miércoles, 30 de diciembre de 2009

Un nuevo estudio avala la gran capacidad de las poblaciones de neandertales para adaptarse a cualquier tipo de medio ambiente

M. Gema Chacón durante la lectura de la tesis doctora

Las poblaciones neandertales muestran unas capacidades adaptativas muy amplias, adecuando sus comportamientos técnicos, de subsistencia y movilidad territorial a cualquier tipo de medio ambiente, recursos y fluctuaciones climáticas producidas durante el periodo cronocultural del Paleolítico Medio, entre los 300.000 y los 25.000 años. La coexistencia de diferentes sistemas operativos líticos parece ser el resultado de un sistema complejo de opciones tecnológicas.

Estas son algunas de las principales conclusiones de una tesis doctoral con mención europea defendida recientemente en la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona por M. Gema Chacón, investigadora del IPHES (Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social).

El estudio lleva por título El Paleolítico Medio en el suroeste europeo: Abric Romaní (Capellades, Barcelona, España) Payre (Rompón, Ardèche, Francia) y Tournal (Bize, Aude, Francia): Análisis comparativo de los conjuntos líticos y los comportamientos humanos; se ha realizado en codirección entre Eudald Carbonell y Manuel Vaquero (director e investigador del IPHES respectivamente) y Marie-Hélène Moncel (Département de Préhistoire, Muséum National d’Historie Naturell, París, Francia)

El Paleolítico medio, periodo crono-cultural en el que se incluyen los conjuntos líticos estudiados en esta tesis de doctorado, abarca unos 300.000 años (entre los 330.000 y los
25.000 años) Durante este tiempo los comportamientos humanos se han visto afectados por diferentes factores, como variaciones climáticas, disponibilidad de recursos y accesibilidad de los mismos, que han producido un mosaico de respuestas que han marcado la diversidad cultural de las poblaciones neandertales.

Cadenas operativas

“Las exigencias técnicas de las diferentes cadenas operativas realizadas podrían motivar la selección de uno u otro método de talla y de materia prima, pero siempre dentro de los sistemas técnicos que el grupo utiliza”, afirma M. Gema Chacón. Todo ello dependiendo de intereses individuales o causas subsistenciales, dentro de la constelación de conocimientos que forman su campo operativo de cara a afrontar sus actividades de subsistencia, pues “sea cual sea el medioambiente, el clima y los recursos disponibles (líticos, vegetales y faunísticos) las poblaciones neandertales han sabido adaptar sus comportamientos de subsistencia a los cambios producidos durante más de 200.000 años. Si no disponen de un tipo de materia prima (ej: silex, cuarzo…) utilizan otras para realizar sus herramientas, y lo mismo ocurre con los animales, si no tienen caballos, se alimentan de ciervos, o de cualquier otra especie”.

“La variabilidad dentro de sus actividades –añade Chacón- sería una respuesta normal, ya que se mueven dentro de un mismo sistema operativo con diferentes opciones, que utilizan según sus necesidades, sus intereses o sus aptitudes personales. Esto lleva a plantear que el contacto entre grupos debía ser muy importante, especialmente en lo que concierne a la transmisión y difusión de conocimientos que permite la generalización y socialización de la constelación de conocimientos bajo la que actúan los grupos”, manifiesta la autora de la investigación.

Para llegar a este conocimiento, M. Gema Chacón ha estudiado unas 12.000 piezas líticas. De cada una de ellas ha efectuado un análisis morfotécnico con el fin de poder reconstruir las cadenas operativas llevadas a cabo por los neandertales para poder producir sus herramientas líticas. Se trata sobre todo de núcleos, lascas y objetos retocados, esencialmente raederas, denticulados y objetos convergentes. Los usos son muy variados, ya que las herramientas de este periodo son muy flexibles (multifuncionales) y pueden ser utilizadas en el desarrollo de todas las actividades llevadas a cabo por los grupos de neandertales (procesamiento de las carcasas animales, de los recursos vegetales…).

Los yacimientos

Las piezas examinadas pertenecen a los conjuntos líticos de los yacimientos de Payre (Ardèche, Francia en torno a los 125.000 años), el Abric Romaní (Barcelona, España; entre los 55.000 y 50.000 años) y de la Grotte Tournal (Aude, Francia; en torno a los 38.000 años), ya que cubren una gran parte del Paleolítico Medio. Son, además, yacimientos con largas secuencias estratigráficas bien estudiadas, y hay una gran cantidad de trabajos interdisciplinares realizados sobre todas las evidencias arqueológicas encontradas en cada uno de ellos.

“Esto permite disponer de toda la información necesaria para poder comparar los comportamientos técnicos con las actividades de subsistencia de las poblaciones de neandertales que habitaron en estos tres yacimientos del sudeste europeo”, cuenta M. Gema Chacón.

Fuente: universia.es

viernes, 18 de diciembre de 2009

Los cereales procesados se incluyeron en la dieta hace 100.000 años


Los seres humanos comenzaron a alimentarse con cereales procesados hace 100.000 años, según sugiere un estudio de la Universidad de Calgary en Canadá que se publica en la revista 'Science'.

El descubrimiento de residuos de sorgo en herramientas de piedra de 100.000 años de antigüedad en una cueva de Mozambique implica que los primeros humanos estaban procesando grano en un momento en el que se pensaba que se basaban en frutas y frutos secos que recolectaban con más facilidad.

África tiene más cereales nativos que ningún otro continente y varias docenas de granos salvajes siguen comiéndose por su contenido en almidón. El sorgo es el principal cereal que se consume en la actualidad en el África sub-sahariana, donde se procesa al machacar el endosperma del grano para harinas rústicas que se utilizan en forma fresca o fermentada para preparar gachas, alimentos horneados y bebidas alcohólicas.

Se sabe poco sobre cuándo comenzaron los primeros humanos a basarse en las semillas de granos para alimentarse, aunque los investigadores han asumido generalmente que esto tuvo lugar en la fase final del Pleistoceno, hace entre 1,8 millones de años y 11.000 años, y como parte de la aparición de las conductas modernas.

Los investigadores, dirigidos por Julio Mercader, han identificado abundantes residuos de almidón en herramientas de piedra descubiertas en una cámara profunda del interior de una cueva en Ngalue, Niassa, al noroeste de Mozambique, que datan de hace alrededor de 100.000 años.

Según señala Mercader, estos residuos podrían proceder de sorgo salvaje e implicarían que los habitantes de este yacimiento estaban consumiendo este grano, en contraste con la creencia convencional de que la recolección de semillas no era una actividad importante entre los recolectores del Pleistoceno en África del Sur.

Fuente: europapress.es

'Habitaciones' en el hogar hace 800.000 años.

Gráficos de las herramientas encontradas durante la excavaciónThe Hebrew University

El paso de los siglos y el avance de las tecnologías nos hace olvidar los orígenes de las cosas, incluso cuando se trata de conceptos que una vez fueron de vital importancia. Cuando hablamos hoy del hogar estamos pensando en nuestra vivienda, el lugar que habitamos; pero su significado original es otro.

El hogar es el sitio donde estaba el fuego dentro de una casa, y ha sido tan importante para nosotros durante milenios que la palabra que lo designaba pasó a englobar el concepto mismo de vivienda. De hecho nuestra casa es nuestro hogar, porque el fuego era la vida: el calor, la cocina y la luz sin las cuales la supervivencia es mucho más complicada.

Según un estudio recién publicado en la revista Science, los humanos tenemos hogares desde hace mucho más tiempo de lo que pensábamos: hace más de 790.000 años ya distribuíamos el espacio en los lugares que habitábamos, y ya teníamos un sitio especial para el hogar.

La importancia del fuego

Hoy en día, con nuestras viviendas bien aisladas, nuestras cocinas y luminarias eléctricas y nuestras calefacciones a gas, es difícil llegar a comprender el avance que supuso el fuego en la vida de la Humanidad.

Nos permitió calentarnos en las frías noches de invierno; ahuyentó nuestros fantasmas y a nuestros enemigos carnívoros con su luz, hizo posible secar pertenencias y arreos. Pero sobre todo nos permitió acceder a un amplio rango de alimentos que antes del fuego eran inaccesibles, porque nuestro aparato digestivo es incapaz de procesarlos, en especial los cereales y la carne.

Con el fuego pudimos vivir en lugares antes inhabitables, comiendo alimentos antes indigeribles. El control del fuego es uno de los grandes inventos del ser humano.

Según científicos israelíes, que han estudiado un yacimiento del Paleolítico Medio situado en el Valle del Jordán llamado Gesher Benot Ya'aqov, en esa época tan temprana (790.000 años) ya había una clara diferenciación espacial en los sitios donde habitaban nuestros antepasados.

La distribución de los restos óseos, vegetales y líticos encontrados, y la presencia de un hogar, marcan dos espacios diferentes en la zona habitada de lo que entonces era la orilla de un lago hoy seco.

Diferentes espacios

Una de las áreas, apartada del fuego, estaba dedicada a taller de fabricación de herramientas de sílex y al procesamiento de pescado.

En el extremo opuesto, junto al hogar, había menos talla y se trabajó sobre diferentes rocas (caliza y basalto). Éste era el lugar favorito para retocar los bifaces y donde se empleaban herramientas de piedra para procesar y quizá consumir otros alimentos vegetales como nueces (quizá con uso del fuego), y también cangrejos.

El concepto básico del análisis, el llamado 'suelo o nivel de ocupación', es una idea polémica y compleja en la práctica arqueológica del Paleolítico.

En un yacimiento los restos de todo tipo aparecen situados en el espacio en tres dimensiones; la acreción de nuevo material entierra los objetos que quedan en el suelo, y la reconstrucción de lo que realmente era el suelo en un momento concreto exige una técnica de excavación impecable y precisa.

En los niveles analizados de Gesher Benot Ya'aqov una inundación puntual selló un nivel de ocupación, lo que ha permitido a los arqueólogos el detallado análisis necesario para obtener estas conclusiones.

