lunes, 7 de marzo de 2011

Encuentran en Israel dientes humanos antiguos.

Que duda cabe que la actualidad desde hace unas semanas está en Oriente Medio. A los conflictos por todos conocidos debemos añadir el hallazgo, en una excavaciones cerca del centro de Israel, de piezas dentales, que se creen humanas, que por sus características podrían muy bien pertenecer al humano mas viejo del planeta (mientras no se encuentren otros anteriores). Nada menos que la friolera de ¡400.000 años! son los estimados por los equipos de medición de máxima precisión utilizados para la evaluación de los restos, los que nos separarían del homínido cuyas características se acercan a las de otros del llamado homo sapiuens. De ser cierto, se trataría del homo sapiens mas antiguo hasta la fecha, borrando de un plumazo a todos los anteriores, con una diferencia de 200.000 años, lo cual convierte este hallazgo en especialmente importante dada su trascendencia.

La gencia AP es quien ha dado a conocer la noticia, que han recogido otras publicaciones de tipo científico y divulgativo.

Arqueólogos israelíes dijeron que quizá encontraron la evidencia más antigua hasta el momento de la existencia del hombre moderno y, de ser así, el descubrimiento podría alterar teorías sobre el origen de los humanos. El equipo de la Universidad de Tel Aviv que excava en una cueva cerca del centro de Israel señaló que dientes encontrados dentro de la misma tienen aproximadamente 400.000 años de existencia y se asemejan a los de otros restos del hombre moderno, conocido científicamente como Homo sapiens, hallados en Israel. Los restos de Homo sapiens más antiguos encontrados hasta ahora tienen la mitad de antigüedad.

"Es muy emocionante llegar a esta conclusión", dijo el arqueólogo Avi Gopher, cuyo equipo examinó los dientes con tomografía computarizada y rayos X. Los fecharon de acuerdo con los estratos de tierra donde fueron hallados.

El especialista indicó que se requiere más investigación para fortalecer la afirmación. Si resulta así, señaló, "esto cambia todo el panorama de la evolución".

La teoría científica aceptada es que el Homo sapiens se originó en Africa y migró fuera del continente. Gopher dijo que, si los restos son vinculados definitivamente a ancestros del humano moderno, ello podría significar que éste de hecho se originó en lo que ahora es Israel.

Sir Paul Mellars, un experto en prehistoria de la Universidad de Cambridge, dijo que el estudio es acreditado, y que el descubrimiento "es importante" porque son escasos los restos de ese período crucial, pero es prematuro decir que los restos son humanos.

"Con base en la evidencia que han localizado, es una posibilidad muy tenue y francamente más bien remota", añadió Mellars. El experto señaló que es más probable que los restos estén relacionados a los parientes antiguos del hombre moderno, los Neandertales.

Según las actuales teorías científicas aceptadas, los humanos modernos y los Neandertales proceden de un ancestro común que vivió en Africa hace aproximadamente 700.000 años. Un grupo de descendientes migró a Europa y se convirtió en Neandertales, que posteriormente se extinguieron. Otro grupo permaneció en Africa y evolucionó a Homo sapiens, los seres humanos actuales.

Con frecuencia los dientes son indicadores de origen poco confiables, y análisis de restos de cráneo identificarían más plenamente las especies encontradas en la cueva israelí, agregó Mellars.

La cueva prehistórica de Qesem fue descubierta en el 2000 y las excavaciones comenzaron en el 2004. Los investigadores Gopher, Ran Barkai e Israel Hershkowitz publicaron su estudio en la revista American Journal of Physical Anthropology.


Fuente: Carson city

Niño de la era de hielo encontrado en casa prehistórica de Alaska


En lo que ahora es el centro de Alaska, uno de los primeros americanos fue sepultado en un foso dentro de su casa, hace 11.500 años, según revela una nueva excavación.

La casa y restos humanos antiguos – los de mayor antigüedad encontrados en el subártico de norteamérica – permiten echar una inusitada mirada a la vida cotidiana de los americanos de la Era de Hielo, afirman los científicos.

