miércoles, 5 de agosto de 2009

El mapa más antiguo de Europa, Zaragoza, España.

Descubierto en la cueva navarra de Abauntz un plano grabado en un bloque de piedra hace 13.660 años

Un equipo de arqueólogos de la Universidad de Zaragoza ha descubierto grabado sobre las dos caras de un bloque de piedra el que puede ser el mapa más antiguo de Europa occidental. La pieza tiene 13.660 años y apareció en las excavaciones de la cueva de Abauntz, en la localidad navarra de Arraiz. Según los expertos, los trazos enmarañados que la cubren representan el entorno de la cavidad y una serie de animales.

Analizar y desentrañar estos grabados ha supuesto 15 años de estudio. De hecho, la pieza fue encontrada en 1993, durante las excavaciones dirigidas por Pilar Utrilla, catedrática de Prehistoria de la Universidad de Zaragoza. La prehistoriadora es una de los firmantes del artículo que ha dado a conocer ahora las conclusiones de esta investigación en el último número de la revista 'Journal of Human Evolution'.

La cueva de Abauntz es un yacimiento conocido que ha sido excavado en varias campañas. Utrilla dirigió en solitario las cuatro que se efectuaron entre 1976 y 1979 y codirigió junto a Carlos Mazo las seis realizadas entre 1988 y 1996. Durante las excavaciones de 1993 y 1994 se descubrieron tres bloques de piedra caliza con manifestaciones artísticas grabadas en su superficie.

El tercer bloque incluye una magnífica representación de una cabeza de caballo de perfil.

El segundo es más complicado de interpretar y en su superficie se amontonan las figuras de un caballo, una cabra de frente, otras tres esquematizadas, una persona y una serie de líneas, quizá la representación de un río. Esta pieza debió de ser una lámpara alimentada con grasa animal, como las que usaron para iluminarse los pintores de Altamira, contemporáneos de los habitantes de Abauntz.

El primer bloque, de unos veinte centímetros de longitud, es el que se lleva la palma en cuanto a complejidad porque, además de numerosos animales, incluye representaciones de un río, sus afluentes y meandros, montañas, charcas y una cueva. Según los investigadores, la propia Abauntz.
La posibilidad de que este bloque pudiera ser algún tipo de mapa fue apuntada por Utrilla y Mazo en un artículo publicado en la revista 'Complutum' en 1996, pero ha necesitado todos estos años de estudio para ser reforzada. En aquel texto, ambos prehistoriadores apuntaban que en la pieza «varios haces de líneas ondulantes podrían sugerir un río que separa las dos manadas de cabras. En el caso de que se tratara realmente de un río -añaden- sería el primero identificado en el arte paleolítico, pudiendo quizá interpretarse como una reproducción de la posición de la cueva de Abauntz», que está en un desfiladero entre dos peñascos con un río entre ellos.

El plan de una cacería

En su nuevo artículo Utrilla y sus colaboradores, Carlos Mazo, Mari Cruz Sopena, Manuel Martínez-Bea y Rafael Domingo, defienden esta hipótesis a partir de los análisis exhaustivos que han dedicado a la pieza. Así, señalan que el mapa reproduce la montaña de San Gregorio, que se alza frente a la cueva, y la llanura que se abre junto al río, detallando los tipos de animales que vivían en la zona.

Tal y como indican los investigadores en su nuevo artículo, «todos estos grabados pueden ser un croquis o un mapa del área que rodea la cueva. Podría representar el plan para una futura cacería o quizá una narración histórica de una que ya hubiera sucedido». Según explicó Utrilla a Efe, esta pieza pudo servir «como un plano del tesoro» que se depositaba en la cueva para que las bandas de cazadores prehistóricos pudieran recordar por dónde tenían que moverse.

Trocitos de carbón encontrados en el mismo nivel han permitido fechar el mapa a través de la técnica del carbono 14. La pieza tiene 13.660 años. Solo en la República Checa se han localizado dos grabados en hueso similares a los de Abauntz pero más antiguos (unos 24.000 años). El Museo de Historia Natural de Kiev, en Ucrania, custodia otro posible mapa prehistórico, en este caso contemporáneo del de Abauntz.

Fuente: ideal.es

1 comentario:

  1. Menudo desbarre...
    Y que hasta ahora se creía que el hombre paleolítico conocía perfectamente su entorno... pues va a ser que no.

    Poco serio me parece a mi esto.

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