Tres hachas de piedra, fabricadas por comunidades aborígenes locales, similares a las elaboradas por el hombre del período Paleolítico en Europa, puede ser vistas en el museo de este municipio, enclavado en la centrosureña provincia de Cienfuegos.
Carlos Borges, arqueólogo y museólogo de la institución cultural, explicó a Prensa Latina que semejantes hallazgos solo han sido reportados en esa localidad fluvial y en las zonas aledañas a Sagua la Grande, costa noroccidental de la vecina provincia central de Villa Clara.
El doctor Raúl Villavicencio, tutor de Borges en su tesis de licenciatura y residente en la referida ciudad villaclareña, asegura que la rareza de tales utensilios radica en que no han sido encontrados ni en América del Norte ni en Suramérica.
La mayor de las hachas pétreas en la colección del museo de Rodas, 225 kilómetros al sureste de La Habana, alcanza unos 30 centímetros de longitud, mientras que en Sagua resguardan un ejemplar gigante, con un peso cercano a los cinco y medio kilogramos.
Ese herramental se corresponde con el empleado por los hombres que habitaron Europa en el período Paleolítico, unos 35 mil años atrás, lo cual no significa que la presencia humana en Cuba date de fecha tan antigua, precisó Borges, miembro además del Grupo Cubano de Investigadores del Arte Rupestre.
Aunque las piezas carecen hasta ahora de un fechado absoluto, a juzgar por otras evidencias arqueológicas del entorno podrían calcularse aproximadamente entre los tres mil y cuatro mil años de antigüedad, sostuvo el joven investigador.
Lo curioso y a la vez enigmático de estos descubrimientos resulta el empleo en la manufactura de las piezas de técnicas como la del núcleo, muy semejantes a las de los ancestrales pobladores del llamado Viejo Continente, insistió.
El municipio de Rodas, una cuenca fluvial donde confluye el principal río de la región, el Damují, con sus afluentes Anaya y Jabacoa, es la más rica desde el punto de vista arqueológico en la provincia de Cienfuegos, sobre todo por el sistema de cavernas nombrado Palo Liso-Las Glorias, una importante estación para el estudio del arte rupestre en al mayor de las Antillas.
Borges añadió que además existen muchos sitios a cielo abierto donde abundan los artefactos pétreos por estar ubicados encima de yacimientos de piedra caliza recristalizada que los campesinos llaman "de candela", debido a su propiedad de estallar al entrar en contacto con el fuego.
Carlos Borges, arqueólogo y museólogo de la institución cultural, explicó a Prensa Latina que semejantes hallazgos solo han sido reportados en esa localidad fluvial y en las zonas aledañas a Sagua la Grande, costa noroccidental de la vecina provincia central de Villa Clara.
El doctor Raúl Villavicencio, tutor de Borges en su tesis de licenciatura y residente en la referida ciudad villaclareña, asegura que la rareza de tales utensilios radica en que no han sido encontrados ni en América del Norte ni en Suramérica.
La mayor de las hachas pétreas en la colección del museo de Rodas, 225 kilómetros al sureste de La Habana, alcanza unos 30 centímetros de longitud, mientras que en Sagua resguardan un ejemplar gigante, con un peso cercano a los cinco y medio kilogramos.
Ese herramental se corresponde con el empleado por los hombres que habitaron Europa en el período Paleolítico, unos 35 mil años atrás, lo cual no significa que la presencia humana en Cuba date de fecha tan antigua, precisó Borges, miembro además del Grupo Cubano de Investigadores del Arte Rupestre.
Aunque las piezas carecen hasta ahora de un fechado absoluto, a juzgar por otras evidencias arqueológicas del entorno podrían calcularse aproximadamente entre los tres mil y cuatro mil años de antigüedad, sostuvo el joven investigador.
Lo curioso y a la vez enigmático de estos descubrimientos resulta el empleo en la manufactura de las piezas de técnicas como la del núcleo, muy semejantes a las de los ancestrales pobladores del llamado Viejo Continente, insistió.
El municipio de Rodas, una cuenca fluvial donde confluye el principal río de la región, el Damují, con sus afluentes Anaya y Jabacoa, es la más rica desde el punto de vista arqueológico en la provincia de Cienfuegos, sobre todo por el sistema de cavernas nombrado Palo Liso-Las Glorias, una importante estación para el estudio del arte rupestre en al mayor de las Antillas.
Borges añadió que además existen muchos sitios a cielo abierto donde abundan los artefactos pétreos por estar ubicados encima de yacimientos de piedra caliza recristalizada que los campesinos llaman "de candela", debido a su propiedad de estallar al entrar en contacto con el fuego.
Fuente: prensa-latina.cu
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