miércoles, 12 de agosto de 2009

Algunos neandertales no notaban el sabor amargo

Mandíbula de neandertal de El Sidrón. |EFE


Algunos neandertales, la especie humana que desapareció de la Tierra hace unos 25.000 años, tenían una mutación genética que impide distinguir el sabor amargo, una característica que compartían con los 'sapiens' actuales y que surgió como un método defensivo frente a las sustancias tóxicas, que suelen tener ese desagradable sabor.

El hallazgo del gen TAS2R38, responsable de esta variación, en un fósil de 'Homo neanderthalensis', es obra de los investigadores españoles que trabajan con los fósiles de la cueva de El Sidrón, en Asturias, y se suma al de otros genes descubiertos en el ADN de uno de los neandertales que vivieron en ese enclave hace 43.000 años.

Gracias a estos restos ya se sabe que tenían el gen del lenguaje, que algunos eran pelirrojos y que podían ser del grupo sanguíneo 0.

Fue en 1931 cuando, por casualidad, un químico descubrió que había personas que no percibían el compuesto amargo de la feniltiocarbanida (PTC), una característica que comparte el 30% de los humanos. En 2003 se identificó el gen TAS2R38 como responsable de esta variación, al codificar una proteína de las papilas gustativas de la lengua.

También se descubrió que había tres variantes genéticas: quienes perciben mucho ese sabor amargo, quienes no lo notan y quienes lo saborean, pero poco, como el neandertal asturiano. "Este individuo, tenía que tomar más cantidad de la sustancia para percibir el amargor, puesto que sólo tenía una copia del gen con un aminoácido determinado, como ocurre también en algunos humanos modernos", explica Carles Lalueza, experto en paleogenética del Instituto de Biología Evolutiva (CSIC).

Lalueza tenía interés en encontrar este gen por su historia en la evolución: "Es interesante porque no sentir el amargor es una desventaja evolutiva, dado que hay muchas plantas que tienen este sabor porque son tóxicas. Por ejemplo, el brócoli, las endivias o las coles, que en grandes cantidades pueden ser perjudiciales y, si no lo detectas, puedes tener problemas", argumenta.

La explicación que encuentra a este rasgo, que tuvo que tener el antepasado común de neandertales y 'Homo sapiens' hace 500.000 años, es que "los no gustadores puedan detectar otros compuestos que no hemos identificado y les otorgue otro tipo de ventaja".

De hecho, este mismo gen también existe en los chimpancés, pero, curiosamente, con unas mutaciones diferentes; es decir, algunos de estos primates tampoco distinguen este sabor pero se debe a una variación genética diferente, como si hubieran evolucionado de forma independiente para llegar al mismo fin. Sus conclusiones se han publicado en la revista 'Biology Letters'.

Lalueza y sus colegas trabajan ahora en determinar quienes eran los 11 neandertales encontrados en el yacimiento de El Sidrón, repartidos en más de un millar de restos óseos.

Fuente: elmundo.es

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