfalo. Las meninges se adaptan al relieve de los órganos que recubren, de tal modo que se marcan en ellas las circunvoluciones y surcos exteriores del encéfalo, y también los vasos sanguíneos: las arterias, las venas y los senos venosos. Todo ello queda marcado en la superficie interna de los huesos del cráneo, como un molde o troquel.

Como los cerebros no fosilizan, los moldes endocraneanos son la única opción para estudiar el cerebro de los neandertales. El examen de sus marcas permite deducir la forma externa del encéfalo, su tamaño y la disposición de los surcos neocorticales.

El estudio de la paleoneurología en neandertales constituye una fuente muy importante de conocimiento para entender la evolución del cerebro humano. El porqué de este interés reside en varios aspectos como son su singular morfología cerebral, el hecho de que posean uno de los mayores cerebros dentro de los homínidos y la circunstancia de que se trata de nuestros parientes más próximos; no hay que olvidar que compartimos un ancestro común.

Referencia bibliográfica:

Peña-Melián, A., Rosas, A., García-Tabernero, A., Bastir, M. de la Rasilla, M. 2011. Paleoneurology of two new neandertal occipitals from El Sidrón (Asturias, Spain) in the context of Homo endocranial evolution. The Anatomical Record. DOI 10.002/ar.21427
Fuente: lukor.com

Neandertales y homo sapiens: una competencia que duró 10.000 años en la Península Ibérica


Los neandertales y los homo sapiens convivieron durante alrededor de 10.000 años en la Península Ibérica. En ese tiempo, se sabe que compitieron por el acceso a la caza en los mismos nichos ecológicos e incluso que, aunque de manera esporádica, se mezclaron entre ellos, reproduciéndose principalmente machos neandertales y hembras sapiens.

Aunque no se conoce a ciencia cierta el motivo de la extinción de estos homínidos, factores como el retraso tecnológico o una peor organización social respecto a los sapiens parece que dificultaron su existencia y estuvieron implicados en su desaparición. Enrique Baquedano, director del Museo Arqueológico de Madrid pronunciará hoy una conferencia sobre estos seres en el Museo de la Evolución Humana (MEH) de Burgos.

Las diferencias en algunos aspectos fueron determinantes, como en el caso de la caza. A través del análisis de los restos hallados en diferentes yacimientos, se ha podido conocer que mientras los homo sapiens utilizaban proyectiles para realizar esta tarea, los neandertales sólo disponían de lanzas o jabalinas, lo que les hacía estar más expuestos al peligro. "De hecho, es muy frecuente en los restos neandertales encontrar patologías de muchos accidentes relacionados con la caza, como fracturas en los brazos, en las piernas y en la cabeza", ha manifestado Baquedado, cuya conferencia lleva el título El valle del Lozolla, valle de los neandertales.

Otro de los factores que dificultó la pervivencia de los neandertales es que sus grupos eran más reducidos que los de los sapiens (entre 18 y 25 individuos, frente a entre 30 y 40) y, además, poseían una estructura social menos jerarquizada, por lo que las tareas se desarrollaban de una forma menos eficiente. Si bien durante los aproximadamente 80.000 años en los que poblaron la Península Ibérica evolucionaron y mejoraron sus hábitos, factores como estos les situaron en desventaja con sus homínidos competidores.

Diferencias físicas

Respecto a los seres humanos de hoy en día, los neandertales presentaban muchas diferencias. Tenían una mayor capacidad craneal que los sapiens, una frente bastante más elevada, una cara más expuesta hacia afuera y no tenían mentón. En este sentido, Baquedano ha recordado que la barbilla es un rasgo característico de los sapiens, los únicos que la poseen en toda la evolución humana. Su fosas nasales eran, además, mucho más grandes, se supone que porque estaban adaptadas para calentar el aire en condiciones de máximo frío, algo que los investigadores han entendido que no les hacía falta a los "cromañones", ya que procedían de la más calurosa África, dominaban el fuego y tenían tecnología suficiente -como agujas- para tejer mejor sus ropajes.

Su cilindro corporal era, asimismo, bastante más ancho que el de los humanos actuales y eran más fuertes, aunque estaban más preparados para andar para perseguir animales que para correr. "Desde ese punto de vista, los sapiens estamos preparados para cazar en velocidad y no en persecución, como harían los neandertales", ha destacado.

En el madrileño Valle del Lozoya, los neandertales encontraron un sitio perfecto para la vida, ya que dadas sus características se conservan los pastos durante más tiempo que en los parajes de su alredor. Esto atrajo en primer lugar a manadas de animales, en segundo a los grandes carnívoros y, en tercero, a estos homínidos.