Baste saber que la excavación de ese nivel proporcionó 79.670 microartefactos y 1.412 macro restos, que incluyen industria lítica sobre varios materiales, diferentes maderas y otros restos vegetales y huesos de animales terrestres y acuáticos; muchos de los restos presentaban marcas de fuego, lo que permitió reconstruir la posición de diversos hogares.

Resulta significativo pensar que aquellos pobladores de cultura Achelense, de los que desconocemos si eran o no antecesores directos nuestros, ya eran capaces de repartir el espacio que utilizaban en diferentes regiones especializadas en distintas tareas.

Es una costumbre que hemos heredado, y que en nuestra sociedad actual se expresa en múltiples situaciones: las habitaciones de nuestros hogares, pero también la separación entre lugar de trabajo, sitio de ocio y vivienda.

En última instancia la existencia de áreas residenciales o de polígonos industriales tiene su antecedente más antiguo en esta división espacial del trabajo de hace casi 800.000 años, en la orilla de un lago cerca del río Jordán. Cuanto más cambian las cosas, más permanecen iguales.

Fuente: rtve.es

jueves, 17 de diciembre de 2009

Un Paraíso Rupestre en Asturias

Es común escuchar en todo el mundo decir que el Principado de Asturias, en España, es un paraíso natural, pues es cierto y lo hemos visto en reiteradas ocasiones. Sin embargo, hoy no estamos aquí para hablar de este enorme edén en la tierra en términos generales sino más bien de contarles que dentro de este gigante existe otro paraíso: el Rupestre.

Es que se acerca la Nochebuena y un nuevo año está en camino y qué mejor plan que recibirlo en un lugar diferente, lleno de encantos y por demás interesante. Por eso, ¿porque no tener en cuenta pasar las fiestas junto a los suyos de una manera distinta? Elija una casa rural del Oriente asturiano y prepárese para conocer un poco más sobre los atractivos que aquí se presentan.

Al llegar allí no sólo se asombrará de las bellezas paisajísticas sino que podrá comprender con sus propios ojos la afirmación de que “si los primeros hombres que tuvieron capacidad de pensar se instalaron en Asturias hace 40.000 años, por algo sería”.

Es que al visitar este paraíso encontrará a un pintor de la época del neandertal que ha sobrevivido desde su origen en el oriente de la comarca, aprendiendo a convivir con los avances tecnológicos y el diferente estilo de vida para demostrar que si ha elegido Asturias como un sitio para vivir, por algo sería… ¿Se anima a descubrirlo?

Si desde un principio a los neandertales los cautivó la belleza de la naturaleza y la cultura, por nombrar sólo algunas de las maravillosas cosas que pudieron haber encontrado aquí, cómo no hablar también del increíble Paraíso Rupestre que el principado posee.

Justamente este Paraíso Rupestre es lo que les propongo. ¿De qué se trata? Lógicamente, será mejor que lo vea con sus propios ojos pero, para ganarle a la ansiedad y llegar aún con más ganas de apreciarlo directamente le contaremos brevemente algunos sitios que no puede dejar de conocer.

Aquí, entonces, haremos una pequeña reseña de sitios de gran importancia patrimonial en todo lo que abarca el oriente de Asturias y que justamente conforman este edén arqueológico del que le estamos hablando.

Algunos de los principales atractivos que puede encontrar en lo que consideramos “Paraíso Rupestre”, y seguramente de los sitios preferidos del neandertal, son las cuevas donde encontraremos una gran cantidad de grabados y pinturas que fueron realizadas cuando estos hombres decidieron instalarse en el principado.

Así, la de Lonja, Tito Bustillo y la de Llonín son sólo algunas de las que puede visitar y recorrer durante su estadía en el oeste de la comarca, ¡aunque también quedan más por conocer! Es importante tener en cuenta averiguar los horarios de cada una y asesorarse si se debe abonar algún tipo de entrada o no, pues ¡muchos sitios son gratuitos!

Y si de arte se trata, otra interesante opción es conocer la roca Ídolo de Peña Tú. Aquí, podrá observar en las paredes de la misma, algunos grabados y pinturas que datan de la época neolítica. Según pareciera, esta roca representaría un sitio conmemorativo, como una tumba de algún importante personaje de miles de años atrás.

Es para resaltar que tanto Ídolo de Peña Tú y la Cueva de Tito Bustillo poseen aulas de interpretación donde tendrá la posibilidad de conocer de una manera más profunda la historia que poseen estos grabados así también como la posibilidad de acceder a material didáctico y dar paseos entre monumentos funerarios (Ídolo…)

Otra de las grandes alternativas para conocer más claramente de qué manera vivían estos hombres hace 40 mil años, nada mejor que visitar el Hábitat Rupestre y del Karst. Este, es un centro de interpretación que tiene como principal objetivo recrear cómo era el entorno rupestre de la zona de los Picos de Europa.


Pero hay algo muy importante a saber sobre esta visita y es que sólo puede ser visitada en verano y semana santa. Por esta razón es imprescindible realizar una reserva previa, ya que, además, únicamente es posible concurrir de viernes a domingo, por lo que se arman contingentes para realizar las excursiones. ¡La excusa perfecta para volver a Asturias!

si alguna vez se preguntó cómo habría estado conformado el hábitat animal de aquellos años, la respuesta estará muy próximamente frente a usted.

Es que en muy poco tiempo, se hará la apertura del centro de interpretación de la Fauna Glaciar, un lugar que se convertirá en un parque de exposiciones que contará con la propia Cueva de Avín donde podrá observar una magnífica recreación de la fauna extinguida, en representaciones de tamaño real. ¡Un lugar espectacular por descubrir!

Sin lugar a dudas, las alternativas para disfrutar en la zona oriente de Asturias, conociendo su patrimonio arqueológico, artístico y cultural es muy importante. Por eso es interesante que pueda tener en cuenta elegir este destino como el sitio perfecto para disfrutar de un fin de semana festivo, aunque también es un lugar para aprovechar durante todo el año.

Además, si está interesado en conocer un poco más sobre esta gran propuesta de visitar el Paraíso Rupestre y conocer los aspectos más íntimos del Oriente Asturiano y la relación con el neandertal, puede seguir al artista de aquella época a través de las redes sociales Twitter y Facebook.

Por algo sería que el hombre decidió instalarse aquí hace 40 mil años. Los paisajes de playa, bosque y montañas ya existían cuando ellos llegaron, pero todo lo demás fue construido por los neandertales que supieron darse cuenta que ya en ese entonces, el paraíso estaba en Asturias.

Anímese a hacer un viaje en el tiempo de la mano del pintor neandertal que le mostrará exactamente porqué eligió al principado como el lugar para vivir. Viaje al oriente asturiano, hospédese en una casa rural y sienta usted mismo el placer y la felicidad que aquellos hombres descubrieron al llegar aquí.

Por eso, hágase su propio regalo de navidad o de reyes, y prepárese para disfrutar de un lugar único en el mundo: el Oeste de Asturias.

Fotos: ParaisoRupestre en Flickr y orienteastur

Fuente: enlamaleta.es

jueves, 3 de diciembre de 2009

Una muestra recrea la evolución humana a través de cinco hitos, España.

La exposición ‘Orígenes. Cinco hitos en la evolución humana’, que se podrá visitar hasta el 7 de enero en una carpa instalada en el Parque del Salón de la capital, combina el rigor científico con una voluntad divulgativa.

El bipedismo, la fabricación de las herramientas, el dominio del fuego, la autoconciencia y el conocimiento abstracto son cinco factores transcendentales que cambiaron el curso de la evolución humana y que se podrán ver perfectamente representados y explicados en la exposición ‘Orígenes. Cinco hitos en la evolución humana’ que se encuentra ubicada en el Parque del Salón de Isabel II hasta el próximo 7 de enero. La muestra, que ha sido producida por la Obra Social La Caixa y que cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de Palencia, está comisariada por Luis Batista bajo la supervisión de Eudald Carbonell.

La muestra combina el rigor científico con una voluntad divulgativa a través de escenografías de tamaño natural y reproducciones realistas de individuos de las distintas especies además se pueden “desentrañar las claves para entender la evolución humana y preservarla para el futuro”, según apuntó el secretario general de la Fundación La Caixa, Luis Reverter.

“La finalidad de esta muestra es que el visitante piense cuál es nuestro futuro y reflexione sobre la desaparición de las especies anteriores”, añadió. A su juicio, una reflexión necesaria, para que la sociedad tome conciencia de que otras especies se quedaron en el camino y que “a nosotros también nos puede ocurrir si no cuidamos el medio ambiente”.

Por su parte, el alcalde de Palencia, Heliodoro Gallego, destacó la calidad de la exposición, que calificó de “auténtico lujo cultural”.

La exposición reconstruye distintas etapas de la evolución, las formas de vida de los diferentes homínidos de hace 10 millones de años, cuando el Dryopithecus poblaba las selvas húmedas de Europa, o hace 35.000 años, cuando el Homo Sapiens realizaba las pinturas rupestres en las cuevas. En la muestra se puede también experimentar la sensación de conseguir fuego mediante la frotación (35 grados frente a 250 que eran necesarios), ver una escenografía que recrea el momento de agonía de un neandertal cuando empieza a tener conciencia de su propia existencia, experimenta angustia ante la muerte y se pregunta por el más allá.

La muestra se podrá visitar en el Parque del Salón hasta el próximo 7 de enero en horario de martes a viernes de 12.30 a 14 horas y de 18 a 21 horas; y los sábados, domingos y festivos de 11 a 14 horas y de 18 a 21 horas. Los lunes no festivos permanecerá cerrada y habrá visitas guiadas los sábados, domingos y festivos, a las 12 y a las 18 horas. La entrada es gratuita.

Fuente: gentedigital.es

martes, 24 de noviembre de 2009

¿Qué comían los Australopithecus?