Si los restos rinden ADN útil, el niño podría ayudar a descubrir quién vivía en el lado norteamericano del puente terrestre que probablemente todavía conectaba América con Asia en ese tiempo, destacan los expertos.

Una cosa que aparentemente no es misterio es cómo se sepultó al niño.“Se puede ver que lo colocaron en el foso – un fogón dentro de la casa – y prendieron fuego sobre el niño”, dice Joel Irish, coautor del estudio. La madera quemada permitió que los científicos dataran el sitio con radiocarbono.

Después de la cremación, el clan de recolectores y cazadores al que pertenecía el niño aparentemente llenó con tierra el fogón de 45 centímetros de profundidad y abandonó la morada.
Ningún otro artefacto existe sobre la línea de relleno.

Incluso el descubrimiento apenas representa 20 por ciento del esqueleto del niño, por lo que hay pocas pistas sobre cómo murió. Pero los restos dejan en claro que el infante falleció antes de su funeral y fue colocado en posición para descansar en paz.

Vida cotidiana en la Alaska de la Era de Hielo

“Desde nuestra perspectiva, el niño es ciertamente extraordinario, pero la casa también es única”, destaca Ben Potter, coautor del estudio.

Restos de salmón, perdiz blanca, ardillas terrestres y otros animales sugieren que el fogón fue usado durante semanas y meses antes de convertirse en tumba, precisa el estudio.

El piso de la morada fue excavado 27 centímetros. Tal vez contó con postes para apuntalar las paredes y el techo, según manchas delatadoras en el sedimento.

En otras palabras, era una casa – la más antigua que se conoce en Alaska.

“Todos los demás descubrimientos de este periodo o previos tienden a ser asociados con campamentos de cacería de corto plazo o talleres donde la gente reunía materiales de piedra de alta calidad para trabajarlos y convertirlos en herramientas”, destaca Potter, antropólogo de la Universidad de Alaska Fairbanks.

Ahora que se encontró una casa en Alaska de la Era de Hielo, los científicos están listos para descifrar secretos sobre cómo vivían y se comportaban los primeros norteamericanos, dice Goebel, del Centro de Estudios de Primeros Americanos de la Universidad de Texas A&M.

Ya es claro que a los residentes les gustaba el salmón – en el foso se encontraron restos de aproximadamente 300 de estos peces.

Además de los restos de ardillas terrestres jóvenes, el salmón forma parte de la evidencia de que la casa era una residencia de verano de gente seminómada. Ambos animales son abundantes en los meses más cálidos.

La evidencia de moradas previas se había asociado a campamentos temporales en áreas que hubieran sido frecuentadas en otoño, según el estudio, publicado en la revista Science.

Localizada entre los bosques boreales del río Tanana, la nueva casa “pinta una imagen más amplia sobre la forma en que estas personas usaron las principales especies del paisaje”, dice Potter.

“Imaginamos a esta gente como forrajeros que cazaban presas grandes, como bisontes o alces. Pero el elemento de pesca es nuevo, y resulta sorprendente que haya tantos peces”, precisa.

¿Restos humanos con ADN?

Una comunidad local de nativos de Alaska, la tribu del Lago Healy, llamó al niño de la Era de Hielo Xaasaa Cheege Ts’eniin, o Niño Boca del Río Sol Ascendente, en honor al nombre nativo del sitio arqueológico.

Varios grupos nativos están trabajando estrechamente con los arqueólogos y algunos han expresado interés en comparar su propio ADN con el del niño, para ayudar a pintar una imagen más clara de los ancestros del infante y, tal vez, de los propios.

Un estudio preliminar de los dientes sugiere que está afiliado biológicamente con los nativos americanos y con la gente del noreste asiático.

Aunque los detalles son sumamente debatidos, por lo general se cree que los primeros americanos migraron desde Siberia cruzando el ahora extinto puente terrestre del estrecho de Bering, hace aproximadamente 13,000 años.