Alimentación neandertal

Estos grupos nómadas no producían ningún alimento, y eran recolectores y cazadores. "Principalmente cazaban rinocerontes, los antecesores de los actuales toros de lidia, caballos, ciervos y corzos. Todo esto mezclado con especies que hoy sólo vemos en África como hienas, leones o leopardos", ha detallado el experto.

Habitaban en campamentos ubicados en cuevas y abrigos -de los que más yacimientos se han encontrado en el mundo-, así como al aire libre. En Pinilla del Valle, por ejemplo, se han encontrado restos en varias cuevas en las que o bien vivían neandertales, o bien moraban las hienas que a veces los cazaban, o bien convivían ambas especies. La competición con las hienas y la enorme aportación de calorías que representa la llegada de especies como un rinoceronte de estepa que desapareció hace 40.000 años fueron dos hechos que marcaron la historia de los neandertales de este punto singular de la Península Ibérica, ha concluido.

Fuente: dicyt.com/

Las Pinturas del Arte Rupestre Reflejan con Realismo las Especies del Paleolitico.


Un estudio asegura que las representaciones prehistóricas están estrechamente relacionadas con la apariencia real de los animales retratados


El arte rupestre muestra una visión realista de la naturaleza y no simbólica, como se tenía asumido, según un artículo publicado hoy en la revista de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

Los animales retratados por los pintores prehistóricos en las paredes de las cuevas no son visiones expresivas o abstractas, sino que reflejan las especies presentes en la naturaleza en el momento de ser realizadas.

El estudio supone el resultado de una investigación conjunta de universidades de Estados Unidos, Francia, Rusia, España y Reino Unido sobre obras de arte del Paleolítico (hace 25.000 años) en la región Franco-Cantábrica (sur de Francia y norte de España).

Los científicos se concentraron en las representaciones de una especie concreta de caballo moteado, cuyas manchas responden a un fenotipo de equino salvaje ya desaparecido que pueden verse en las famosas pinturas de «Los caballos moteados» de la cueva de Pech-Merle (Francia).

«Nuestras conclusiones sugieren que en algunos casos las pinturas prehistóricas están estrechamente relacionadas con la apariencia real de los animales retratados y que cualquier connotación simbólica o trascendental no está señalada por el color o el modelo de tales pinturas», afirma el estudio.

Todos los fenotipos de color en los animales que se ven en estas pinturas existieron en poblaciones de caballos prehistóricas ya extintas, han comprobado los investigadores.

Fuente: abc.es

martes, 8 de noviembre de 2011

El hombre empujó a la extinción a los mamíferos gigantes de la Edad de Hielo

Reconstrucción de la fauna del Pleistoceno en Eurasia, con renos, tarpanes, bisontes, mamuts y bueyes almizcleros. | Mauricio Antón

La expansión de los asentamientos humanos que dominaban la tierra durante el Paleolítico superior (entre hace 35.000 años y 10.000 años) promovió la extinción de al menos dos especies de grandes mamíferos hace unos 16.000 años, según un artículo publicado en el último número de la revista 'Nature'.

El estudio, en el que participa el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), demuestra que la desaparición del caballo ancestral conocido como tarpán ('Equus ferus') y del bisonte estepario ('Bison priscus') se debió a los efectos combinados del impacto humano y el cambio climático, según explica el CSIC en una nota de prensa.

Los autores del trabajo publicado en 'Nature' han estudiado la pauta de extinciones en ese periodo de la primitiva historia humana. En el Pleistoceno, Eurasia y América del Norte perdieron respectivamente el 36% y el 72% de los géneros de megafauna. Esto coincidió con el último máximo glacial de hace unos 20.000 años, que "influyó en la desaparición de muchas de estas especies", explica la investigadora del CSIC en la Estación Biológica de Doñana que ha participado en el trabajo, Jennifer Leonard.

El artículo, cuyo autor líder es el investigador de la Universidad de Copenhague (Dinamarca), Eske Willerslev, evalúa el efecto de ambos factores sobre la extinción o la repentina disminución de las poblaciones de seis tipos de grandes mamíferos (caballos, renos, bisontes, mamuts, rinocerontes lanudos y bueyes almizcleros). Para ello, el equipo de investigación ha analizado 846 secuencias de ADN mitocondrial, 2.996 restos de megafauna y 6.291 residuos de asentamientos humanos de aquella época en Eurasia para establecer la relación espacial y temporal entre las poblaciones humanas y las de dichos animales.

