Pesca y buenas vistas junto al Miño. Arbo ya era un lugar idóneo para residir en la época del Paleolítico, por eso hasta tres generaciones distintas ocuparon la zona conocida como de O Cabrón, según las últimas investigaciones del Instituto de Estudios Miñoranos.
El responsable de las excavaciones que se realizaron el pasado mes de julio, Eduardo Méndez, asegura que aún estudian el período exacto de los tres episodios de ocupación localizados. Entre ellos pueden mediar cientos de años, pero todos ellos se corresponden a la misma cultura tecnológica, conocida como achelense. «El último episodio de ocupación es muy rico en materiales, en solo un metro cuadrado localizamos más de 160 piezas, por lo que en septiembre esperamos volver a realizar un levantamiento topográfico», apunta el experto.
La confirmación de los distintos niveles ha convertido el yacimiento de Arbo en único, puesto que lo habitual suele ser un solo nivel y en muy mal estado de conservación. En este caso, además de encontrarse todos los útiles en su espacio original, la mayoría de las piezas presentan buen aspecto.
«No está muy claro si esta nueva zona es más reciente, porque cuando el propietario compró los terrenos hubo movimientos de tierra y nos falta un perfil para que nos guíe. Esperamos tenerlo con los cortes que hagamos en la nueva expedición», aseguran desde el Instituto de Estudios Miñoranos.
En paralelo a esta novedad, los estudios se centran también en la datación de las piezas. Según una investigación sobre geología en el entorno del río Miño, los objetos estarían datados entre el 500.000 y el 200.000 a. C. Esta nueva catalogación podría colocar a Arbo como el lugar originario de los primeros restos localizados, puesto que rondarían la misma época que los de Portomaior, en As Neves, un yacimiento aún por excavar.
Con todos estos argumentos en la mano, los arqueólogos están dispuestos a colaborar con el actual gobierno municipal para dar mayor impulso al importante hallazgo. Por eso se baraja el realizar nuevas jornadas, como las realizadas en el museo Arabo para todos los vecinos interesados, en la que se pudieron ver parte de los instrumentos de lucha y conocer de forma práctica la fabricación de algunos de ellos.
La intención a largo plazo es hacer una muestra permanente, bien en las instalaciones del actual museo del vino y la lamprea, bien en otras adecuadas a este uso, con lo que se podría potenciar el turismo cultural en la comarca de A Paradanta.
El responsable de las excavaciones que se realizaron el pasado mes de julio, Eduardo Méndez, asegura que aún estudian el período exacto de los tres episodios de ocupación localizados. Entre ellos pueden mediar cientos de años, pero todos ellos se corresponden a la misma cultura tecnológica, conocida como achelense. «El último episodio de ocupación es muy rico en materiales, en solo un metro cuadrado localizamos más de 160 piezas, por lo que en septiembre esperamos volver a realizar un levantamiento topográfico», apunta el experto.
La confirmación de los distintos niveles ha convertido el yacimiento de Arbo en único, puesto que lo habitual suele ser un solo nivel y en muy mal estado de conservación. En este caso, además de encontrarse todos los útiles en su espacio original, la mayoría de las piezas presentan buen aspecto.
«No está muy claro si esta nueva zona es más reciente, porque cuando el propietario compró los terrenos hubo movimientos de tierra y nos falta un perfil para que nos guíe. Esperamos tenerlo con los cortes que hagamos en la nueva expedición», aseguran desde el Instituto de Estudios Miñoranos.
En paralelo a esta novedad, los estudios se centran también en la datación de las piezas. Según una investigación sobre geología en el entorno del río Miño, los objetos estarían datados entre el 500.000 y el 200.000 a. C. Esta nueva catalogación podría colocar a Arbo como el lugar originario de los primeros restos localizados, puesto que rondarían la misma época que los de Portomaior, en As Neves, un yacimiento aún por excavar.
Con todos estos argumentos en la mano, los arqueólogos están dispuestos a colaborar con el actual gobierno municipal para dar mayor impulso al importante hallazgo. Por eso se baraja el realizar nuevas jornadas, como las realizadas en el museo Arabo para todos los vecinos interesados, en la que se pudieron ver parte de los instrumentos de lucha y conocer de forma práctica la fabricación de algunos de ellos.
La intención a largo plazo es hacer una muestra permanente, bien en las instalaciones del actual museo del vino y la lamprea, bien en otras adecuadas a este uso, con lo que se podría potenciar el turismo cultural en la comarca de A Paradanta.
Fuente: lavozdegalicia.es
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