En ese sitio arqueológico de aproximadamente 14,000 años las excavaciones revelaron una cultura con ciertos paralelos a costumbres posteriores de nativos americanos. Ushki también alberga la única tumba adicional de esta era en la vecindad del puente terrestre de Bering, también llamado Beringia.

“La historia de Alaska se parece mucho más a la de Siberia o a la del Lejano Oriente ruso que a la de cualquiera de los 48 estados inferiores” de Estados Unidos, considera Potter.

Goebel, quien trabajó en el lago Ushki, dice que estas similitudes pueden encontrarse en muchas culturas del antiguo norte, así que no considera que los paralelos sean prueba de que ambas culturas estén unidas.

El ADN podría limpiar el panorama considerablemente, y los restos del niño representan una oportunidad inusitada.

“Realmente estamos interesados en usar la historia de Alaska para definir cómo fue que los primeros humanos de la Era de Hielo cruzaron el puente terrestre de Beringia”, destaca Goebel.

“Pero (sin restos humanos) nunca pudimos decir quiénes fueron esas personas, cómo se veían y cómo podrían estar emparentadas con otras poblaciones”, señala.

“Ahora, por primera vez tal vez podamos hacernos una idea específica sobre cómo se veían los primeros beringianos, en términos de su genética”, agrega.

Fuente: aimdigital.com.ar/Foto: Ben A. Potter

jueves, 20 de enero de 2011

Descubren nuevo tipo de humano antiguo.


Un estudio genético determina la existencia de un nuevo tipo de humano desconocido, el denisovano, que habitó gran parte de la Eurasia central.


Un tipo de humano desconocido -el denisovano- probablemente deambuló por Asia durante miles de años, mezclándose ocasionalmente con humanos como usted y yo, afirma un nuevo estudio genético.

De hecho, los habitantes actuales de las islas de Papúa Nueva Guinea, en el Pacífico, podrían ser descendientes lejanos de estos apareamientos prehistóricos, según un nuevo análisis de ADN del dedo meñique de una niña de 40.000 años de antigüedad, encontrada en la cueva siberiana de Denisova, Rusia.

Este "nuevo giro" en la evolución humana aporta novedosa y abultada evidencia en el sentido de que distintos tipos de humanos -los así llamados humanos modernos y neandertales, humanos modernos y denisovanos e, incluso, tal vez denisovanos y neandertales- se aparearon y produjeron descendencia, afirman los expertos.

"No creemos que los denisovanos hayan ido a Papúa Nueva Guinea", ubicada en el extremo noroccidental de la región del Pacífico llamada Melanesia, explica Bence Viola, coautor del estudio y antropólogo del Instituto de Antropología Evolutiva Max Planck, en Leipzig, Alemania.

"Creemos que la población denisovana habitó gran parte de Eurasia oriental de la misma forma en que los neandertales habitaron la mayoría de Eurasia occidental", destaca. "Nuestra idea es que los ancestros de los melanesios se toparon con los denisovanos en el sureste asiático y se reprodujeron, y que los ancestros de los melanesios se mudaron posteriormente a Papúa Nueva Guinea", precisa.

¿Era común la cruza entre varios tipos de humanos?

Combinado con el estudio de ADN de mayo que encontró que los neandertales también se cruzaron con ancestros de los humanos modernos, el descubrimiento del denisovano sugiere que había más hibridación entre distintos tipos de humanos de lo previamente pensado, afirma Brenna Henn, genetista de la Universidad de Stanford.

"La gente ha estado hablando del tema desde hace mucho con base en el registro arqueológico real ... Pero hasta hace seis meses, no había evidencia genética de alguna mezcla entre los humanos arcaicos y los modernos", destaca Henn, coautora de un artículo que acompaña el estudio en la revista Nature.

"Entonces, después salen estos dos estudios, y no diré que han puesto de cabeza el campo pero ciertamente apoyan una perspectiva no muy reconocida durante años" por los genetistas, señala Henn, quien no formó parte del estudio.