Frutos ricos en azúcares, así como semillas, raíces, tubérculos y cortezas, podrían ser los alimentos básicos de la dieta del Australopithecus afarensis, un homínido del Plioceno del este de África, datado entre 4, 2 y 3 millones de años atrás. Ésta es una de las principales conclusiones del estudio sobre dieta y ecología del A. afarensis publicado en la revista Journal of Human Evolution por un equipo de la Unidad de Antropología del Departamento de Biología Animal de la UB, bajo la dirección del profesor Alejandro Pérez-Pérez.

La reconstrucción de la dieta se ha elaborado analizando el patrón de microestriación de la dentición postcanina del A. afarensis, causado durante el proceso de masticación por elementos estructurales presentes en los vegetales, llamados fitólitos, los cuales son abrasivos y rayan el esmalte dental. Además, el mismo proceso de alimentación también conlleva la ingesta de arena o polvo, que implica una mayor abrasión. Todos estos elementos son capaces de dañar microestructuralment del esmalte en el proceso de masticación porque tienen una dureza superior. El recuento y la caracterización de las microestriaciones, así como el análisis estadístico, han permitido atribuir una determinada dieta y ecología de esta especie fósil en función del patrón de microestriación de especies de primates actuales, cuya dieta está bien documentada.

Según Ferran Estebaranz, primer autor de esta investigación, "el patrón de microestriación de la A. afarensis muestra claras similitudes con los de especies Hominoidea actuales, como los gorilas de Camerún. Así, su dieta se basaría principalmente en frutos ricos en azúcares, aunque, durante la época desfavorable, debían alimentarse primordialmente de recursos pobres energéticamente pero muy abundantes, como semillas, raíces, tubérculos o cortezas ». Tal y como apunta el estudio, aunque el A. afarensis vivió en ambientes diferentes, su dieta es homogénea, lo que indica que estos homínidos eran capaces de buscar y seleccionar los recursos favoritos en diversos entornos ecológicos. Además, la dieta del A. afarensis, según se desprende del análisis del patrón de microestriación, no varió a lo largo del tiempo a pesar del aridificació progresiva que sufrió el este de África hace entre 4 y 3 millones de años.

El estudio publicado se enmarca en un amplio proyecto que pretende caracterizar la dieta y las adaptaciones ecológicas de los homínidos del Pliopleistoceno del este de África. En este sentido, cabe destacar que, recientemente, la investigadora Laura M. Martínez ha participado en el segundo Congreso de la Asociación de Paleoantropología y Paleontología del este de África (East African Association for Paleoanthropology and Paleontology - EAAPP), que tuvo lugar en Arusha (Tanzania), donde ha presentado los resultados de la reconstrucción ecológica y las adaptaciones tróficas de Homo habilis, Homo ergaster y Paranthropus boisei, así como de A. afarensis.

Referencia bibliográfica:

F. Estebaranz; L. M. Martínez; J. Galbany; D. Turbón, A. Pérez-Pérez. "Testing hypotheses of dietary reconstruction from buccal dental microwear in Australopithecus afarensis". Journal of Human Evolution, 2009.

Fuente: agrodigital.com

lunes, 9 de noviembre de 2009

Los primeros euroasiáticos vienen a España

Homo georgicus

Investigadores españoles preparan una exposición sobre el 'Homo georgicus' en Tiflis que después llegará a Madrid

En 1983, en una aldea medieval enclavada en un rincón de la Unión Soviética pegado a Turquía, apareció un diente enorme. Los arqueólogos que excavaban el yacimiento no entendían nada. En aquel asentamiento situado en la encrucijada entre Europa, Asia y África había ruinas del Medievo, tumbas mongolas, restos de la Edad de Bronce y vestigios de la Ruta de la Seda.

Pero aquel diente no era de un gigante mártir cristiano, ni de un bisnieto de Gengis Kan, ni de un pionero de la orfebrería. Era de un rinoceronte del Pleistoceno. Un año después, apareció una rudimentaria herramienta de piedra. Bajo aquella aldea, Dmanisi, hoy en el territorio de Georgia, se encontraban los vestigios más antiguos de los primeros humanos que salieron de África.

Desde entonces, han aparecido cinco cráneos de individuos que vivieron en la región hace 1,8 millones de años, centenares de útiles toscos y fósiles de animales extintos. Para una parte de la comunidad científica, Dmanisi pudo ser una especie de fonda en el viaje de los homininos desde África a Europa. Medio millón de años después, el Homo antecessor ya dominaba la Sierra de Atapuerca, en Burgos.

Y los cráneos de Dmanisi están a punto de hacer el mismo viaje que sus descendientes. Las cabezas de los primeros euroasiáticos nunca han salido de Georgia, pero a partir del verano de 2010 podrían recorrer el camino hasta Madrid.

Una veintena de científicos españoles está preparando en el Museo Nacional de Georgia, en Tiflis, la primera exposición sobre los fósiles de Dmanisi. Será la puesta de largo del Homo georgicus, una todavía controvertida nueva especie humana descrita en 2002 para definir los restos encontrados en Georgia. La intención de los mecenas de la exposición georgiana, la Fundación Duques de Soria, que gestiona el dinero de la cooperación cultural entre España y Georgia, es que cuando la muestra cierre sus puertas en Tiflis los primeros euroasiáticos viajen hasta el Museo Nacional de Ciencias Naturales, en Madrid.

Será una ocasión única para mirar cara a cara a la especie que ha descuajaringado el árbol evolutivo humano. Los fósiles desenterrados en Dmanisi han servido a los investigadores del yacimiento de Atapuerca para elaborar una nueva teoría que revienta la del Out of Africa. Según esta hipótesis, los primeros humanos, el género Homo, pudieron surgir en Asia, no en el continente africano, como se sostenía hasta que llegó Dmanisi.

El secretario general de la Fundación, José María Rodríguez-Ponga, explica la dificultad de traer los cráneos desde Tiflis hasta Madrid. Los restos han permanecido ocultos bajo la tierra durante 1,8 millones de años, y exponerlos implicará iluminarlos.

"Son las mismas dificultades que se afrontaron en 2003, cuando se organizó una exposición con los fósiles de Atapuerca en el Museo de Historia Natural de Nueva York", opina. "A EEUU viajaron fósiles originales de Homo antecessor, y a Madrid vendrán algunos de los cuatro cráneos de Homo georgicus", vaticina.

Rodríguez-Ponga habla de cuatro cabezas porque, oficialmente, la quinta no existe. Actualmente descansa en un estante a la espera de que el director del yacimiento, David Lordkipanidze, anuncie el descubrimiento en una publicación científica. "Si el quinto cráneo viene a Madrid, será un bombazo", auguran otras fuentes.

Dmanisi es una especie de meca para los investigadores españoles, pero también un segundo hogar. La paleoantropóloga María Martinón-Torres, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana, en Burgos, estaba en Tiflis el verano pasado cuando los aviones rusos bombardearon Georgia. La científica de Atapuerca, junto a otros miembros de la expedición española, consiguió subir al último avión que despegó de la capital georgiana. Unas horas después, un misil destrozó una de las pistas.

Sus colegas georgianos se quedaron en Tiflis. Y algunos de ellos fueron llamados a filas. Como Giorgi Bidzinashvili, que habla español gracias a sus estancias en la Universidad Autónoma de Madrid. En agosto de 2008, soltó las herramientas de piedra del Homo georgicus que estudiaba y empuñó un fusil Kaláshnikov. Era su tercera guerra.

El encarnizamiento del Ejército ruso con la población georgiana paralizó la actividad en el yacimiento. Y este año tampoco se ha excavado. Sin embargo, los científicos retomarán los trabajos el próximo verano.

Hay mucho por hacer. Todos los fósiles desenterrados en Dmanisi se han encontrado en un espacio de unos 80 metros cuadrados, pero el yacimiento ocupa una superficie de varias hectáreas. Bajo la tierra deberían hallarse las respuestas a algunas preguntas que martillean la cabeza de los investigadores.

Una de las mandíbulas encontradas en el pueblo medieval, la conocida como D2600, es muy diferente al resto. Desconcertantemente distinta. Una posibilidad es que el físico de los machos y las hembras de Homo georgicus fuera muy dispar, como en el caso de los gorilas. Y la otra alternativa es que la quijada no pertenezca a esta especie, sino a otra, lo que implicaría un nuevo susto en la evolución humana.

"No podemos descartar que en Dmanisi coincidieran en el tiempo y en el espacio dos especies diferentes, con nichos ecológicos distintos", señala Martinón-Torres. La investigadora de Atapuerca estuvo el pasado mes de septiembre en Tiflis preparando la exposición y volverá el próximo verano a la sala del champán de Dmanisi. Este pequeño parche de tierra, núcleo del yacimiento, ha sido bautizado con este nombre porque cada vez que se descubre un nuevo fósil humano los georgianos vierten sobre la arena un chupito de Moët & Chandon o similares.
Un viejo desdentado

En 2004, Martinón-Torres se encontraba en la sala del champán cuando asomó una mandíbula desdentada. Los dientes no aparecieron, porque se desprendieron de su dueño hace 1,8 millones de años. Según los investigadores, la quijada perteneció a un anciano mellado que vivió durante años sin dentadura, en una época en la que no existían las sopas de ajo. Alguien alimentó al viejo Homo georgicus en el ocaso de su vida. Esta mandíbula, el primer testimonio de solidaridad entre los seres humanos, será otra de las joyas de la exposición.

Pero los fósiles no monopolizarán la muestra. El catedrático de Prehistoria Javier Baena, de la Universidad Autónoma de Madrid, es uno de los encargados de seleccionar las herramientas más representativas de la cultura de los primeros euroasiáticos. Los homínidos de Dmanisi eran achaparrados, y su capacidad craneal era de tan sólo 600 centímetros cúbicos, frente a los aproximadamente 1.400 de los humanos modernos. Sin embargo, se las apañaron para desarrollar una rudimentaria cultura, basada en la caza y en la talla de bastos útiles.

