miércoles, 24 de agosto de 2011

Descubren una pala de neandertal de hace 56.000 años


Nunca hasta ahora se había encontrado algo similar en un yacimiento de neandertales ni de humanos modernos del Paleolítico. Se trata de un utensilio de madera con forma de pequeña pala que fue usada por los neandertales que hace 56.000 años habitaron en el Abric Romaní, un yacimiento del municipio catalán de Capellanes.

Los paleontólogos del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) han encontrado el lugar en el que estuvo esta pequeña pala con mango porque en el suelo del nivel 'P 'quedó impresa su huella, así como restos de la madera carbonizada de la que estaba hecha, que podía ser de pino o de sabina, los árboles que había alrededor.

El artefacto medía en su parte más ancha 15 centímetros de largo por ocho de ancho, con una forma triangular, terminada en punta; y en el mango tiene otros 17 centímetros de largo por cuatro de ancho. Los restos que quedan están carbonizados, lo que indicaría que la habían tirado al fuego que había en la cueva cuando estaba ya medio apagado, por lo que no se quemó. Posteriormente, quedó cubierta por agua y musgos que impidieron su destrucción hasta que la huella quedó impresa en el terreno.

Pieza como las del Neolítico

Eudald Carbonell, director de las excavaciones, reconoce a ELMUNDO.es que se quedó "de piedra" cuando observó el enclave y la reconstrucción que hizo un miembro de su equipo. "No hay nada similar en el mundo con esa forma y aquella época, ni construido por neandertales ni por humanos modernos, tampoco he encontrado una herramienta similar entre los cazadores y recolectores actuales. Hasta el Neolítico no hay piezas similares", apunta en investigador.

Por el contexto en el que se encuentra se sabe que entonces ocupaban el abrigo un grupo de cazadores y recolectores neandertales que cazaban para comer cérvidos, caballos y bóvidos que solían asar en las hogueras. Incluso hay unos objetos de madera que podrían haberse utilizado como bandejas. También se han hallado lanzas y porras de madera.

En cuanto a microfauna, se han documentado especies relacionadas con ambientes acuáticos, como la rata de agua, y otras propias de entornos más húmedos que los actuales de la zona, como las musarañas de dientes rojos.

Los 30 años de excavaciones en Abric Romaní, con unas excepcionales condiciones de sedimentación, han servido para documentar actividades humanas que hasta ahora sólo se atribuían a los 'sapiens', sobre todo en cuanto a organización de sus alojamientos, de la que se ha podido deducir una complejidad social mayor de la que se creía.

Fuente:elmundo.es

miércoles, 17 de agosto de 2011

La Historia Interminable del Homo floresiensis


La presencia de un nuevo tipo humano, descubierto el año 2003 en la isla de Flores (Indonesia), desconcertó a la comunidad científica. Era muy reciente, de hace sólo 18.000 años, medía un metro de altura (como los hobbit de Tolkien) y tenía un cerebro de tamaño menor al de un chimpancé. Las herramientas que lo acompañaban eran las esperables para ese periodo, pero no para ese cerebro de 380 cc. ¡Algo impensable!

Había que dar explicaciones: se trataba de una temprana emigración de homínidos de cerebros pequeños (H. habilis o similar), que en un ambiente insular (como ocurre con otras especies) se adaptó reduciéndose en cabeza y cuerpo. Pero que un humano reduzca su cerebro es como pedir a una hiena que se haga vegetariana. Aceptar que el camino de la encefalización en nuestro género no es una vía de una sola dirección cuesta admitirlo. Su pequeño cerebro no le impedía cazar liebres gigantes o elefantes enanos, que poblaban la pequeña isla.

La opinión mayoritaria ha sido (y sigue siendo) la de los partidarios de la nueva especie. Numerosos artículos científicos estos años han ido describiendo los fósiles (clavículas, mandíbulas, pies, etc.) y aportando pruebas de la validez del trabajo de los primeros descubridores (los australianos Brown y Morwood).

Ahora, sin embargo, el antropólogo de la Universidad de Columbia Ralph Holloway afirma, en base a análisis de tomografía computerizada sobre el cráneo, que el individuo que da nombre a la especie es en realidad un Homo sapiens moderno afectado por microcefalia de origen patológico.

El trabajo, publicado este mes en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, compara el cráneo de Flores con niños y jóvenes microcefálicos actuales, llegando a la conclusión de que todas las medidas obtenidas por resonancia magnética encajan con esa patología que produce pequeños cerebros, y solo en los Australopithecus, de más de tres millones de años, se encuentran valores similares a los del cráneo indonesio. Los resultados de Halloway se alinean en gran parte con las dudas manifestadas desde el primer momento por el reputado paleontólogo Teuku Jacob, que siempre afirmó que el denominado “hobbit” era un pigmeo austromelanesio afectado por microcefalia.

Buena parte de las controversias se han debido a la ocultación de los fósiles y a la instrumentalización política. Equipos y países enfrentados que intentan impedir que la ciencia fluya bajo una premisa de abierta colaboración y respeto. Es probable, como afirma María Martinón (CENIEH), que la solución al enigma de Flores sólo pueda encontrarse mediante la colaboración entre equipos y disciplinas científicas diversas.

En España tenemos un caso similar. Estos días ha estallado de nuevo la polémica respecto a un presunto cráneo humano en Orce (Granada) hallado en 1992, al denegar la Junta de Andalucía la excavación a un equipo internacional. ¿Tan difícil es dejar que los científicos hagan su trabajo?

Fuente:diariodeburgos.es

viernes, 12 de agosto de 2011

Hallan un colgante de 25.000 años de antigüedad en el País Vasco


Un colgante utilizado hace unos 25.000 años por el hombre de cromañón como ornamento y como herramienta fue hallado en un sitio arqueológico en el País Vasco y se convierte en el abalorio más antiguo encontrado en un yacimiento al aire libre en la península Ibérica.

Un equipo de arqueólogos halló el colgante el lunes en el yacimiento de Irikaitz en Zestoa, el único en territorio vasco que incluye materiales del paleolítico antiguo.

El colgante está elaborado con piedra lutita y tiene 10 centímetros de largo y dos de ancho. Es una pieza única, principalmente por su datación de hace unos 25.000 años, algo que no es muy corriente

"Está perforado por un extremo con un taladro de piedra y por el desgaste del agujero se ve que lo atravesaba un cordel y probablemente se colgaba del cuello", dijo a Reuters el director de la excavación, Alvaro Arrizabalaga.

Otra de las características que hace del colgante una pieza única es el hecho de haber sido encontrado en un yacimiento al aire libre.

El hombre que utilizaba el colgante descubierto era nómada, acampaba de forma temporal en el lugar y "probablemente lo usaba como cazadero, porque es una zona donde se podían preparar trampas con facilidad", destacó el investigador.

La piedra perforada tenía un doble objetivo, porque además de utilizarse como ornamento fue usada como herramienta para retocar los instrumentos de sílex cuando se iban desafilando.

"Es una combinación poco habitual entre lo estético y lo útil, un instrumento que se utiliza como adorno corporal y al mismo tiempo es en sí mismo una herramienta que llevaba colgando y utilizaba esporádicamente", explicó el director del yacimiento.

Fuente:reuters.com