Brian Richmond, paleoantropólogo de la Universidad George Washington, dice esperar que el nuevo estudio genere gran interés y emoción.

"Nada es más fascinante que enterarse de nuevos giros en nuestros orígenes", considera Richmond, quien tampoco participó en la investigación genética del denisovano. "Y éste es aún otro giro nuevo", precisa.

Dedo fósil

La pieza central del estudio de ADN es un fósil de hueso de dedo denisovano descubierto en 2008. Se piensa que pertenece a una niña -apodada Mujer X- que tenía entre 5 y 7 años cuando murió.

En un estudio previo publicado en Nature en marzo de 2010, el equipo había obtenido y secuenciado ADN mitocondrial, o mtADN, del dedo de la Mujer X. Pero éste -heredado únicamente de las madres- contiene mucho menos información sobre la constitución genética de una persona que el ADN encontrado en el núcleo de una célula, o ADN nuclear.

En su nuevo estudio, el equipo informa haber extraído y secuenciado exitosamente ADN nuclear del hueso.

Después, utilizando técnicas de comparación de ADN, los científicos pudieron determinar que los denisovanos eran distintos a los humanos modernos y a los neandertales, aunque más cercanos a estos últimos.

El equipo calcula que los denisovanos se separaron del grupo de los neandertales hace aproximadamente 350.000 años.

Dientes enormes

Junto con el hueso de dedo, los arqueólogos de la Academia de Ciencias de Rusia, encargados de la excavación del sitio, descubrieron un diente perteneciente a un adulto denisovano.

El molar en cuestión es más grande que cualquier diente de humano moderno e incluso más grande que el diente más grande de neandertal. Esto podría sugerir que los denisovanos "se comparaban en tamaño con los neandertales, incluso tal vez un poco más grandes", dice Richmond.

Sin embargo, advierte que el tamaño de los dientes no siempre es buen indicador del tamaño corporal. Un homínido "puede tener dientes grandes y no ser gigante", precisa.

¿Los denisovanos son una especie nueva?

Cuidadosamente, el equipo ha evitado decir que los denisovanos son una especie nueva, optando por etiquetarlos como "grupo hermano" de los neandertales.

Si los humanos modernos y los humanos denisovanos eran especies distintas, su descendencia híbrida probablemente no hubiera podido reproducirse. Pero los híbridos aparentemente pudieron tener bebés, o de lo contrario el ADN denisovano no hubiera podido pasarse a los habitantes actuales de Papúa Nueva Guinea. Por tanto, razona Viola, los denisovanos y los humanos modernos probablemente no eran especies separadas.

Científicamente, empero, tiene poca importancia si al denisovano se le reconoce finalmente como nueva especie, dice Terry Brown, genetista de la Universidad de Manchester, Reino Unido, que no participó en el estudio.

"Todo este asunto de la especie es un distractor, algo que sirve como buen titular pero que, bajo mi perspectiva, no contribuye mucho al debate científico", afirma Brown a través de un correo electrónico.

"Realmente desconocemos cómo igualar las diferencias en las secuencias genómicas con el concepto de especie", precisa. "Podríamos tener dos especies genuinas cuyos miembros no pueden mezclarse pero cuyos genomas sean muy similares", apunta.

"Entonces, realmente el ADN nuclear no nos ayuda a decidir si los denisovanos son una nueva especie, aunque la evidencia de su mezcla con los humanos modernos sugiere que no", subraya.

Dada la creciente evidencia de que los humanos modernos se mezclaron con los neandertales, y ahora con los denisovanos, algunos biólogos evolutivos incluso han sugerido abandonar la designación de especie para los neandertales y los humanos modernos.

Conforme los científicos "producen evidencia de que los denisovanos se cruzaron con los humanos modernos (como los neandertales), entonces se implica que los humanos modernos, los denisovanos y los neandertales son todos subespecies del Homo sapiens", acusa.

