El director del equipo que ha encontrado en la cova Foradà, en Oliva, el esqueleto de neandertal mejor conservado de España reflexiona en este artículo sobre el momento de su extinción
La opinión más estudiada es que sí. Que desaparecieron suplantados por los Sapiens Sapiens o Cromañones. Entre el año 40.000 y el 30.000 antes del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo se produjeron varios singulares acontecimientos que marcan época en la evolución humana.
Es un período, 'mágico' podríamos decir, que ocasiona una 'revolución' total. Cambia todo. La tecnología, la antropología y la cultura. Hay, también, cambios medioambientales.
Los cambios tecnológicos son sustanciales. Más de doscientos mil años fabricando los mismos instrumentos para facilitar las actividades cotidianas, las del vivir diario, centradas en la caza y la recolección. A partir del 30.000 aparecen nuevas armas y herramientas, tanto en piedra como en hueso y asta. Frente a lascas, algún perforador, puntas y raederas, ahora hojas-cuchillo, raspadores, taladros-perforadores, buriles, piezas de armadura para instrumentos arrojadizos, puntas de hueso y asta, azagayas como puntas para venablos, varillas, punzones, agujas, agujas de coser, 'bastones de mando', propulsores, arpones, puntas de flecha, etcétera.
Aparece repentinamente el primer arte, es el Arte Paleolítico, el propio de Altamira para la zona cántabro-atlántica, y el propio de Parpalló para la zona mediterránea. Por vez primera, tras varios millones de años de evolución, el ser humano representa su cosmogonía, es decir, su visión del mundo, visión que nace ahora y se irá desarrollando hasta llegar a la cosmología o cosmovisión actual, tan rica, amplia, compleja y, por ello, tan limitada.
Son los animales, la fauna que le rodea y con la cual vive en plena simbiosis y que constituye el todo para el ser humano. Abrigo, alimentación, instrumentos, iluminación.
Provoca cambios en la fauna, en el medio animal que le rodea, y elimina a los leones de las cavernas, a las panteras, a los leopardos, a los osos, a las hienas, a los elefantes, a los monos; quedan toros-uros, caballos, cabras, lobos, zorros, etcétera, es decir, la fauna corriente, la actual.
Aparece una nueva especie humana, el Sapiens Sapiens o Cromañón, y lo hace de la noche a la mañana, porque durante esos doscientos mil años sólamente conocemos en toda Europa a Neandertales. Aquí empiezan los problemas. Se formuló una teoría explicativa que afirmaba: el Neandertal fue suplantado por el Cromañón procedente, ¡cómo no!, del continente africano.
Frente a los que pensaron que dicha suplantación fue violenta, por la fuerza, se pusieron los que pensaron en una extinción interna sin acción externa.
Para demostrarlo se adujeron explicaciones desde la genética, como degeneración por la endogamia; desde el medio, por falta de adaptación a nuevas circunstancias ambientales, los fríos extremos por ejemplo; desde la alimentación, dependiente de las proteínas animales; desde la tecnología, por ser superior la de los segundos; desde el carácter y la competencia por ser más agresivos y excluyentes los nuevos. Todo lo cual ha tenido suficiente contestación.
Los primeros análisis de ADN parecieron confirmar esta hipótesis y la más prestigiosa institución europea, el Instituto Max Planck de Leipzig (Alemania) fue su principal defensor.
En realidad la teoría, aunque hizo fortuna, se apoyaba en bases escasas y poco firmes, fundamentalmente procedentes del Próximo Oriente, de excavaciones antiguas que planteaban muchos problemas.
Los hallazgos posteriores, especialmente los españoles, Atapuerca sobre todo, amenazaban con dar un vuelco total a la teoría. Lo de Siberia, reciente, también; lo de Orce ayuda.
Los Sapiens Sapiens en Europa se encuentran a partir del 35/30.000, antes no hay ninguno. Coexistencia no hubo por lo tanto, la convivencia no fue posible, pues.
Del Antecessor y del Heidelbergensis de Atapuerca deben proceder los neandertales españoles.
En Australia, un grupo de investigadores, a partir de las suyas, investigan la extinción.
Nosotros, desde Valencia, postulamos una poligénesis y la no extinción de los neandertales por los sapiens sapiens invasores, para lo que buscamos pruebas a partir de nuestros propios hallazgos, esperamos poder confirmar lo que es una mera posibilidad. ¿Lo conseguiremos? Ya vorem.