Baena ha analizado el conjunto de utensilios encontrado en Dmanisi y se ha topado con que hay dos tipos de tallas completamente diferenciables entre sí. Una, más tosca, se corresponde con artefactos elaborados hace 1,8 millones de años. Otra, más avanzada, se situaría en al menos 1,5 millones de años. Las conclusiones de su estudio sugieren que en la región vivieron dos poblaciones, con culturas distintas. Y, además, son un espaldarazo para los que creen que, en realidad, Dmanisi era la morada de dos especies diferentes de homininos.
Un príncipe destronado

"Cuando los georgianos empezaron a analizar los fósiles encontrados en los noventa, no tenían ni idea de qué tenían entre manos. Se parecía a un Homo habilis, pero no era. También se asemejaba a los Homo erectus, pero tampoco era. Posiblemente estemos hablando de un eslabón intermedio", explica Baena. Y, como añade Martinón-Torres, en la comunidad científica crece la corriente de los que piensan que Homo habilis, el primer humano surgido en África, era en realidad un Australopithecus. Así que Homo georgicus, nacido en Asia, ocuparía el lugar de este "príncipe destronado" como primer representante conocido del género Homo.

Hasta la explosión de fósiles de Dmanisi, se pensaba que el primer hominino que abandonó la cuna africana, hace un millón de años, fue el Homo erectus, con un físico poderoso y armado con los bifaces achelenses, una tecnología tan avanzada en la época como los fusiles del Ejército de Estados Unidos en la actualidad. Ahora, los científicos tienen que explicar cómo un hominino canijo, pertrechado con un puñado de pedruscos, pudo conquistar Asia un millón de años antes. La exposición de Madrid tendrá que ofrecer unas cuantas respuestas.

Fuente: publico.es




lunes, 2 de noviembre de 2009

Descubren grutas de 14 mil años de antigüedad

Las primeras cuevas descubiertas al norte del río Negro con ocupación humana observable en niveles superficiales a través de artefactos líticos, podría significar un acontecimiento en la Comunidad Arqueológica americana

El Proyecto Mataojo prevé prospectar y excavar el área, ubicada al noreste del departamento de Salto.

Los especialistas entienden que las investigaciones arqueológicas pueden develar evidencias de las ocupaciones humanas más antiguas del continente americano, una tradición cultural denominada “Paleoindio” que tiene entre 14.000 y 9.000 años de antigüedad en la Cuchilla de Haedo, un lugar donde prácticamente no hay antecedentes de ocupación prehistórica.

La región donde se encuentran las cuevas fue recientemente definida, en una publicación científica, como “Región Arqueológica Catalanes Nacientes Arapey” (RACNA), debido a que integra un paisaje natural y antrópico homogéneo. Allí se observan sitios canteras y talleres de arenisca silicificada y ágata, en un corredor con rumbo Norte-Sur de aproximadamente 100 kilómetros de largo por 40 kilómetros de ancho. Este se extiende desde las inmediaciones de la desembocadura del arroyo Catalán Grande hasta las nacientes del río Arapey. La flora del lugar está asociada a los cauces de los arroyos y la ladera de los cerros en lo que se puede llamar monte de quebrada, la vegetación crece al abrigo de las laderas donde se concentra la humedad y se desarrolla la flora arbórea, arbustiva y herbácea. Es frecuente encontrar en esta zona la presencia de helechos arborescentes, debido a la influencia de las altas tasas de humedad y precipitaciones registradas.

Las cuevas y aleros se encuentran en predios privados y su acceso se ve franqueado por el monte indígena donde es posible identificar mataojos, guayabos, pitangas, espinillos, coronillas, blanquillos y acacias, entre otras especies.

Desde la entrada a una de las cuevas se puede ver, a nivel de superficie, artefactos líticos (de piedra) indígenas dispersos que se alternan con hojas. Las paredes interiores se muestran cubiertas de hollín, que es atribuible –presuntamente- al humo de fogatas realizadas en su interior. En las evaluaciones realizadas en sus paredes no se constataron a simple vista, grabados o pinturas rupestres aunque para establecerlo con rigor científico será necesaria la utilización de equipos de iluminación aún no disponibles en el país. Lo que sí hay, son colonias de líquenes y hongos que también deberán ser analizadas.

Sus ocupantes aprovecharon la concavidad de la piedra para refugiarse. Hay que considerar que el clima en lo que hoy es Uruguay, al final del Pleistoceno -última edad del hielo- era muy frío, con varios grados menos de temperatura que en la actualidad.

El arqueólogo Rafael Suárez citado por la web del Gobierno dijo que entiende que las investigaciones arqueológicas nos pueden develar “evidencias de las ocupaciones humanas más antiguas del continente americano, una tradición cultural denominada Paleoindio que tiene entre 14.000 – 9.000 años de antigüedad en la Cuchilla de Haedo, un lugar donde prácticamente no hay antecedentes de ocupación prehistórica”. Además, -dijo-“hay muy buenas perspectivas de identificar ocupaciones Paleoindias en cuevas en Uruguay. Los sitios tempranos del período Paleoindio conocidos en nuestro país hasta el presente, son todos a cielo abierto y están asociados a cursos de agua como ríos, arroyos y lagunas”.

Suárez y su equipo de investigación vienen trabajando en sitios Paleoindios en Uruguay desde el año 1999. Este especialista ha realizado su tesis de doctorado sobre las ocupaciones humanas más antiguas de Uruguay. Recuperando evidencia de los primeros americanos que llegaron al país hace 12.800 años calendario de antigüedad, así como los primeros registros de fauna extinguida del Pleistoceno (caballo prehistórico americano y Glyptodon) asociados a material de origen cultural. Estos hallazgos fueron realizados en la localidad arqueológica Pay Paso (río Cuareim, Artigas) teniendo repercusión en la comunidad académica internacional.

La relativa proximidad y amplia movilidad que tenían los grupos Paleoindios generan muy buenas posibilidades de recuperar evidencias de los primeros americanos en las cuevas recientemente descubiertas. Adicionalmente en Pampa y Patagonia hay varios sitios Paleoindios en cuevas (Cueva Fell, Chile; alero Piedra Museo y Cueva Tixi, Argentina, entre otros), por lo que no sería extraño que los grupos Paleoindios de Uruguay también hubieran ocupado cuevas o aleros. “Recordemos que el clima al final del Pleistoceno era seco y frío con varios grados menos de temperatura promedio que en la actualidad”. Los antecedentes de ocupación humana en cuevas en nuestro país alcanzan una profundidad temporal de aproximadamente 3.100 años AP (Cueva del Diablo en la Sierra de San Miguel, Rocha). Por lo tanto, poder extender cronológicamente las ocupaciones en cuevas hacia los períodos Arcaico (aproximadamente 8.500 – 4.000 años de antigüedad) y Paleoindio (13.000 – 9.500 años AP)”, constituiría un avance importante en el conocimiento de la Prehistoria más antigua del Uruguay.

Fuente: uruguayaldia.com

El encuentro entre neandertales y humanos modernos

A Futuro le encanta la paleoantropología y no sólo por aquello de que nada humano le es ajeno, fósil o no, sino porque en esas idas y venidas de los homi de todo tipo se juegan chismecillos que muchas veces están presentes hoy. No los van a encontrar acá. Acá se habla del encuentro entre sapiens y neandertales. Y de paso se puede recordar que Horacio Quiroga escribió un cuento que se llama exactamente así: “El último neandertal”.

Por Martín Cagliani

Este año se cumplieron doscientos años del nacimiento de Charles Darwin y ciento cincuenta de la publicación del libro que lo haría famoso, en el que contaba su explicación de cómo evolucionaron todos los seres vivos. Pero Darwin nada dijo en aquel momento sobre la evolución del hombre. Tuvo miedo del escándalo.

Era una época difícil para contrariar a la religión, y sufrió mucho por las discusiones que se desprendieron de su teoría. Por eso fue que tardó doce años en animarse a publicar algo sobre el ser humano. Para ese momento la idea de que el hombre no había permanecido aparte de la evolución ya había conseguido suficiente apoyo científico y social.

En esto ayudaron bastante unos huesos fósiles descubiertos en la cueva de Feldhofer, Alemania, en 1856, tres años antes de que Darwin publicase El origen de las especies.

Esa cueva estaba ubicada en el valle del río Neander, razón por la que al fósil lo llamaron “Hombre de Neanderthal”.

La paleoantropología es la rama de la ciencia que estudia la evolución del hombre y sus antepasados. Esta especialidad nació junto con el descubrimiento de este neandertal, que llegó para poner en entredicho el que el hombre fuese especial, un ser único al que la evolución no podía tocar.

El Hombre de Neanderthal estaba allí, muy diferente a nosotros en el aspecto físico, y tenía tanta antigüedad como para ser llamado pariente y hasta antepasado evolutivo del hombre.

Pero empezaron mal desde el principio. Una reconstrucción errónea de los huesos los equiparó con un mono tonto, razón suficiente para no merecer ser parte de la familia humana.

Los científicos de la época creían que eran demasiado brutos como para tener un comportamiento inteligente.

Le llevó poco más de 150 años a la paleoantropología quitarle al Neandertal el mote de cavernícola bruto, achaparrado y tosco. En el camino, el Hombre de Neanderthal les hizo comprender a los científicos que la humanidad no era diferente, que había evolucionado a partir de seres diferentes. Y que en un momento dado del pasado no hubo un solo representante del género humano sino que hubo dos: nosotros, los Homo sapiens, y nuestros primos, los Homo neanderthalensis.

Una de las incógnitas más grandes de la paleoantropología es saber cómo fue el encuentro y la convivencia entre estas dos especies, ya que sabemos que los neandertales hoy ya no existen, y a la fecha se sabe que los restos fósiles más recientes son de hace unos 35 mil años.

Lo primero que se pensó fue que nosotros, los Homo sapiens, los matamos. Es el típico pensamiento occidental. Una cultura superior llega y desbanca a la inferior. Esto se creyó hasta hace al menos unos veinte años. Los neandertales eran vistos como nuestros primos brutos e inferiores.

¿Pero cómo es posible que hayan vivido unos 200 mil años en Europa y Medio Oriente antes del encuentro si eran tan inferiores?