Es indiscutible, empero, que cada uno de estos grupos es genéticamente distinto, afirma Richmond.

"Ya sean especies o subespecies, es claro que los humanos modernos, los neandertales y ahora los denisovanos, estaban separados por cientos de miles de años y fue al último cuando algunos se encontraron y cruzaron", agrega.


Fuente: losandes.com.ar

Descubren nuevo tipo de humano antiguo Un estudio genético determina la existencia de un nuevo tipo de humano desconocido, el denisovano, que habitó g

Un tipo de humano desconocido -el denisovano- probablemente deambuló por Asia durante miles de años, mezclándose ocasionalmente con humanos como usted y yo, afirma un nuevo estudio genético.

De hecho, los habitantes actuales de las islas de Papúa Nueva Guinea, en el Pacífico, podrían ser descendientes lejanos de estos apareamientos prehistóricos, según un nuevo análisis de ADN del dedo meñique de una niña de 40.000 años de antigüedad, encontrada en la cueva siberiana de Denisova, Rusia.

Este "nuevo giro" en la evolución humana aporta novedosa y abultada evidencia en el sentido de que distintos tipos de humanos -los así llamados humanos modernos y neandertales, humanos modernos y denisovanos e, incluso, tal vez denisovanos y neandertales- se aparearon y produjeron descendencia, afirman los expertos.

"No creemos que los denisovanos hayan ido a Papúa Nueva Guinea", ubicada en el extremo noroccidental de la región del Pacífico llamada Melanesia, explica Bence Viola, coautor del estudio y antropólogo del Instituto de Antropología Evolutiva Max Planck, en Leipzig, Alemania.

"Creemos que la población denisovana habitó gran parte de Eurasia oriental de la misma forma en que los neandertales habitaron la mayoría de Eurasia occidental", destaca. "Nuestra idea es que los ancestros de los melanesios se toparon con los denisovanos en el sureste asiático y se reprodujeron, y que los ancestros de los melanesios se mudaron posteriormente a Papúa Nueva Guinea", precisa.

¿Era común la cruza entre varios tipos de humanos?

Combinado con el estudio de ADN de mayo que encontró que los neandertales también se cruzaron con ancestros de los humanos modernos, el descubrimiento del denisovano sugiere que había más hibridación entre distintos tipos de humanos de lo previamente pensado, afirma Brenna Henn, genetista de la Universidad de Stanford.

"La gente ha estado hablando del tema desde hace mucho con base en el registro arqueológico real ... Pero hasta hace seis meses, no había evidencia genética de alguna mezcla entre los humanos arcaicos y los modernos", destaca Henn, coautora de un artículo que acompaña el estudio en la revista Nature.

"Entonces, después salen estos dos estudios, y no diré que han puesto de cabeza el campo pero ciertamente apoyan una perspectiva no muy reconocida durante años" por los genetistas, señala Henn, quien no formó parte del estudio.

Brian Richmond, paleoantropólogo de la Universidad George Washington, dice esperar que el nuevo estudio genere gran interés y emoción.

"Nada es más fascinante que enterarse de nuevos giros en nuestros orígenes", considera Richmond, quien tampoco participó en la investigación genética del denisovano. "Y éste es aún otro giro nuevo", precisa.

Dedo fósil

La pieza central del estudio de ADN es un fósil de hueso de dedo denisovano descubierto en 2008. Se piensa que pertenece a una niña -apodada Mujer X- que tenía entre 5 y 7 años cuando murió.

En un estudio previo publicado en Nature en marzo de 2010, el equipo había obtenido y secuenciado ADN mitocondrial, o mtADN, del dedo de la Mujer X. Pero éste -heredado únicamente de las madres- contiene mucho menos información sobre la constitución genética de una persona que el ADN encontrado en el núcleo de una célula, o ADN nuclear.

En su nuevo estudio, el equipo informa haber extraído y secuenciado exitosamente ADN nuclear del hueso.