La opinión más estudiada es que sí. Que desaparecieron suplantados por los Sapiens Sapiens o Cromañones. Entre el año 40.000 y el 30.000 antes del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo se produjeron varios singulares acontecimientos que marcan época en la evolución humana.
Es un período, 'mágico' podríamos decir, que ocasiona una 'revolución' total. Cambia todo. La tecnología, la antropología y la cultura. Hay, también, cambios medioambientales.
Los cambios tecnológicos son sustanciales. Más de doscientos mil años fabricando los mismos instrumentos para facilitar las actividades cotidianas, las del vivir diario, centradas en la caza y la recolección. A partir del 30.000 aparecen nuevas armas y herramientas, tanto en piedra como en hueso y asta. Frente a lascas, algún perforador, puntas y raederas, ahora hojas-cuchillo, raspadores, taladros-perforadores, buriles, piezas de armadura para instrumentos arrojadizos, puntas de hueso y asta, azagayas como puntas para venablos, varillas, punzones, agujas, agujas de coser, 'bastones de mando', propulsores, arpones, puntas de flecha, etcétera.
Aparece repentinamente el primer arte, es el Arte Paleolítico, el propio de Altamira para la zona cántabro-atlántica, y el propio de Parpalló para la zona mediterránea. Por vez primera, tras varios millones de años de evolución, el ser humano representa su cosmogonía, es decir, su visión del mundo, visión que nace ahora y se irá desarrollando hasta llegar a la cosmología o cosmovisión actual, tan rica, amplia, compleja y, por ello, tan limitada.
Son los animales, la fauna que le rodea y con la cual vive en plena simbiosis y que constituye el todo para el ser humano. Abrigo, alimentación, instrumentos, iluminación.
Provoca cambios en la fauna, en el medio animal que le rodea, y elimina a los leones de las cavernas, a las panteras, a los leopardos, a los osos, a las hienas, a los elefantes, a los monos; quedan toros-uros, caballos, cabras, lobos, zorros, etcétera, es decir, la fauna corriente, la actual.
Aparece una nueva especie humana, el Sapiens Sapiens o Cromañón, y lo hace de la noche a la mañana, porque durante esos doscientos mil años sólamente conocemos en toda Europa a Neandertales. Aquí empiezan los problemas. Se formuló una teoría explicativa que afirmaba: el Neandertal fue suplantado por el Cromañón procedente, ¡cómo no!, del continente africano.
Frente a los que pensaron que dicha suplantación fue violenta, por la fuerza, se pusieron los que pensaron en una extinción interna sin acción externa.
Para demostrarlo se adujeron explicaciones desde la genética, como degeneración por la endogamia; desde el medio, por falta de adaptación a nuevas circunstancias ambientales, los fríos extremos por ejemplo; desde la alimentación, dependiente de las proteínas animales; desde la tecnología, por ser superior la de los segundos; desde el carácter y la competencia por ser más agresivos y excluyentes los nuevos. Todo lo cual ha tenido suficiente contestación.
Los primeros análisis de ADN parecieron confirmar esta hipótesis y la más prestigiosa institución europea, el Instituto Max Planck de Leipzig (Alemania) fue su principal defensor.
En realidad la teoría, aunque hizo fortuna, se apoyaba en bases escasas y poco firmes, fundamentalmente procedentes del Próximo Oriente, de excavaciones antiguas que planteaban muchos problemas.
Los hallazgos posteriores, especialmente los españoles, Atapuerca sobre todo, amenazaban con dar un vuelco total a la teoría. Lo de Siberia, reciente, también; lo de Orce ayuda.
Los Sapiens Sapiens en Europa se encuentran a partir del 35/30.000, antes no hay ninguno. Coexistencia no hubo por lo tanto, la convivencia no fue posible, pues.
Del Antecessor y del Heidelbergensis de Atapuerca deben proceder los neandertales españoles.
En Australia, un grupo de investigadores, a partir de las suyas, investigan la extinción.
Nosotros, desde Valencia, postulamos una poligénesis y la no extinción de los neandertales por los sapiens sapiens invasores, para lo que buscamos pruebas a partir de nuestros propios hallazgos, esperamos poder confirmar lo que es una mera posibilidad. ¿Lo conseguiremos? Ya vorem.
Fuente: lasprovincias.es
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