Uno de los tres codirectores de Atapuerca Eudald Carbonell ha aprovechado hoy su discurso de investidura como doctor "honoris causa" por la Universidad de Burgos para proponer una teoría de la evolución social, que dé continuidad a la de la evolución humana formulada por Charles Darwin en el siglo XIX.
Los tres codirectores de Atapuerca, Carbonell, Juan Luis Arsuaga y José María Bermúdez, fueron investidos hoy doctores "honoris causa" en una ceremonia presidida por la Reina.
En su opinión, la teoría de Darwin sobre la evolución biológica es sólo la "primera pata", que debe completarse con una segunda, en la que se defina la evolución social y las leyes que la rigen, para "tenerla a punto en el primer tercio del siglo XXI".
Carbonell ha explicado que pese a los avances científicos y tecnológicos, una cuarta parte del planeta sufre miseria y la violencia está "enquistada en la sociedad".
Esto demuestra que la humanización es "incompleta", por lo que "debemos trabajar conjuntamente como especie para poder dirigirnos hacia una sociedad de futuro, donde la socialización de la ciencia y la tecnología sirva para disfrutar la energía, equilibrar la riqueza del planeta y acabar con la falta de solidaridad".
La manera de alcanzar este objetivo, según Carbonell, es pasar de la sociedad del conocimiento a la sociedad del pensamiento, desafiando de esta manera la capacidad del ser humano para adaptarse a los ritmos de cambio y transformación que "hemos activado".
Para Carbonell, los científicos deben trabajar para generar conocimiento que propicie la evolución social, porque "sólo los humanos incrementamos de forma exponencial la sociabilidad y esto nos diferencia de los demás animales".
Tras comprometerse a intentar generar una "teoría unificada de la evolución social humana", Carbonell ha pedido "colaboración" para contribuir a la humanización, "aunque seamos conscientes de que después el proceso continúa".
Otro de los codirectores de Atapuerca, el madrileño Juan Luis Arsuaga ha aprovechado su discurso para relacionar la evolución con el cambio climático y ha advertido sobre los efectos del dióxido de carbono que se producen al quemar combustibles fósiles para obtener energía.
En su opinión, podría cambiar de forma "irremediable" el clima, produciendo un calentamiento creciente y extendiendo las tierras áridas y los desiertos por las zonas del mundo donde vive la mayor parte de la población y se produce casi todo el alimento.
Por su parte, José María Bermúdez de Castro, el otro codirector de Atapuerca, ha centrado su discurso en la evolución del cerebro humano.
Tras hacer un recorrido por los diferentes momentos de cambio del cerebro de los homínidos, Bermúdez de Casto ha concluido que los actuales humanos, el Homo Sapiens, compartimos nuestro modelo de crecimiento y desarrollo con especies extinguidas, como el Homo Anteccesor, el Heidelbergensis y Neandertalensis, "sin perjuicio de que existan diferencias de matiz entre ellas y nosotros".
Los tres codirectores de Atapuerca, Carbonell, Juan Luis Arsuaga y José María Bermúdez, fueron investidos hoy doctores "honoris causa" en una ceremonia presidida por la Reina.
En su opinión, la teoría de Darwin sobre la evolución biológica es sólo la "primera pata", que debe completarse con una segunda, en la que se defina la evolución social y las leyes que la rigen, para "tenerla a punto en el primer tercio del siglo XXI".
Carbonell ha explicado que pese a los avances científicos y tecnológicos, una cuarta parte del planeta sufre miseria y la violencia está "enquistada en la sociedad".
Esto demuestra que la humanización es "incompleta", por lo que "debemos trabajar conjuntamente como especie para poder dirigirnos hacia una sociedad de futuro, donde la socialización de la ciencia y la tecnología sirva para disfrutar la energía, equilibrar la riqueza del planeta y acabar con la falta de solidaridad".
La manera de alcanzar este objetivo, según Carbonell, es pasar de la sociedad del conocimiento a la sociedad del pensamiento, desafiando de esta manera la capacidad del ser humano para adaptarse a los ritmos de cambio y transformación que "hemos activado".
Para Carbonell, los científicos deben trabajar para generar conocimiento que propicie la evolución social, porque "sólo los humanos incrementamos de forma exponencial la sociabilidad y esto nos diferencia de los demás animales".
Tras comprometerse a intentar generar una "teoría unificada de la evolución social humana", Carbonell ha pedido "colaboración" para contribuir a la humanización, "aunque seamos conscientes de que después el proceso continúa".
Otro de los codirectores de Atapuerca, el madrileño Juan Luis Arsuaga ha aprovechado su discurso para relacionar la evolución con el cambio climático y ha advertido sobre los efectos del dióxido de carbono que se producen al quemar combustibles fósiles para obtener energía.
En su opinión, podría cambiar de forma "irremediable" el clima, produciendo un calentamiento creciente y extendiendo las tierras áridas y los desiertos por las zonas del mundo donde vive la mayor parte de la población y se produce casi todo el alimento.
Por su parte, José María Bermúdez de Castro, el otro codirector de Atapuerca, ha centrado su discurso en la evolución del cerebro humano.
Tras hacer un recorrido por los diferentes momentos de cambio del cerebro de los homínidos, Bermúdez de Casto ha concluido que los actuales humanos, el Homo Sapiens, compartimos nuestro modelo de crecimiento y desarrollo con especies extinguidas, como el Homo Anteccesor, el Heidelbergensis y Neandertalensis, "sin perjuicio de que existan diferencias de matiz entre ellas y nosotros".
Fuente:eldiariomontanes.es
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