Después, utilizando técnicas de comparación de ADN, los científicos pudieron determinar que los denisovanos eran distintos a los humanos modernos y a los neandertales, aunque más cercanos a estos últimos.

El equipo calcula que los denisovanos se separaron del grupo de los neandertales hace aproximadamente 350.000 años.

Dientes enormes

Junto con el hueso de dedo, los arqueólogos de la Academia de Ciencias de Rusia, encargados de la excavación del sitio, descubrieron un diente perteneciente a un adulto denisovano.

El molar en cuestión es más grande que cualquier diente de humano moderno e incluso más grande que el diente más grande de neandertal. Esto podría sugerir que los denisovanos "se comparaban en tamaño con los neandertales, incluso tal vez un poco más grandes", dice Richmond.

Sin embargo, advierte que el tamaño de los dientes no siempre es buen indicador del tamaño corporal. Un homínido "puede tener dientes grandes y no ser gigante", precisa.

¿Los denisovanos son una especie nueva?

Cuidadosamente, el equipo ha evitado decir que los denisovanos son una especie nueva, optando por etiquetarlos como "grupo hermano" de los neandertales.

Si los humanos modernos y los humanos denisovanos eran especies distintas, su descendencia híbrida probablemente no hubiera podido reproducirse. Pero los híbridos aparentemente pudieron tener bebés, o de lo contrario el ADN denisovano no hubiera podido pasarse a los habitantes actuales de Papúa Nueva Guinea. Por tanto, razona Viola, los denisovanos y los humanos modernos probablemente no eran especies separadas.

Científicamente, empero, tiene poca importancia si al denisovano se le reconoce finalmente como nueva especie, dice Terry Brown, genetista de la Universidad de Manchester, Reino Unido, que no participó en el estudio.

"Todo este asunto de la especie es un distractor, algo que sirve como buen titular pero que, bajo mi perspectiva, no contribuye mucho al debate científico", afirma Brown a través de un correo electrónico.

"Realmente desconocemos cómo igualar las diferencias en las secuencias genómicas con el concepto de especie", precisa. "Podríamos tener dos especies genuinas cuyos miembros no pueden mezclarse pero cuyos genomas sean muy similares", apunta.

"Entonces, realmente el ADN nuclear no nos ayuda a decidir si los denisovanos son una nueva especie, aunque la evidencia de su mezcla con los humanos modernos sugiere que no", subraya.

Dada la creciente evidencia de que los humanos modernos se mezclaron con los neandertales, y ahora con los denisovanos, algunos biólogos evolutivos incluso han sugerido abandonar la designación de especie para los neandertales y los humanos modernos.

Conforme los científicos "producen evidencia de que los denisovanos se cruzaron con los humanos modernos (como los neandertales), entonces se implica que los humanos modernos, los denisovanos y los neandertales son todos subespecies del Homo sapiens", acusa.

Es indiscutible, empero, que cada uno de estos grupos es genéticamente distinto, afirma Richmond.

"Ya sean especies o subespecies, es claro que los humanos modernos, los neandertales y ahora los denisovanos, estaban separados por cientos de miles de años y fue al último cuando algunos se encontraron y cruzaron", agrega.

Fuente: .losandes.com.ar

jueves, 16 de diciembre de 2010

Investigan por primera vez las funciones metabólicas en cerebros de fósiles


La revista American Journal of Human Biology publica la primera investigación en restos fósiles sobre las funciones metabólicas y fisiológicas del cerebro de los homínidos, dirigida por el investigador Emiliano Bruner, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH), con sede en Burgos.

Este investigador es el responsable del Grupo de Paleoneurobiología de Homínidos del Centro Nacional de Investigación del CENIEH, y su trabajo será portada de la revista "American Journal of Human Biology", cuyo número de enero de 2011 está dedicado a biología humana y evolución cerebral.

Se trata de un trabajo en el que se investiga por primera vez las funciones metabólicas y fisiológicas del cerebro en los fósiles, y en el que se analiza mediante la utilización de técnicas digitales y modelos numéricos, la "vascularización" y la "termorregulación cerebral" en los humanos modernos y en los homínidos fósiles.

