Uno de los principales objetivos de las nuevas excavaciones que está previsto realizar en el yacimiento paleolítico de Cova Eirós, en Triacastela, consiste en localizar el hogar más antiguo de Galicia. En los sondeos efectuados hasta ahora en este lugar, los arqueólogos descubrieron una serie de indicios de la presencia del fuego, pero por ahora no hay pruebas claras de la existencia de las hogueras que probablemente encendieron los habitantes de la gruta en diversos períodos de la prehistoria.
Estos indicios consisten en restos vegetales carbonizados y algunas piedras y huesos con señales de haber estado en contacto con las llamas. Tales rastros han aparecido tanto en los niveles correspondientes a la época del hombre de Neandertal -el Paleolítico Medio- como a los del Paleolítico Superior, una etapa en la que la gruta fue ocupada por individuos de nuestra especie.
Sin embargo, estos vestigios no se consideran como una evidencia suficiente de que los habitantes de la gruta preparasen hogueras para defenderse del frío o para cocinar. «Los rastros que encontramos hasta ahora también pueden proceder de incendios naturales y haber ido a parar accidentalmente al interior de la cueva», explica Arturo de Lombera, codirector de las excavaciones. «Lo más probable es que en la cueva se encendiesen hogueras, pero para demostrarlo hacen falta pruebas más concluyentes que demuestren que estos rastros de fuego son de origen humano», añade.
Ampliación de los sondeos
Los investigadores esperan hallar esas pruebas gracias a la ampliación de la zona de excavación que se llevará a cabo a partir del próximo verano. El hallazgo de un hogar, es decir, un hoyo o cubeta con restos de combustión -una estructura característica de los yacimientos paleolíticos- podría resolver definitivamente la cuestión.
En caso de que en las nuevas excavaciones se realice un hallazgo de este tipo, sería el indicio más antiguo de la utilización del fuego en Galicia, ya que hasta ahora no se conoce en el noroeste peninsular ningún yacimiento de la prehistoria remota con rastros de hogueras. «Cova Eirós tiene muchas papeletas para ser el primero», apunta De Lombera.
Un descubrimiento de esta clase vendría a incrementar todavía más el considerable valor científico de un yacimiento que ya es único en Galicia en diversos sentidos.
Estos indicios consisten en restos vegetales carbonizados y algunas piedras y huesos con señales de haber estado en contacto con las llamas. Tales rastros han aparecido tanto en los niveles correspondientes a la época del hombre de Neandertal -el Paleolítico Medio- como a los del Paleolítico Superior, una etapa en la que la gruta fue ocupada por individuos de nuestra especie.
Sin embargo, estos vestigios no se consideran como una evidencia suficiente de que los habitantes de la gruta preparasen hogueras para defenderse del frío o para cocinar. «Los rastros que encontramos hasta ahora también pueden proceder de incendios naturales y haber ido a parar accidentalmente al interior de la cueva», explica Arturo de Lombera, codirector de las excavaciones. «Lo más probable es que en la cueva se encendiesen hogueras, pero para demostrarlo hacen falta pruebas más concluyentes que demuestren que estos rastros de fuego son de origen humano», añade.
Ampliación de los sondeos
Los investigadores esperan hallar esas pruebas gracias a la ampliación de la zona de excavación que se llevará a cabo a partir del próximo verano. El hallazgo de un hogar, es decir, un hoyo o cubeta con restos de combustión -una estructura característica de los yacimientos paleolíticos- podría resolver definitivamente la cuestión.
En caso de que en las nuevas excavaciones se realice un hallazgo de este tipo, sería el indicio más antiguo de la utilización del fuego en Galicia, ya que hasta ahora no se conoce en el noroeste peninsular ningún yacimiento de la prehistoria remota con rastros de hogueras. «Cova Eirós tiene muchas papeletas para ser el primero», apunta De Lombera.
Un descubrimiento de esta clase vendría a incrementar todavía más el considerable valor científico de un yacimiento que ya es único en Galicia en diversos sentidos.
Fuente:lavozdegalicia.es
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