EL SABOR DEL ENCUENTRO

Hoy en día se sabe que los neandertales y los sapiens tenían una tecnología y un comportamiento similares al momento del encuentro. Ya ningún científico cree en el neandertal bruto que cazaba grandes presas con tecnología ineficiente.

Estudios recientes como los de la cueva Gorham –en Gibraltar– y Bolombor –en Valencia, España– han probado que también cazaban presas menores y mamíferos marinos, e incluso se sabe que comían pescado en la cueva Saint–Césaire, Francia, y vegetales en Shanidar, Irak.

¿Pero qué ocurrió cuando estas dos especies se encontraron, tan diferentes en el aspecto físico, pero no tanto en su adaptación al medio?

La teoría dominante hasta hace algunos años que explicaba este evento se llama Fuera de Africa, y su contraparte no tan aceptada era la Teoría Multirregional.

Ambos eran modelos extremistas que intentaban explicar cómo es que actualmente sólo estamos nosotros, pero 35 mil años atrás había dos especies humanas en Europa.

Fuera de Africa decía que las poblaciones arcaicas, como los neandertales, fueron reemplazados totalmente por los sapiens que se originaron en Africa y luego conquistaron el mundo entero. ¿Cómo? La principal explicación era que los sapiens eran superiores y terminaron aniquilando a las especies anteriores en la competencia por el medio ambiente.

La Teoría Multirregional abogaba por una continuidad de las especies. O sea que creían que nuestra especie, los Homo sapiens, no se había originado en un solo lugar sino que habría evolucionado a partir de todas las especies arcaicas, como los Homo neanderthalensis.

Hoy en día estos dos modelos están intelectualmente muertos. Se han refutado estas teorías tan radicales en base a pruebas paleontológicas.

En los últimos diez años ha habido un consenso en derredor de un modelo que estaría en medio de las dos teorías anteriormente mencionadas: la emergencia de los humanos modernos en Africa con una convivencia y absorción de las poblaciones arcaicas (neandertales) en grados variados.

Hoy sabemos que el Homo sapiens se originó hace unos 200 mil años en Africa; existen pruebas fósiles y también del lado de la genética. Razón por la cual ha quedado totalmente descartada la Teoría Multirregional.

Sigue siendo igualmente una de las ideas más aceptadas la de la conquista total del mundo por parte de los Homo sapiens, si bien con muchas variantes. Hoy en día se basa en los restos arqueológicos, como herramientas líticas, y en la genética, no tanto en huesos fósiles.

La mayoría de los científicos dedicados a la paleoantropología asumen que estos sapiens que conquistaron el mundo eran superiores en genética, tecnología, cultura e intelecto. En el proceso de expansión por el mundo aniquilaron o les ganaron en competición a las especies arcaicas, los neandertales entre ellas.

Pero lo cierto es que todo esto es muy especulativo: no hay pruebas de que haya existido un encuentro entre neandertales y humanos modernos en Europa.

EL ULTIMO NEANDERTAL

Los últimos neandertales se cree que sobrevivieron hasta hace unos 30 a 25 mil años en la Península Ibérica. En el este europeo ya habían desaparecido 42 mil años atrás.

Ahora, los restos fósiles de Homo sapiens más antiguos de Europa tienen 35 mil años de antigüedad, y son del yacimiento de Pestera cu Oase, en Rumania.

Estos fósiles presentan rasgos arcaicos, no son “tan modernos” como los Homo sapiens que poblaron luego al continente europeo y el mundo entero. Por lo que algunos pocos científicos los consideran híbridos de neandertales y humanos modernos.

No está probado, ni mediante restos líticos ni por los fósiles, que los neandertales y los Homo sapiens hayan coexistido en tiempo y espacio en Europa, así que un encuentro entre las dos especies, haya sido violento o con hibridación, es únicamente especulativo.

Ahora, la ola colonizadora que llevó a los Homo sapiens desde su Africa natal hasta las costas de Australia y América, se inició hace unos 50 mil años. Pero antes de eso, unos 130 mil años atrás, nuestros antepasados ya habían salido de Africa para asentarse en Medio Oriente, lugar en el que ya vivían los neandertales desde antes.

Existen pruebas de que allí sí convivieron en el mismo espacio sapiens y neandertales durante unos 50 mil años, o sea, hasta unos 75 mil años atrás, razón de que se crea que esos sapiens de rasgos arcaicos puedan ser híbridos de estas dos especies.

¿Por qué entonces se especula que después de tantos miles de años de convivencia los sapiens se hayan largado en una carrera aniquiladora?

Los estudios más recientes han dado razones para aceptar una explicación diferente. Existe un consenso entre diversos paleoantropólogos en aceptar que los neandertales ya estaban en retroceso por culpa de varios cientos de años de un clima muy cambiante y poco benigno en toda Europa y en Medio Oriente también. Los mismos sapiens tuvieron que repoblar Medio Oriente desde Africa. Y si se dio un encuentro durante ese nuevo repoblamiento, se acepta que los neandertales podrían haber desaparecido porque los sapiens los asimilaron genética y culturalmente. Eran menos, así que fueron absorbidos.

Fuente: pagina12.com.ar

miércoles, 28 de octubre de 2009

Neandertales en el Valle Alto del Lozoya

Excavación en el Abrigo de Navalmaíllo (Madrid)- E.B.

Al iniciar, en el año 2002, el estudio del poblamiento prehistórico en el Valle Alto del río Lozoya, en la sierra madrileña, no podíamos ni sospechar, aunque éramos muy optimistas, el ritmo que adoptarían los acontecimientos. En efecto, la idea inicial consistía en intervenir en un yacimiento paleontológico de Pinilla del Valle al objeto de conseguir su protección física y jurídica, su limpieza y acondicionamiento para la visita, y, de paso, su revisión científica.

Dicho yacimiento se conocía desde 1979 y en él, hasta 1989, un equipo de paleontólogos de la Universidad Complutense, con Alférez, Maldonado, Molero e Iñigo a su cabeza, descubrió una gran cantidad de restos faunísticos fósiles y, entre ellos, dos molares humanos que colocaron este yacimiento en el escaso listado de lugares con restos humanos anteriores a nuestra especie en la Península Ibérica, y el único en la Comunidad de Madrid.

Pero tanto la cronología como, sobre todo, el origen tafonómico de esta excepcional acumulación de fósiles fueron discutidos desde el primer momento en el seno de la comunidad científica.

Así es, Alférez y su equipo, con mucho voluntarismo y los escasos medios económicos y técnicos de entonces, atribuyeron el yacimiento a un origen antrópico de fines del Pleistoceno Medio, hace unos 200.000 años.

Ilustración de un grupo de neandertales en el Abrigo de Navalmaíllo (Madrid)- DIONISIO ÁLVAREZ / ENRIQUE BAQUEDANO

Las nuevas campañas de excavación y prospección en la zona de los Calveros y, singularmente, en el Calvero de la Higuera, nos han permitido determinar que el yacimiento de la Cueva del Camino es un cubil de hienas formado en el último interglaciar, el Eemiense, (durante el estadio isotópico 5), entre 100.000 y 90.000 años. Pero, al tiempo que esta revisión nos producía, a qué negarlo, una gran decepción, comenzó a producirse una serie de hallazgos cada campaña más excepcionales, que nos llevan a un balance provisional verdaderamente espectacular.

Conformando un equipo interdisciplinar dirigido por Juan Luis Arsuaga, Enrique Baquedano y Alfredo Pérez-González, que ha aprovechado la gran capacidad científica de nuestro país en esta materia, hemos podido descubrir que el Calvero de la Higuera contiene una formación kárstica en la roca dolomítica que la convierte en una especie de queso gruyere, con un sinfín de cavidades, galerías, torcas y dolinas que se conectan entre ellas. Las bocas de estas cuevas y abrigos están repletas de hallazgos arqueológicos en forma de campamentos humanos, cubiles de carnívoros o ambos casos alternativamente.

Dos son los yacimientos más interesantes, a expensas de que la Cueva Des-Cubierta este verano nos depare nuevos hallazgos: el Abrigo de Navalmaíllo y la Cueva de la Buena Pinta.

El yacimiento del Abrigo de Navalmaíllo descubierto en 2002 tiene tres niveles, al menos, de ocupación: el inferior (H) sólo testimoniado por el momento, el intermedio (F + D) y el superior (Alfa + Beta).

El nivel intermedio, datado en 77.000 años, contiene uno de los mayores campamentos de neandertales, Homo neanderthalensis, de la Península Ibérica con unos 350 metros cuadrados de extensión. Conserva íntegra la disposición de hogares y distintas zonas de actividad, así como restos de los animales consumidos (rinocerontes de estepa, uros, caballos, ciervos, etcétera) y sus instrumentos (lascas, denticulados, raederas, puntas, etcétera) tallados en cuarzo, sílex, cuarcita, pórfido y cristal de roca, salvo una pequeña zona alterada por la excavación de un horno para hacer cal, una calera, en el siglo XIV.

El nivel superior, con más de 40.000 años de antigüedad, se trata de una ocupación menor entre los bloques desprendidos de la cornisa del abrigo. La industria lítica y las faunas aprovechadas no difieren mucho del nivel intermedio, en lo que constituyen manifestaciones claras del complejo tecnológico llamado musteriense, propio de los neandertales clásicos.

El yacimiento de la Cueva de la Buena Pinta, descubierto en 2003, además de un enterramiento de la Edad del Bronce, de hace 3.500 años, contiene un cubil de hienas de hace 63.000. Aquí las hienas, en un ambiente bastante más frío que los yacimientos antes comentados, se refugiaron y aportaron el fruto de su predación, caza y carroñeo, para alimentar a sus crías. Las hienas también predan sobre otros carnívoros, no como sus competidores los neandertales, que se alimentan de herbívoros en exclusiva y, preferentemente, de gran tamaño.

Pero las hienas, excelentes aliados de los arqueozoólogos, nos aportan una representación bastante completa de la fauna de su entorno. Nos han ofrecido, en Buena Pinta: faunas más frías como castor y marmota y sobre todo la pika o liebre silbadora, el único ejemplar en la Península Ibérica, y, la estrella, otros dos molares que amplían la lista de fósiles humanos.