A través de la tomografía vascular se investiga el papel de las arterias en las superficies cerebrales.

Según ha explicado en declaraciones a EFE este investigador, "estos vasos solo se pueden estudiar en los seres vivos, pero dejan sus huellas dentro de las áreas neurales de los fósiles".

Bruner ha subrayado que en este trabajo se estudia la relación entre distribución del calor y forma cerebral, para poder aplicar a las especies fósiles hipótesis de investigación sobre la termorregulación del cerebro.

En este sentido ha precisado que todavía no se sabe cómo se realiza la gestión térmica cerebral en los humanos modernos, ni siquiera cuáles han sido las variaciones evolutivas que han permitido el desarrollo de un órgano que requiere un consumo energético muy elevado.

Como ha aclarado este investigador italiano, si bien el objetivo de este trabajo ha sido estudiar la evolución del sistema nervioso central en paleontología humana, se han investigado rasgos anatómicos de nuestra especie sobre los que falta mucha información, y que están directamente relacionados con la biología del cerebro.

Ha señalado que "para investigar el pasado estamos estudiando a los humanos modernos , y de esa forma estamos aportando también datos útiles para conocer la biología de nuestro propio cerebro".

En este trabajo han colaborado también el Departamento de Física de la Universidad de Burgos, el Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Foro Italico de Roma, y el Departamento de Neurocirugía del Hospital San Filippo Neri de Roma.

Fuente:EFE / abc.es

jueves, 9 de diciembre de 2010

El paleolítico de Lemos se estudiará en laboratorio los próximos dos años.

Clasificación de piezas del Paleolítico Superior halladas en el yacimiento de Valverde, en Monforte

La Universidade de Santiago empezó a planear las actuaciones que se llevarán a cabo durante el año próximo dentro del proyecto «Ocupaciones humanas durante el Pleistoceno de la cuenca media del Miño», que ha situado las tierras del sur lucense en un lugar preeminente en la investigación del Paleolítico en Galicia. Por primera vez desde el 2006, durante la primavera no se realizarán prospecciones arqueológicas ni excavaciones en el valle de Lemos. Pero eso no significa que las investigaciones en la depresión monfortina se hayan dado ya por cerradas o que vayan a interrumpirse, ya que continuarán en un ámbito un poco diferente.

Según explica el arqueólogo Arturo de Lombera, codirector de los trabajos de campo de este proyecto, el estudio de los yacimientos paleolíticos de esta zona se centrará en los trabajos de laboratorio al menos durante los próximos dos años. «Desde el 2006 recogimos en la zona de Monforte una gran cantidad de materiales y de datos que ahora habrá que procesar y estudiar con mucho detenimiento para extraerles toda la información posible», señala.

En las investigaciones sobre el terreno realizadas durante los últimos años -continúa De Lombera-, los arqueólogos han obtenido suficientes materiales como para hacerse una idea general de la evolución que pudieron seguir los poblamientos humanos en este territorio a lo largo de extensos períodos de la prehistoria. De lo que se trata ahora es de interpretar todos los datos recogidos hasta la fecha y reconstruir esa dinámica con la mayor precisión posible. Los investigadores intentarán determinar aspectos como la distribución espacial de estas poblaciones primitivas, los patrones de asentamiento propios de las distintas épocas del Paleolítico, las técnicas de aprovechamiento de los recursos naturales y de obtención de materia prima para fabricar herramientas de piedra o la delimitación cronológica entre las diferentes etapas tecnológicas, que puede variar mucho de unos territorios a otros. En estos trabajos de laboratorio pueden utilizarse técnicas muy diversas, que van desde el estudio de los artefactos líticas con el microscopio hasta el uso de herramientas informáticas combinadas con la cartografía y la fotografía aérea, pasando por los análisis estratigráficos y edafológicos.