Esta información se ha contrastado, a su vez, con los modelos climáticos de hace 42.000 años, 30.000 años, 21.000 años y 6.000 años. De las variedades evaluadas, cuatro de ellas están actualmente extintas y corresponden al rinoceronte lanudo ('Coelodonta antiquitatis'), al mamut lanudo('Mammuthus primigenius'), al bisonte estepario y al tarpán. El resto de las especies analizadas aún conservan poblaciones vivas. Son el caballo doméstico ('Equus caballus'), al reno ('Rangifer tarandus'), al buey almizclero ('Ovibos moschatus') y al bisonte americano ('Bison bison').

Los resultados atribuyen la extinción del tarpán y del bisonte estepario a la combinación de los dos factores debido a que los restos de ambas especies son los más abundantes en las regiones de asentamientos humanos. Aunque el inicio de sus declives coincide con el último máximo glacial, estos muestran un decrecimiento acelerado que se ajusta a la expansión de las poblaciones humanas hace unos 16.000 años.


Bueyes almizcleros fotografiados en la actualidad.


Por su parte, la distribución del reno también coincide con los asentamientos prehistóricos y su declive, con el último glacial máximo. Sin embargo actualmente la especie ni siquiera se encuentra amenazada de extinción, lo que, según el artículo, "podría explicarse debido a su alta fecundidad y su flexibilidad ecológica".
Diferencia según especies

Según el estudio, las poblaciones de mamut y rinoceronte no sólo no se vieron afectadas por la presencia humana, sino que aumentaron entre cinco y 10 veces al menos 10.000 años después de su primer contacto con humanos.

Por su parte, la población de buey almizclero no mantuvo relación con los hombres. Sin embargo, al igual que el rinoceronte, descendió súbitamente tras la última glaciación máxima.

Por el contrario, la extinción del mamut es misteriosa ya que su población continuó aumentando tras el evento climático, hasta desaparecer de forma repentina.

La investigadora Leonard explica al CSIC: "Los resultados son especialmente oportunos ahora que intentamos determinar como el actual cambio climático afectará a la fauna". Sin embargo, "los resultados indican que cada especie reaccionó de forma diferente, por lo que la ausencia de un patrón común complica la conservación de especies", concluye.
Fuente: elmundo.es

Los restos fósiles más antiguos de nuestra especie en Europa tienen unos 45.000 años

Maxilar con tres dientes descubierto en una cueva en Devon (Reino Unido) en 1927 y ahora identificado como el resto de la especie humana moderna más antiguo de la Europa noroccidental.- CHRIS COLLINS (NATURAL HISTORY MUSEUM, LONDON) / TORQUAY MUSEUM

Unas cuantas piezas dentales procedentes de dos yacimientos, uno en el sur de Italia y otro en el Reino Unido, descubiertas hace años pero datadas de nuevo ahora con técnicas avanzadas, se han convertido en los restos de la especie humana moderna más antiguos que se conocen. Los de Italia tienen entre 45.000 y 43.000 años. Además, estos dientes se clasificaban hasta ahora como neandertales y, como están asociados a restos de una cultura de piezas de adorno personal, se venía adjudicando ciertas características cognitivas de aquella especie desaparecida cuando ahora se ha visto que en realidad son fósiles de la humanidad moderna, nuestros antepasados directos. "Los resultados aportan pruebas fósiles de un período más largo [de lo que se creía] de coexistencia en Europa entre neandertales y humanos modernos", escriben Stefano Benazzi (Universidad de Viena) y sus colaboradores en su artículo publicado en la revista Nature. Otro equipo, liderado por Tom Higham (Universidad de Oxford), presenta los análisis de las piezas dentales británicas, ligeramente más modernas.

El período en la prehistoria europea en que los neandertales fueron sustituidos por los Homo sapiens sapiens es uno de los más controvertidos y misteriosos que abordan los paleoantropólogos, puesto que en el plazo de unos pocos miles de años los primeros fueron sustituidos en el territorio (hasta extinguirse hace casi 30.000 años) por los segundos. Y no se ha identificado una causa determinante de esta sustitución y desaparición de una de las especies. En este escenario, los descubrimientos presentados ahora acerca de los restos más antiguos de la especie moderna no aclaran definitivamente las incógnitas, pero determinan quién es quién -y cuándo- en yacimientos clave, y ayudan a ir comprendiendo aquellos oscuros procesos.

Hasta ahora se consideraba documentada la presencia de la humanidad moderna en Europa hace entre 44.000 y 42.000 años, pero exclusivamente por vestigios como objetos hechos por nuestros antepasados y no por los neandertales. Sin embargo, los restos fósiles más antiguos tendrían entre 41.000 y 39.000 años. Por ello, Benazzi y su grupo afirman que, al determinar ahora una edad de entre 45.000 a 43.000 años para las piezas del sur de Italia, estas se convierten en "los restos humanos anatómicos modernos más antiguos que se conocen en Europa", confirmando una rápida dispersión de la especie en el continente antes de la desaparición de los neandertales.