En el Calvero de la Higuera, a escasos 130 metros de distancia entre ellos (y 30.000 años de separación en el tiempo), tenemos dos yacimientos con restos humanos anteriores a nuestra especie. Caso único, junto a Atapuerca, en la Península Ibérica.

En 2004 descubrimos otra madriguera de hienas en el Abrigo del Ocelado y este verano de 2009 hemos localizado la Cueva Des-Cubierta que auguran más y más antiguos hallazgos.

En definitiva, un trabajo continuado y sistemático durante ocho años nos permite reconstruir la vida (y la muerte) durante al menos 100.000 años en ese refugio excepcional del Valle del Lozoya en que, a finales de verano, se conservan los mejores pastos en pos de los cuales subían las manadas de herbívoros ya citados, y los grandes depredadores (leones, leopardos, cuones, o perros rojos, lobos, osos e hienas), entre los cuales, se encontraban los homínidos neandertales.

Reconstruir las escenas que se produjeron en este valle recoleto antes del máximo glaciar, al final de la glaciación würmiense (entre 30.000 y 11.500 años), es uno de los retos más apasionantes que nos hemos propuesto cuantos, verano tras verano, con tanta emoción como respeto, hurgamos en las entrañas de la tierra a la caza de elementos que nos ayuden a desenterrar esta maravillosa historia.


Fuente: elpais.com


Hallan en México el sitio de cultura más antigua en América


El sitio localizado en Sonora, tiene la más amplia evidencia de la presencia de la Cultura Clovis. Los arqueólogos descubrieron encontrados vestigios de la caza y destazo de mastodontes y otros animales del Pleistoceno

Arqueólogos mexicanos y estadounidenses descubrieron un sitio que contiene la más amplia evidencia registrada en México de la presencia de la Cultura Clovis, la más antigua identificada hasta ahora en América.

El sitio, en el noroeste del estado mexicano de Sonora, extiende al norte de México el campo de acción de dicha cultura que vagó por Norteamérica hace unos 13 mil años.

El hallazgo fue hecho por un equipo de arqueólogos encabezado por Vance Holliday, de la Universidad de Arizona en Tucson; y por Guadalupe Sánchez Miranda, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México.

El descubrimiento fue expuesto en la reunión anual de la Sociedad Geológica de América, celebrada la semana pasada en Portland, Oregon, y difundidos por "Nature Journal" , un semanario especialización en ciencias.

En el sitio, fueron encontrados vestigios de la caza y destazo de mastodontes americanos y otros animales del periodo Pleistoceno, que comprende las últimas glaciaciones.

En el lugar, denominado por los arqueólogos "El Fin del Mundo" , ubicado a unos 230 kilómetros al noroeste de Hermosillo, se descubrieron vestigios de los animales, y muy cerca de ahí, un yacimiento de cristal de cuarzo que fue usado para hacer puntas de proyectil y otros artefactos.

Los arqueólogos encontraron instrumentos para raspar y cortar, entre otros artefactos de caza.

Destaca el hallazgo de una punta Clovis de sílex blanco. La punta de lanza de piedra Clovis tiene un grado de perfección y belleza no habitual en épocas prehistóricas.

Análisis de radiocarbono de los artefactos y huesos localizados sugieren que fueron dejados ahí hace casi 13 mil años y que el sitio estuvo alguna vez cerca de un arroyo.

Los arqueólogos, que encontraron el lugar en febrero de 2007, han realizado dos temporadas de investigación de campo y muchos de los estudios de contextos arqueológicos, paleontología y otros están aún en proceso.

De acuerdo con Sánchez Miranda, éste es el primer sitio de caza y destazamiento de mastodontes y otros animales del Pleistoceno que se descubre en México desde 1957.

Sitios de la Cultura Clovis han sido localizados a lo largo de Estados Unidos, con la mayor concentración de ellos al norte de la frontera mexicana, en la cuenca del Río San Pedro, en el sureste de Arizona.

Sin embargo, los arqueólogos conocen muy poco sobre las actividades de esta cultura en lo que ahora es México.

El nombre de esta cultura proviene de la localidad de Clovis, Nuevo México, comunidad próxima al lugar donde en 1929 fueron encontradas por primera vez las piezas que la caracterizan.

La teoría de que los Clovis fueron los primeros habitantes de América, había sido ampliamente aceptada por los arqueólogos hasta hace unos años.

No obstante, descubrimientos recientes como los de Monte Verde en Chile y otros en Argentina y Brasil están replanteado completamente dicha teoría.

Fuente: eluniversal.com.mx

martes, 27 de octubre de 2009

La hipotesis de si los “Neandertales tuvieron sexo con humanos”, aun esta por verse.

Svante Pääbo, experto en genomas de ambas especies

Hace alrededor de 30 mil años, en algún rincón de Europa, dos grupos en competencia se encontraron: eran los humanos modernos, Homo sapiens sapiens, que habían iniciado su inexorable expansión por el mundo, y que se toparon con un continente habitado por los neandertales, Homo sapiens neanderthalensis. Estos últimos no sobrevivieron al encuentro y eventualmente fueron barridos del mapa. Pero antes de ello ocurrió algo imaginable pero muy difícil de comprobar: los humanos tuvieron relaciones sexuales con los neandertales.

La afirmación no la hizo un científico novato con ansias de ascender a la popularidad. La hizo Svante Pääbo, un connotado investigador que dirige el área de genética en el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, en Leipzig.

Pääbo soltó su bomba en una conferencia que impartió en el legendario Laboratorio Cold Spring Harbor, cercano a Nueva York, donde además de decirse seguro de que hubo el cruce de la barrera entre especies, matizó el asunto señalando que aún estaba por verse cuán “productivo” había sido el encuentro sexual.

Para explorar esta peculiar pregunta, Pääbo está analizando el ADN de varios especímenes fósiles de toda Europa, explorando los genomas de los neandertales para compararlos con los de humanos modernos y los de chimpancés. La idea es poder trazar con gran detalle el pasado de las tres especies para encontrar el punto en que nacieron de algún ancestro común.

El informe sobre la revelación de Pääbo lo publicó The Sunday Times, el cual recapituló lo conocido sobre los neandertales y su destino. Conforme a lo que se sabe, hace alrededor de 40 mil años grupos de humanos modernos salieron de África y se movieron hacia Europa y Asia. En Europa se encontraron bien asentados a los neandertales, y durante entre diez mil y 12 mil años, ambas especies coexistieron en el gélido ambiente europeo hasta que los neandertales simplemente se extinguieron. Pero quedaba la duda: ¿se mezclaron? ¿Superaron la reticencia biológica y tuvieron sexo?

Pääbo cree que sí, y tiene dudas prácticas qué perseguir. “En lo que realmente estoy interesado es en saber si tuvimos descendencia entonces y si aquellos niños aportaron para nuestra variación hoy”, dijo. “Estoy seguro de que tuvieron sexo pero, ¿produjo eso progenie que contribuyó para hacernos? Podremos responder con bastante rigor con la nueva secuencia” del genoma de un neandertal.

Las aclaraciones urgen, porque en los últimos años los hallazgos de ejemplares de la especie desaparecida ofrecen resultados contradictorios que no han hecho sino alimentar más dudas. Según The Sunday Times, algunos fósiles presentan características tanto humanas como propias de los neandertales; esto sugeriría que se cruzaron y que ambos aportaron rasgos a la descendencia.

Pero los estudios puramente genéticos indican que los genes de los neandertales no se parecían mucho a los del hombre moderno.

Hace unos días, otro de los protagonistas de estos estudios, el británico Chris Stringer, jefe de Orígenes Humanos en el Museo de Historia Natural de Londres, sugirió ante la Royal Society una idea lo suficientemente amplia como para aceptar los dos tipos de evidencias.

“Es posible que los neandertales y los humanos fueran genéticamente incompatibles, de modo que pudieron haberse cruzado, pero sus hijos habrían sido menos fértiles”, dijo Stringer.

Su idea no es precisamente nueva, y puede apreciarse en las cruzas de otras especies: leones con tigres, caballos con cebras...

“Yo solía creer que los neandertales eran primitivos”, declaró Stringer, “pero en los últimos 10 mil a 15 mil años antes de que desaparecieran, hace unos 30 mil años, los neandertales ofrecían a sus muertos funerales complejos, y fabricaban herramientas y joyas, como cuentas perforadas, tal como los humanos modernos”.

Parte del problema que enfrenta Pääbo en su intento por probar sus palabras es el hecho de que ha transcurrido mucho tiempo desde la extinción de los neandertales. Esto significa que si aportaron algo al genoma de los humanos modernos, su contribución pudo haberse diluido en el tiempo hasta quedar por debajo del umbral de detección. Pero el científico no pierde la esperanza, y buscará genes específicamente humanos en el genoma de los neandertales.

El otro genoma

Svante Pääbo hizo su primera aportación a la conexión entre humanos modernos y neandertales en 1997, cuando secuenció ADN mitocondrial de varios de estos últimos.

En 2006, el grupo de Pääbo publicó que con la tecnología de la firma 454 Sciences era posible recuperar material genético de mamuts y otros animales cuaternarios.

El 12 de febrero de este año, todo el equipo anunció un hito clave: el primer borrador de un genoma de neandertal completo. Más de 60 por ciento del código, más de 3 mil millones de pares de bases.

Fuente: milenio.com

lunes, 26 de octubre de 2009

En la gruta de los neanderthales

HALLAZGO. Saca a la luz un hueso de ciervo. /LOSAS

Nuevos hallazgos en la excavación del Tossal de la Font ratifican la reconocida importancia arqueológica de Vilafamés

Son las cuatro de la tarde. El municipio de Vilafamés duerme la siesta y las calles, que permanecen desiertas, todavía huele a 'olla' y a 'tombet'. Hemos quedado con el grupo arqueológico que durante estas dos semanas excavan en el yacimiento del Tossal de la Font. Tras un café, el equipo científico nos guía por las vías del pueblo hasta que, después de ascender un barranco pétreo, nos topamos con lo que parecen las fauces de la montaña. Éstas, dentadas con una empalizada metálica, ocultan en su interior un tesoro: uno de los hallazgos arqueológicos más importantes del oriente peninsular.