Recorte presupuestario

La estrategia de investigación prevista para el 2011 -comenta Arturo de Lombera- responde por un lado a la necesidad de analizar a fondo los numerosos materiales y datos recogidos en la depresión de Lemos en los últimos cinco años, pero también se ajusta a las limitaciones presupuestarias que sufre el proyecto debido a la crisis. Como ya se informó anteriormente, la USC había solicitado al Ministerio de Ciencia e Innovación una subvención de más de 200.000 euros para los próximos tres años, pero solo ha recibido 55.000. Ante este recorte -señala el arqueólogo- «se ha optado por no iniciar por ahora nuevas excavaciones o sondeos, que pueden suponer un esfuerzo muy importante en material y personal, y centrarse durante un tiempo en los trabajos de laboratorio, aprovechando que disponemos ya de muchos materiales para estudiar».

Fuente: lavozdegalicia.es

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Lenta maduración de los humanos puede haber sido ventaja sobre Neandertal


La comparación de los dientes en fósiles de hombres primitivos y de Neandertal muestran que los humanos demoran mucho más que sus ancestros para alcanzar la madurez, y eso puede haber sido una ventaja en la evolución, según un artículo que se publica hoy en EE.UU.

En el trabajo, que aparece en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), Tanya Smith, profesora de biología humana en la evolución en la Universidad de Harvard, indica que "los humanos tienen una inusitada historia de vida, con una edad temprana de destete, una larga infancia, una edad tardía para la primera reproducción y breves intervalos de nacimientos".

Las dentaduras son "registros del tiempo notables, que guardan señales de cada día de crecimiento casi como los anillos en el tronco de los árboles revelan el crecimiento anual", añadió.

"Lo más impresionante", continuó Smith, "es que nuestros primeros molares contienen un pequeño 'certificado de nacimiento' y cuando se encuentra esta línea de nacimiento, los científicos pueden calcular, con exactitud, la edad que tenía un ejemplar joven cuando murió".

Comparados aun con los primeros humanos, otros primates tienen un período de gestación más corto, una infancia más breve y una maduración más temprana, una edad más baja en la primera reproducción, y en términos generales un período de vida más corto.

El artículo señala que en algún momento no determinado entre los seis a siete millones de años desde que empezó la diferenciación entre los primeros humanos y los primates no humanos, cambió el curso de la vida y comenzó a demorarse la maduración.

Smith y sus colegas determinaron que el crecimiento de los dientes de los neandertales jóvenes era significativamente más rápido que en nuestra especie, incluidos algunos de los humanos modernos más tempranos que salieron de África hace de 90.000 a 100.000 años.

Esto indica que la prolongación de la infancia ha sido un desarrollo relativamente reciente.

Estos estudios se agregan al creciente número de indicios de las sutiles diferencias del desarrollo entre los humanos y sus ancestros de Neandertal, miembros extintos del género Homo de los cuales se han encontrado especímenes del período del Pleistoceno en Europa y en el oeste y centro de Asia.

Los paleontólogos han encontrado los primeros fósiles con rasgos Neardental primitivos en Europa que datan de 600.000 a 350.000 años atrás.

El estudio publicado hoy involucra algunos de los niños Neandertal más famosos, incluidos el primer fósil "hominin" descubierto en Bélgica hace 180 años, y que, según las técnicas más avanzadas de análisis, murió a los tres años.

"Los nuevos métodos ofrecen una oportunidad única para evaluar los orígenes de una condición fundamentalmente humana: el cambio costoso pero ventajoso de una estrategia primitiva de 'vivir rápido y morir joven' a una de 'vivir lento y llegar a viejo'", señaló Smith, quien agregó que ésta última "ayudó a que los humanos sean uno de los organismos más exitosos del planeta".

"La maduración extendida de los humanos puede haber facilitado el aprendizaje adicional y una cognición completa, lo cual posiblemente dio a los primeros Homo sapiens una ventaja sobre sus primos de Neandertal", dijo.

Fuente: noticias.terra.com.ar / imagen : ungaman.wordpress.com