Se trata de dos dientes infantiles, de leche, que fueron descubiertos, en 1964, en el yacimiento de Grotta del Cavallo, en el Sur de Italia, y que se clasificaron entonces como neandertales. Las dos piezas estaban en niveles arqueológicos de lo que se conoce como la cultura Uluciense, caracterizada por ornamentos personales, herramientas de hueso y pigmentos típicamente asociados con el comportamiento humano moderno, explica la Universidad de Oxford en un comunicado. La atribución neandertal de los fósiles, por tanto, ha estado en el centro de la argumentación que sostenía que la cultura Uluciense les correspondía.

Benazzi y sus colegas han utilizado técnicas de escáner avanzadas para analizar los dos dientes de nuevo y concluyen que son de Homo sapiens sapiens. Además, han hecho nuevas dataciones del yacimiento y establecen su antigüedad de entre 45.000 y 43.000 años.

La coexistencia ahora documentada entre neandertales y humanos modernos durante varios miles de años más de lo que se pensaba "tiene importantes implicaciones en el entendimiento del desarrollo del comportamiento humano completamente moderno. Si la colonización del continente europeo fue en una o varias oleadas de expansión, así como las rutas que se siguieron, está aún por determinarse", señala el investigador del CSIC Michael Coquerelle, que trabaja en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, uno de los miembros del equipo de Benazzi .

También el fósil británico se conoce desde hace tiempo. Es un fragmento de mandíbula superior con tres dientes, descubierta, en 1927, cerca de Torquay, en el Reino Unido, y asociada a herramientas de corte típicas de la cultura del hombre moderno, no neandertal. Esa mandíbula estaba identificada ya como perteneciente a la especie actual, pero las dataciones realizadas por radiocarbono en 1989 indicaban una antigüedad de unos 35.000 años. Ahora Higham y sus colegas explican que han aplicado una técnica más refinada y que la mandíbula, que efectivamente es de humano moderno, tiene entre 44.200 y 41.500 años. "Es, por lo tanto, el fósil anatómico conocido más antiguo del Noroeste de Europa", escriben los investigadores. Además, señalan que esta pieza "demuestra lo rápida y amplia que fue la dispersión de los primeros humanos modernos por Europa hace más de 40.000 años". Es descubrimiento significa que "los primitivos humanos modernos debieron coexistir con los neandertales en esta parte del mundo [noroeste de Europa], cosa que algo que muchos investigadores han dudado".

Los hallazgos de estos dos equipos son significativos más allá de adelantar en el registro fósil la presencia documentada de la especie humana moderna. Numerosos yacimientos atestiguan el cambio desde la cultura típica neandertal (Muesteriense) tardía a la tecnología de la especie moderna (Auriñaciense), caracterizada por determinadas herramientas, ornamentos y artefactos de hueso, explican los científicos liderados por Higham. Sin embargo, continúan, son escasos los fósiles de hombre moderno asociados son los restos auriñacienses primitivos , por lo que adquiere especial relevancia la mandíbula ahora datada en más de 40.000 años.

Fuente: elpais.com

martes, 1 de noviembre de 2011

Descubren en Brasil fósil de perezoso gigante


Así informó el diario Correio Braziliense.

“Es un descubrimiento increíble y de gran valor para la ciencia, pues es un mamífero prehistórico que abre nuevas y mucho más amplias posibilidades de estudio”, declaró al periódico el geólogo Carlos Borges, director del Museo de Dinosaurios de la ciudad de Uberaba.

Los fósiles, que según los expertos corresponden a un ejemplar de la especie “Eremotherium laurillardi”, fueron descubiertos en una zona rural de esa ciudad por mera casualidad y el responsable del hallazgo fue el agricultor José Bezerra, fallecido hace dos años en un accidente de tránsito.

En 2006, Bezerra halló en el campo unos huesos de gran tamaño y por curiosidad decidió guardarlos.

Hace un par de años, la historia de los “ huesos gigantes ” que guardaba el agricultor llegó a oídos de los científicos del Museo de Dinosaurios, que los recuperaron y estudiaron con ayuda de una fundación oficial dedicada a la investigación.

Según los expertos, que no han podido determinar si se trata del fósil de un macho o una hembra, era un ejemplar adulto, herbívoro, de unos seis metros de altura, que se podía sostener sobre las dos patas traseras y utilizaba unas grandes garras para alcanzar hojas y frutas en las ramas más altas de los árboles.

Fuente: abc.com.py