Alrededor de la cavidad se esparcen carretillas, pinceles, brochas, martillos, formones y botellas de agua. Su corazón está vertebrado por andamios que hacen de arterias, comunicando el interior de las distintas partes de la abertura. Pese a que ésta es muy profunda y «forma parte de una red de galerías de más de dos kilómetros», según estudios del Club de Espeleología de Castellón, el equipo indaga en apenas cinco metros cuadrados buscando huellas del paso del Hombre Neanthertal.

Bajo el ruido de los martillazos y venciendo a la penumbra mediante barras de luz Andreu Ollé, investigador del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (ICPHE), explica como se formó el yacimiento. «La brecha se produjo por un movimiento tectónico que, poco a poco se saturó con el sedimento arcilloso arrastrado por el agua. Mediante este arrastre, los restos animales y humanos se fosilizaron junto a la masa arcillosa en la hendidura».

El yacimiento del Tossal de la Font se intervino por primera vez en los años ochenta bajo la dirección de Francesc Gusi. Fue entonces cuando se descubrieron los tres restos óseos que impregnaron al cerro de la exclusividad de la que goza. «Ni en Cataluña hemos encontrado restos de neanderthales de esta datación, tan sólo la Cueva de Bolomor en Valencia se asemeja a ésta». Y es que «los fragmentos de humero, coxal y molar son la prueba fehaciente de que hace unos 90.000 años, los antepasados neandertales habitaban este territorio», comenta el paleoantropólogo de la expedición, mientras intenta extraer un hueso fosilizado que acaba de hallar.

En 2004, con la colaboración del ICPHE, la UJI y el Servei de d'Investigacions Arqueològiques i Prehistòriques de la Diputación, se reprendieron las investigaciones en la Cova Dalt del Tossal de la Font. En la actualidad, según detalla Andreu Ollé «se han extraído mas de 200 huesos, en su mayoría de ciervos. También hemos encontrado restos de caballos, tortugas, linces, hienas e incluso el colmillo de un rinoceronte, que también habitaban por aquí».

Por ahora, el objetivo principal del grupo de especialistas es «realizar un estudio detallado que nos ayude a reproducir un fotograma de la manera en que vivían los homínidos que moraron esta tierra, saber como se alimentaban y en que clima se desarrollaban».

Para ello, realizan un trabajo casi de cantera. En un hormigueo constante, sacan cubos de sedimento que criban en el exterior para que posteriormente sean analizados en el laboratorio. A través de este método ya han descubierto fragmentos de sílex y lascas que sirvieron de intrumentos para rasgar la piel de los animales. Por otro lado, se han advertido pequeños cortes lineales en la osamenta examinada bajo el microscopio, que corroboran la manipulación por parte de los antiguos moradores.

Así, no es descabellado pensar que las comarcas de interior de la provincia de Castellón fueron un espacio importantísimo para la evolución de la especie humana, desde los neanderthales más arcaicos hasta nuestro familiar más reciente, el hombre de cromagnon. Sobretodo si se atiende a los numerosos yacimientos que hasta ahora se han explorado. Sin ir más lejos, a tan solo veinte metros bajo este 'tossal', se ubica la Cova Matutano, de una antigüedad de 14.000 años, en cuyo interior se halla una de las mejores representaciones de arte mueble epipaleolítico de la Península. Se confirma pues, como manifestó la arqueóloga de la UJI Carmen Olaria, una de las mayores expertas en este otro yacimiento, que «Vilafamés és un bressol de la història».

Fuente: lasprovincias.es

lunes, 19 de octubre de 2009

El trozo de carne que cambió la evolución del ser humano


¿Qué papel desempeñó la comida en la evolución de las sociedades humanas? Resulta clara la función de la agricultura y la ganadería en el establecimiento de los primeros grupos organizados de individuos pero poco se sabe sobre cómo se fueron dando los avances en ambas materias.

Un grupo de científicos de la Universidad de Tel Aviv acaba de presentar una investigación que aporta nuevas pistas sore cómo y cuándo se desarrollaron los hábitos comunales de despiece y corte de la carne. Los resultados de su investigación pueden cambiar el modo en el que tanto antropólogos como arqueólogos y zoólogos piensan sobre el desarrollo evolucionario, la economía y los comportamientos sociales a lo largo de milenios.

Durante el fin del Paleolítico inferior (un periodo entre 400.000 y 200.000 años atrás) los humanos comenzaron a cazar y a compartir la carne de un modo diferente a como lo habían hecho hasta el momento. Los resultados de las exploraciones arqueológicas realizadas en la cueva de Qesem, en Israel, han sido publicados en la revista Proceedings of the National Academy of Science (PNAS).

Avances en la organización social

“Las marcas de corte que estamos encontrando son más abundantes y orientadas de un modo aleatorio que aquellas observadas en momentos posteriores, como en el Paleolítico medio y el superior”, explica Avi Gopher, profesor del departamento de Arqueología de la universidad israelí. “Lo que esto podría significar”, continúa, “es que o bien una persona del clan cortaba la carne para el grupo en varios episodios a lo largo del tiempo o bien múltiples personas se encargaban de cortarlas en equipos”. Los resultados permiten avanzar en cuestiones relativas a la organización social y las estructuras en esos grupos de cazadores y recolectores.

De África a Canadá en los últimos 200.000 años “hay patrones distintivos sobre cómo se cazaba, quién poseía las piezas conseguidas y cómo se cortaba y compartía la carne de los animales”, en palabras de Gopher. En este período reciente “los patrones de reparto de la carne y la caza responden a una línea clara. Pero en la cueva de Qesem estaba ocurriendo algo diferente: Hubo un cambio distintivo hace 200.000 años y tanto arqueólogos como antropólogos podrían tener que reinterpretar los rituales de caza y el reparto de alimentos.

Las prácticas de pitanza pueden, de acuerdo con el profesor Gopher, explicar cómo los humanos se enfrentaban al peligro y de qué modo organizaban sus sociedades. Los hallazgos en la cueva de Qesem demuetran que el hombre ya se encontraba en la cima de la cadena alimenticia durante este periodo. Tanto el equipo israelí como la profesora Mary Stiner, de la Universidad de Arizona en Tucson, creen que los habitantes de Qesem cazaban en cooperativa, trasladando posteriormente las mejores piezas a la cueva donde se cortaban usando herramientas de piedra afiladas y eran puestas al fuego para cocinarlas.

“Creemos que estos datos reflejan un modo diferente de cazar y compartir”, afirma Gopher. “El asunto es que hace unos 200.000 años o antes hubo un cambio en el comportamiento. ¿Qué significa? Habrá que esperar un tiempo y realizar más excavaciones para encontrar una respuesta”, asegura.

Fuente: elconfidencial.com

Imágenes de los lucenses primitivos

Neandertales en Cova Eirós (Triacastela), donde se encontró el yacimiento gallego más importante de la especie

El arqueólogo y dibujante Xurxo Constela realizó las reconstrucciones de los hábitats paleolíticos de Lugo

La reconstrucción artística de los hábitats en que se vivieron los pobladores primitivos de las tierras lucenses ha dado sus primeros pasos de la mano del arqueólogo y dibujante Xurxo Constela, que ha proporcionado una imagen a los habitantes paleolíticos de este territorio basándose en las investigaciones realizadas hasta la fecha. La ilustración que figuran en esta página es la primeras que reflejan los descubrimientos realizados en la zona sur de la provincia desde el 2006, dentro del conocido proyecto científico que coordina la USC.

Las imágenes recrean las especies humanas características de cada uno de los tres grandes períodos del Paleolítico, ubicadas en tres tipos muy diferentes de asentamientos. La más antigua corresponde al yacimiento del Paleolítico Inferior descubierto en As Lamas, en las afueras de Monforte, que fue excavado por primera vez la pasada primavera. Los artefactos encontrados en esta zona aún no han sido datados con exactitud, pero por su tipología corresponden sin duda a la industria achelense, característica de ese período. Las industrias líticas localizadas en esta zona proceden de campamentos al aire libre, un tipo de poblamiento más común en esos tiempos que las cavernas.

Le sigue en antigüedad el yacimiento neandertal encontrado el año pasado en Cova Eirós (Triacastela), el más importante asentamiento de esta especie que se ha descubierto hasta ahora en Galicia. En este caso, sí se conoce con bastante precisión la edad de los numerosos restos arqueológicos localizados en el lugar, que según las mediciones realizados con los métodos del carbono 14 y la termoluminiscencia del cuarzo tienen en torno a 84.000 años.

La tercera de estas reconstrucción gráficas corresponde a una etapa mucho más reciente de la prehistoria, en la que el hombre de Neandertal ya se había extinguido y en la que el continente estaba habitado únicamente por el hombre de Cromañón, es decir, nuestra propia especie.

El escenario está en este caso en la sierra de O Xistral, en un yacimiento típico del Paleolítico Superior final que fue investigado ya hace años por el arqueólogo José Ramil Soneira. El asentamiento corresponde a los patrones característicos de la época, en la que los campamentos se situaban en abrigos rocosos situados en zonas altas desde los que se podían divisar a largas distancias los rebaños de herbívoros que constituían una de las fuentes básicas de alimentación.

En las afueras de Monforte se ha localizado otro asentamiento de este mismo tipo, situado en el monte de Valverde, donde no se han realizado excavaciones, pero se han encontrado abundantes muestras.

Fuente:lavozdegalicia.es

martes, 13 de octubre de 2009

Encuentran Fósil que explicaría la evolución del Oído Humano

Perteneció a un mamífero, el cual vivió en la época de los dinosaurios,sus oídos eran similares a los de mamíferos modernos.


Uno de los grandes dilemas de la ciencia era la evolución del oído humano, el cual, si lo confirman las investigaciones futuras, podría ser resuelto con el descubrimiento este jueves 8 de octubre, por parte de paleontólogos estadounidenses y chinos, de un fósil,en excelente estado de preservación,perteneciente a una especie de mamífero desconocida hasta la actualidad.Fueron encontrados en la provincia china Liaoning, cerca de la frontera con Corea del Norte.

El nuevo mamífero fue llamado Maotherium asiaticus,medía 15 centímetros de largo, pesaba entre 70 y 80 gramos.En cuanto a su ubicación cronológica,vivió en la época de los dinosaurios hace 123 millones de años, se le asocia con con los marsupiales contemporáneos.

"Lo más sorprendente y por eso científicamente interesante es la oreja de este animal", comentó Zhe-Xi Luo, conservador del departamento de paleontología de los vertebrados y director de investigación del Museo de Historia natural Carnegie en Pittsburgh (Pensilvania, este), uno de los coautores del hallazgo,mencionado en la revista estadounidense "Science".

"Los mamíferos tienen un oído muy sensible, claramente más sensible que el de todos los otros vertebrados, lo que ha sido fundamental en su manera de vivir" y para sobrevivir,indicó y agregó el especialista:"Y la evolución de la oreja de los mamíferos es por eso importante para comprender los orígenes de sus principales adaptaciones", dijo el investigador.

Cabe señalar que producto de la estructura particular del oído medio, los mamíferos, los humanos también, tenemos la posibilidad de elegir entre una gama de sonidos, situación que marca una diferencia con respecto a los otros vertebrados.Esto permitió, indica el estudio,a los mamíferos ser activos en la oscuridad, pudiendo sobrevivir en la era de los dinosaurios.

Esta sensibilidad del oído fue una adaptación crucial que permitió a los mamíferos ser activos en la oscuridad y sobrevivir a la era de los dinosaurios, según los autores del estudio.La adaptación fue posible gracias a los tres pequeños huesecillos en el interior del oído medio, el martillo (malleus), el yunque (incus) y el estribo (stapes), así como el anillo óseo sobre el cual está el tímpano.

Como toda las cosas, los huesos evolucionaron desde la mandíbula de sus ancestros reptiles.Saber el proceso de como estos huesos se independizaron de la mandíbula para irse al oído medio de los mamíferos moderno,es uno de los grandes sueños de los paleontólogos el cual podría ser realidad.

La nueva especie tenía los huesos del oído medio en parte similares a los de los mamíferos modernos, excepto una unión cartilaginosa con la mandíbula inferior.El cartílago llamado Meckel, no está presente actualmente en los mamíferos adultos.

Las tareas futuras serán dilucidar si lo anterior es una nueva característica de la especie producto de la evolución o una adaptación de este hermano menor, es decir, una mutación de genes. Una respuesta que la ciencia nos dará en un futuro.

Fuente: elmartutino.cl

viernes, 9 de octubre de 2009

Pegados a la teta de la madre desde el principio

José Ma Bermúdez de Castro asegura que en Atapuerca los bebés tomaban leche materna hasta los cuatro años

En Atapuerca las madres daban de mamar a sus criaturas desde su nacimiento hasta los tres o cuatro años, lo mismo que los chimpancés y los gorilas: «Son hipótesis de trabajo en función de los datos que manejamos y estos datos nos sugieren que había este periodo de lactancia, seguro, lo que quiere decir que el intervalo entre nacimientos era de ese tiempo porque la lactancia materna de cualquier mamífero es prácticamente el único alimento que recibe en ese tiempo y sus madres no pueden ovular porque la prolactina, la hormona que hace que se segregue la leche materna, impide la ovulación».

Son palabras de José María Bermúdez de Castro, codirector de los yacimientos de Atapuerca y director del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH) que ofreció ésta y otras interesantes explicaciones ayer en la conferencia ‘Nacer y crecer: Descubriendo a los lactantes del pasado’ que compartió con la investigadora Ana Mateos dentro de los actos organizados por la Junta de Castilla y León en Burgos con motivo de la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Mateos trabaja en una línea de investigación, Fisiopatología de los Homínidos, que tiene que ver con la gestación, la maternidad y la lactancia y el gasto energético que esto suponía para las hembras.

Este espacio de tiempo de tres o cuatro años entre el nacimiento de las criaturas resultaba fundamental, según Bermúdez de Castro, para regular el crecimiento demográfico «y que una madre no se encontrara en el Pleistoceno cargada con tres hijos de muy cortas edades al mismo tiempo».

El tema de la primera alimentación está muy relacionado con el cerebro: «El de los humanos se termina de formar, en tamaño, a los siete años, aproximadamente, y en cambio, los chimpancés, a los dos y medio ya lo tienen prácticamente terminado y esto es muy importante porque el cerebro es un gran consumidor de energía, tanto que se lleva el 20% de toda la que se gasta. Esto tiene repercusiones a la hora de estudiar los modelos de vida en el pasado y, sobre todo, el gasto de energía».

Bermúdez de Castro contó también que el crecimiento y desarrollo ha aumentado su duración en los últimos dos millones de años: «Los homininos anteriores a ese tiempo tenían todos ellos un periodo de crecimiento y desarrollo idéntico o muy parecido al de los chimpancés con quienes compartimos un ancestro común que vivió hace seis millones de años en África y el 99% de nuestro genoma, por lo que podemos asimilarles a ellos en los temas de lactancia y crecimiento».

Fuente: diariodeburgos.es

jueves, 8 de octubre de 2009

Halladas en una cueva de Deba (Guipúzcoa) pinturas rupestres del paleolítico que podrían ser las más antiguas de Euskadi


Un grupo de expertos arqueológicos y de miembros de la Asociación Munibe han hallado en la cueva de Astigarraga de Deba, descubierta en l967, una serie de pinturas del paleolítico que son las más antiguas de Guipúzcoa y uno que se trata de uno de los conjuntos más "viejos" hallados en Euskadi con una cronología de entre 20.000 y 22.000 años.

La diputada de Cultura y Euskera, María Jesús Aranburu, compareció hoy en San Sebastián junto al doctor en Historia Marcos García Díez, el director de la actual excavación, José Antonio Mujika Alustiza, y el descubridor de la cueva y fundador de la asociación Munibe, Miguel Sasieta, para explicar los detalles de este descubrimiento que supone "uno de los hallazgos más importante de los últimos años desde Ekain y Altxerri, aunque no se pueda comparar con ellos.

El descubrimiento se produjo el pasado mes de agosto en la cueva de Astigarraga de Deba. El grupo que lleva a cabo las excavaciones arqueológicas desde 2005, formado por José Antonio Mujika Alustiza, Juan Mari Arruabarrena y Miguel Sasieta, halló las pinturas ocultas, tras la retirada de un plástico que cubría el área de las excavaciones.

De este modo, se ha encontrado un conjunto de al menos 16 pares de trazos pareados rojos en la pared izquierda, a escasos metros de la entrada, que en el extremo derecho están cubiertos de concreción de calcita. Desde el punto de vista científico tienen una "importancia tremenda", según el experto en arte parietal Marcos García Díez.

Asimismo, al otro lado de la sala de entrada, existe una concentración de color negro cubierta por concreciones de calcita que, según los expertos, podría esconder la figura de un caballo y a su derecha, aproximadamente a un metro, también pueden verse unas líneas grabadas en sentido y dirección variable.

ARTE ESQUEMATICO

La cavidad cuenta también con pequeñas líneas probablemente relacionadas con el arte esquemático abstracto, un poco más moderno que el resto de pinturas, que consiste en marcar determinadas partes de las paredes con líneas negras y que "podría vincularse al mundo religioso".

Tras hallar las pinturas, el equipo de excavación dio aviso a la Diputación de Gipuzkoa, que desplazó hasta la cueva un técnico arqueológico para ver los dibujos. Posteriormente, se organizó una visita con Marcos García Díez para peritar las punturas y hacer un informe pericial. Las pinturas están "sin mirar con carácter detenido" por lo que es probable que se encuentre aún alguna nueva.

García Díez señaló que la zona en que se encuentra la cueva tiene ya una importancia determinada, ya que se halla al lado de la cueva de Ekain. En ese sentido, consideró que este descubrimiento "abre un paso a localizar nuevos conjuntos arqueológicos" en este valle.

El experto detalló que Euskadi era "anormal" en lo que se conocía en el arte rupestre porque comunidades autónomas con Cantabria y Asturias tienen un número mayor de conjuntos que el País Vasco aunque estos son "mas pequeños o modestos". "Euskadi tenía grandes conjuntos pero faltaban los pequeños", apuntó.

En esa línea, afirmó que el conjunto de Astigarraga es "modesto" desde el punto de vista visual pero "importante" desde el científico porque funciona como "clave en la ordenación del arte rupestre que se conoce en Europa".

ANTIGÜEDAD

Además, señaló que se trata de uno de los conjuntos "más viejos de lo que se conocía en Gipuzkoa y en el País Vasco". "La mayoría de ellos tenía una cronología de 15.000 años y este casi se puede asegurar al 99 por ciento que tiene una cronología entre 20.000 y 22.000 años", añadió.

García Díez destacó la importancia de los motivos en sí de la cueva porque "son muy raros" y destacó la existencia en la cavidad de "huesos clavados en las paredes". "Esto tiene una importancia tremenda porque son muy pocos conjuntos los que los contienen, en los que se vincula el arte rupestre a este tipo de cosas rituales", apuntó.

En la cueva de Astigarraga se han llevado a cabo, además, un sondeo estratigráfico que ha alcanzado los seis metros de profundidad en el que han aparecido niveles de la edad de bronce, epipaleolítico y paleolítico superior, medio e inferior. Estos dos últimos serían los más importantes.

La Diputación de Guipúzcoa ya ha procedido a cerrar el acceso a la cueva con una verja y ha notificado el hallazgo tanto al Ayuntamiento de Deba como al Gobierno vasco. Será el Ejecutivo socialista quien deba incoar el expediente de protección máxima de la cueva. En la misma, cerrada ya al público, continuarán las labores de investigación.

Fuente:adn.es